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"Imagina que tu cuerpo es un castillo y los virus quieren atacar", comienza Boticaria García en uno de esos ejercicios de divulgación que propone y que siempre consiguen que la ciencia se entienda sin esfuerzo.

En ese escenario que plantea, cada parte del sistema inmunitario cumple un papel concreto. Y para que todos funcionen, tres nutrientes resultan fundamentales.

La farmacéutica y divulgadora explica que la primera barrera de esa construcción son las murallas, que quedan representadas por la piel y las mucosas. "Aquí la clave es la vitamina C con C de colágeno, porque ayuda a formar esta proteína", afirma.

Sin la misma, la fortificación "se resquebraja y entran los enemigos". En otras palabras: mantener los niveles adecuados de este elemento no solo fortalece la tez, sino que refuerza la protección frente a infecciones.

Boticaria García recuerda, además, que es fácil incorporarla a la dieta: "Está en los pimientos, el kiwi, el brócoli, las fresas o los tomates". Un arcoíris vegetal que no solo suma color al plato, sino también resistencia al organismo.

Imagen de archivo de una ensalada. Foto de Molly Keesling en Unsplash

La segunda línea de defensa está formada por los guerreros, los anticuerpos y las células inmunes. Pero incluso el ejército más disciplinado necesita un líder que "organice la tropa". "La vitamina D es el general que evita que los soldados se confundan y ataquen a su propia familia", explica.

La divulgadora enumera sus fuentes con la misma claridad: "Está en los pescados grasos —como el salmón, el atún o la caballa—, en la yema del huevo, en los lácteos enriquecidos y, por supuesto, en el sol". Un recordatorio amable de que, a veces, bastan con unos minutos de luz natural para equilibrar al soldado de alto rango del cuerpo.

El tercer protagonista es el zinc, "el portero del castillo", como lo define la experta. Su labor, dice, es "vigilar que todo funcione, desde los cañones hasta los perros de presa que se comen a los malos, que se llaman macrófagos".

Y aunque su fuente más rica son las ostras, Boticaria aclara de forma simpática que "hay zinc para todos los bolsillos". Añade que también se encuentra en las carnes, los mariscos, las legumbres, los frutos secos y los cereales integrales.

Imagen de archivo de unas ostras. Foto de Edoardo Cuoghi en Unsplash

Al final, como resume la divulgadora, cuidar de nuestras defensas es cuidar del castillo en el que vivimos. Un castillo que, con buena alimentación y algo de sol, puede resistir prácticamente a cualquier asedio.