La icónica Tania Llasera, es una de las presentadoras más queridas y reconocidas de la pequeña pantalla en España. No solo por sus múltiples trabajos televisivos, sino también por haberse convertido en todo un referente en la lucha por la diversidad corporal.
Hace unas semanas, se convertía en el centro de la conversación nuevamente, por lo mismo. Esta vez, Llasera confesaba a través de sus redes sociales que había iniciado una nueva etapa en su vida para perder peso, pero lejos de ser por estética (como muchos pueden pensar), es por salud.
La vasca, lejos de esconderse o justificar su transformación física, optaba por hablar abiertamente de un tema que sigue siendo tabú: cómo las mujeres públicas son juzgadas de manera constante por su cuerpo, ya sea por engordar o por adelgazar.
Su publicación, en la que hablaba con total transparencia, fue recibida con miles de comentarios. Muchos seguidores aplaudieron su honestidad y valentía por visibilizar que los cuerpos cambian con la edad, los embarazos y las diferentes etapas vitales. Pero también hubo críticas.
La presentadora, que lleva años defendiendo que "mi cuerpo es mío y yo decido", reconoció que esperaba una ola de opiniones, aunque no imaginaba la magnitud de la polémica: "Hubiera sido más fácil callarme, me habría ahorrado titulares sensacionalistas y críticas constantes. Pero entonces no sería fiel a mí misma".
'Tengo 45 años y peso 93 kilos'
Con su característico tono directo, la comunicadora compartió un mensaje que no pasó desapercibido: "Tengo 45 años y peso 93 kilos. Estoy descontrolada hormonalmente, además del cansancio. Todo esto se traduce en inflamación y yo no quiero estar inflamada ni cansada".
Con estas palabras, Llasera anunciaba que había decidido acudir a un endocrino y comenzar un proceso de cambio que le permita recuperar la energía y sentirse mejor físicamente. Apenas una semana después, mostró en vídeo cómo un pantalón que antes le quedaba ajustado ahora le entraba con facilidad.
No obstante, y lejos de buscar presumir de cifras en la báscula, quiso subrayar que apenas había perdido un kilo: "Ese cambio tan drástico es más bien por la retención de líquidos y la inflamación. No todo se mide en kilos".
De este modo dejaba claro que su decisión no responde a un deseo de encajar en los cánones de belleza actuales, sino a una necesidad personal de priorizar su salud.
Sin embargo, según ha confesado, sí que ha tomado algunas medidas para favorecer esta pérdida de peso. Entre ellas, el ayuno intermitente por prescripción de su endocrina.
"Me ha pedido que intente cenar con los niños a las 19:00 y desayunar a las 11:00, que aguante una ventana de 16 horas sin comer", revelaba a sus seguidores a través de las redes sociales.
El ayuno intermitente sirve para bajar de peso al reducir la ingesta total de calorías y activar la quema de grasa como fuente de energía; sin embargo, es muy importante tener a un profesional detrás que te indique qué pasos seguir.
Un 'problema' de muchas mujeres
El caso de Tania Llasera no es aislado. Según datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), más del 50% de las mujeres de entre 40 y 50 años experimentan cambios hormonales que pueden provocar aumento de peso, fatiga e incluso problemas de sueño.
La llegada de la perimenopausia, sumada al estrés del día a día, hace que el metabolismo se ralentice y que mantener un estilo de vida saludable se convierta en un auténtico desafío.
En ese sentido, el mensaje de la presentadora ha calado entre muchas seguidoras, que han agradecido que hable de la salud por encima del físico. "Gracias por normalizar que no todo es estética", le escribía una usuaria. Otra añadía: "Nos presionan cuando engordamos y ahora también cuando decidimos cuidarnos. Nunca se puede ganar".
Especialistas en nutrición y psicología coinciden en que lo más sano es cambiar el enfoque: dejar de obsesionarse con el número que marca la báscula y centrarse en parámetros más amplios como la energía, el descanso, la masa muscular o la salud metabólica.
El reto de las mujeres públicas
Además, los expertos recuerdan que cada cuerpo es único y que comparar la evolución personal con la de otros solo genera frustración, la confesión de la presentadora es un recordatorio de que la presión social por el cuerpo perfecto sigue siendo una losa, especialmente para quienes viven expuestas en medios y redes sociales.
No se trata de un giro radical para cumplir con un canon, sino una elección personal para mejorar su bienestar. Al compartir su experiencia, nos recuerda que el cuerpo cambia con el tiempo, y lo verdaderamente importante es aprender a escucharlo y a cuidarlo sin juzgarlo.
Su mensaje invita a romper con la cultura del peso y a construir un concepto de belleza más inclusivo, donde la prioridad no sea encajar en una talla, sino vivir con salud, energía y autoestima.
