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Todos somos muy conscientes del poder de la alimentación. Es mundialmente conocido que una dieta desequilibrada puede perjudicar nuestra salud: puede aumentar el colesterol, provocar problemas cardiovasculares y, sobre todo, influir en nuestro peso y enfermedades directamente relacionadas con él, como el sobrepeso y la obesidad.

Sin embargo, la alimentación tiene otro poder añadido del cual no todo el mundo habla, y es su influencia en el cerebro. Este órgano, a pesar de representar solo el 2% de nuestro peso, necesita alrededor del 20% de la energía que ingerimos. En este contexto, alimentarse de manera deficiente puede propiciar envejecimiento y alteraciones en los procesos de aprendizaje, así como en la memoria.

Por este motivo, cada vez más expertos inciden en la importancia de saber qué alimentos escoger y qué otros evitar. Sin embargo, el marketing de miles de productos se ha convertido en un verdadero desafío y ciertos alimentos, aparentemente saludables, contienen ingredientes perjudiciales. Como es el caso de los refrescos light, o, incluso, la mayonesa ligera.

La mayonesa ligera y sus desafíos

La nutricionista Salena Sainz ha enfatizado la importancia de cuidar nuestra alimentación para preservar la memoria y la salud cerebral. Uno de los mayores enemigos de nuestro cerebro, según la experta, son las grasas dañinas y los azúcares refinados, ya que provocan inflamación en el cuerpo y afectan directamente a nuestras capacidades cognitivas. A pesar de que esto parezca una medida obvia, muchos productos que consumimos a diario los contienen sin que seamos plenamente conscientes de ello.

Un claro ejemplo de esto es la mayonesa ligera, un producto que en apariencia es más saludable que la mayonesa tradicional, pero que en realidad puede contener ingredientes perjudiciales para la función cerebral. Sainz advierte que muchos consumidores, al ver términos como "bajo en calorías" o "light", asumen que están haciendo una elección saludable, sin considerar que este tipo de mayonesa suele estar elaborada con aceites refinados, almidones y otros aditivos que no benefician al organismo.

Uno de los componentes más problemáticos que pueden encontrarse en estas mayonesas es el aceite de soja. Este aceite es ampliamente utilizado en la industria alimentaria debido a su bajo costo y versatilidad; sin embargo, su perfil nutricional no es el más adecuado para la salud, especialmente cuando se somete a procesos de refinamiento.

El aceite de soja es rico en ácidos grasos omega-6, los cuales, si se consumen en exceso y sin un adecuado equilibrio con los ácidos grasos omega-3, pueden promover procesos inflamatorios en el organismo. Esta inflamación de forma crónica está vinculada con el deterioro cognitivo, el envejecimiento cerebral prematuro e incluso el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.