Las cámaras del Congreso de Estados Unidos -dominadas por los republicanos- votan este miércoles a contrarreloj una ley para extender la financiación a la Administración pública hasta el 11 de diciembre, mientras se debaten los presupuestos federales para el año que viene. Pero republicanos antiabortistas amenazan con bloquear la medida porque proporciona dinero a Planned Parenthood, una ONG de planificación familiar que ayuda -entre otros asuntos- a mujeres a interrumpir su embarazo. 

Si los esfuerzos de los conservadores resultan victoriosos, el Gobierno de Barack Obama se quedará sin dinero para financiarse y tendrá que cerrar sus oficinas a partir del jueves, fecha de inicio del nuevo año fiscal en EEUU. “A muchos [funcionarios] se les dará unos días de vacaciones sin sueldo”, explica a EL ESPAÑOL Gayle Allard, economista estadounidense en el Instituto de Empresa, con sede en Madrid. Servicios esenciales como la seguridad ciudadana sí se proporcionan durante un cierre de la administración. 

La ley ha superado su primera prueba al aprobarla el Senado en la tarde del miércoles hora peninsular con 78 votos a favor y 20 en contra. La medida ha pasado ya a la Cámara de Representantes, donde se espera una votación más dura esta misma noche, con 247 diputados republicanos frente a 188 demócratas. “La Cámara es donde hay más problemas”, asegura a EL ESPAÑOL Alana Moceri, profesora de comunicación política en la Universidad Europea de Madrid y exdirectora en España de Democrats Abroad, que promueve el voto demócrata entre expatriados estadounidenses.

Pero la decisión del portavoz de la Cámara, el republicano John Boehner, de renunciar a su cargo en las próximas semanas puede facilitar el proceso. “En este último mes que le queda puede hacer lo que le parezca bien”, dice Moceri. “Ahora está en una posición con mucho más margen para negociar y unir a partes de los dos partidos”.

La ley para extender la financiación a la Administración pública no incluye, sin embargo, una mención específica a Planned Parenthood, ya que los republicanos radicales no consiguieron convencer a los líderes de su formación para incluir cláusulas al respecto. Por tanto, este miércoles se vota un texto "limpio" que sí incluye implíctamente la financiación de esta ONG. Si se aprueba, el congresista demócrata Steny Hoyer afirma que el conflicto sobre Planned Parenthood puede llevar a un cierre del Gobierno en diciembre, cuando venza la medida temporal, informa Politico. 

Planned Parenthood es una organización nacional que opera alrededor de 700 centros de salud y proporciona educación sexual y atención médica a jóvenes, abortos incluidos. La ONG recibe actualmente más de 500 millones de dólares del Gobierno federal, pero este dinero no va dirigido a los abortos, ya que aunque la interrupción del embarazo es legal desde 1973, la ley prohíbe financiarla con fondos públicos. La ONG posee además un brazo político para apoyar a candidatos que favorecen su agenda. En las elecciones legislativas de 2014 destinaron casi 677.000 dólares a candidaturas demócratas y unos 3.000 a republicanas, según el Center for Responsive Politics, que analiza flujos de dinero en la política estadounidense.

La ofensiva conservadora contra Planned Parenthood se produce después de que el antiabortista Center for Medical Progress divulgase vídeos este verano que alegan que la ONG se lucra donando tejido fetal a investigadores. La presidenta de Planned Parenthood, Cecile Richards, testificó este martes ante el Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes. Richards calificó las acusaciones de “indignantes” y aseguró que los vídeos habían sido editados. “Solamente quieren demostrar que están luchando contra el aborto”, dice Moceri con respecto a la ofensiva republicana. “Es más simbólico que otra cosa”. El senador republicano y candidato en las elecciones presidenciales Ted Cruz ha sido uno de los más sonados en la lucha para privar a la ONG de financiación pública.

Si bien Planned Parenthood es la nueva manzana de la discordia, EEUU vive en peligro intermitente de sufrir un cierre de sus administraciones. La última vez que el Gobierno cerró fue en 2013 por un desacuerdo acerca de la reforma sanitaria del presidente, Barack Obama. La Administración permaneció inactiva durante 16 días. El primer cierre del Gobierno tuvo lugar en 1972 y desde entonces ha habido otros 17.

Pero muchos republicanos consideran que otro cierre empeoraría mucho la imagen del partido de cara a las elecciones de 2016, opina Moceri. “Les viene fatal. La última vez que hubo un cierre, el pueblo americano echaba la culpa directamente a ellos”, dice. Un sondeo de la empresa Gallup realizado al poco de iniciarse el último cierre del Gobierno mostraba que la popularidad del Partido Republicano había caído repentinamente un 10%. Asimismo, el 60% de los estadounidenses consideran que se debe mantener la financiación federal a Planned Parenthood, según una encuesta realizada la semana pasada por el Pew Research Center.

La dificultad para republicanos y demócratas para ponerse de acuerdo sobre la financiación del Gobierno pone de manifiesto la falta de consenso que existe en la política estadounidense, dice Allard, del Instituto de Empresa. “Es un síntoma de lo difícil que es llegar a acuerdos en los Estados Unidos”, sentencia.