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En un país como España, donde el sol brilla durante la mayor parte del año, resulta sorprendente que alrededor del 60% de la población adulta padezca una preocupante deficiencia de vitamina D. Así lo confirma el anestesista David Callejo en una reciente intervención, asegurando que incluso esta cifra aumenta un 20% en la población española. 

La vitamina D es un nutriente esencial para el cuerpo humano. Principalmente conocida por su capacidad para facilitar la absorción de calcio en el cuerpo, además de por su relación con la salud ósea, lo que la convierte en un elemento crucial para mantener unos huesos fuertes y saludables

De hecho, un déficit de vitamina D puede tener consecuencias graves, y lo peor es que muchas personas ni siquiera son conscientes de que lo padecen. Este nutriente también juega un papel esencial en el funcionamiento del sistema inmunológico, la regulación del ánimo, e incluso en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardíacas.

Este déficit es especialmente preocupante en personas mayores, que tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas y osteoporosis debido a la pérdida de densidad ósea. La deficiencia de vitamina D se asocia a una serie de problemas de salud, siendo los más comunes los trastornos óseos y musculares, pero también puede tener efectos a nivel cardiovascular, metabólico y neurológico. 

A pesar de vivir en un tan país soleado como el nuestro, muchos no estamos obteniendo suficiente vitamina D debido a factores como el estilo de vida sedentario y una dieta inadecuada. Es crucial prestar atención a los niveles de esta vitamina y tomar las medidas necesarias para evitar sus deficiencias.

Riesgos del déficit de vitamina D

El estilo de vida moderno juega un papel clave en este problema. Pasamos la mayor parte del día dentro de edificios, ya sea en la oficina, en casa o en el coche. Esta falta de exposición solar es una de las principales causas de la deficiencia de vitamina D. Callejo destaca que, para mantener niveles adecuados de esta vitamina, es necesario exponerse al sol entre 10 y 20 minutos al día, pero pocos conseguimos esa cantidad de luz solar.

Además, otros factores como el uso excesivo de protector solar, que bloquea la producción de vitamina D en la piel, y una dieta pobre en alimentos ricos en esta vitamina (como pescados grasos, huevos o productos fortificados) también contribuyen al problema.