La menopausia, en la mayoría de los casos, se trata de un cambio corporal normal y natural que casi siempre ocurre entre los 45 y 55 años de edad, que desencadena toda una serie de procesos fisiológicos y emocionales. De hecho, se estima que más del 50% de las mujeres en España sufren síntomas asociados a este momento vital, según un estudio realizado por Kántar y MDK junto a Flavia.
Según apunta Mayo Clinic, los cambios hormonales de la menopausia tienden a suponer una serie de síntomas, como el aumento de peso. La disminución de estrógeno, la hormona producida principalmente en los ovarios, afecta al metabolismo y a la distribución de la grasa corporal, perjudicando la composición del cuerpo y zonas como el abdomen, las caderas y los muslos.
Más allá de la disminución de estrógeno, hay otros factores que influyen directamente en la ganancia de peso en la menopausia: el estilo de vida. Según los expertos como el endocrino Francisco Rosero, hay una serie de alimentos que deberíamos eliminar en esta etapa si queremos no solo mantener nuestra figura, sino vivir saludablemente.
Los alimentos que se deben evitar en la menopausia
El aumento de peso durante la menopausia es un fenómeno completamente normal. A medida que el cuerpo experimenta cambios hormonales, es común que las mujeres ganen alrededor de tres kilos adicionales, especialmente en la zona abdominal. Este incremento no solo afecta la apariencia física, sino que también puede tener implicaciones en la salud metabólica y el bienestar general.
La razón detrás de este aumento de peso radica en la disminución de estrógenos, lo que provoca un cambio en la distribución de la grasa corporal y una mayor resistencia a la insulina, una hormona clave en la regulación del metabolismo y la acumulación de grasa. Modularla es fundamental para mantener un peso saludable.
Cuando los niveles de insulina en el cuerpo son elevados, se genera un almacenamiento excesivo de grasa, ya que esta hormona actúa como un potente promotor de la lipogénesis. Regular la insulina no solo ayuda a prevenir la ganancia de peso, sino que también reduce el riesgo de padecer enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.
Según el endocrino Francisco Rosero, hay tres alimentos que desempeñan un papel crucial en el aumento de los niveles de insulina y, por lo tanto, en la acumulación de grasa: el azúcar, el pan y la leche. La eliminación de estos alimentos de la dieta puede marcar una diferencia significativa en el control del peso y la salud en general.
El azúcar es el principal factor que estimula la producción de insulina en el organismo. No importa en qué forma se consuma, ya sea azúcar blanca, morena, panela o miel, su impacto en la insulina es relevante. Es un condimento innecesario en la dieta y al eliminarlo, se logra una estabilización de los niveles de glucosa, lo que permite un mejor manejo del metabolismo y un menor almacenamiento de grasa.
El segundo alimento que se debe evitar es el pan, independientemente de su presentación. Aunque algunos tipos puedan parecer más saludables por contener semillas o fibra, siguen siendo una fuente predominante de carbohidratos simples. Estos carbohidratos generan picos de insulina en el organismo, promoviendo la acumulación de grasa en el área abdominal.