El verano llegará en menos de un mes y por ello miles de personas en todo el mundo se encuentran en plena "operación bikini". El objetivo es acabar con esos kilos que hemos acumulado durante el invierno de la forma más rápida posible.

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Sin embargo, la 'operación bikini' no siempre es sinónimo de adelgazar y menos de perder peso de manera saludable. 

Para conocer qué errores cometemos cuando pretendemos perder peso rápidamente antes del verano, conversamos con Nuria Romero, dietista-nutricionista. 

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Locuras para adelgazar

La experta explica a magasIN las locuras que hacemos buscando adelgazar que tienen el efecto contrario y/o perjudican la salud. 

1. Centrarse solo en el peso

Generalmente, las personas asocian adelgazar a bajar de peso. Sin embargo, Romero subraya la importancia de considerar de dónde bajan. "No va a ser igual perder 2 kg de grasa, que perder músculo", dice. 

Para ella, es mejor centrarse en mejorar hábitos y conseguir así un "adelgazamiento saludable". 

2. No cenar o cenar muy poco

La nutricionista explica a magasIN que si aplicamos un déficit energético significativo, perderemos sobre todo músculo y no grasa: "Esto provoca una reducción del gasto energético y empeoramiento a nivel metabólico. Debemos entender además el músculo como mejor predictor de salud que la grasa. Una masa muscular por debajo de la saludable va a generar mayor riesgo de mortalidad y enfermedades, mayor osteoporosis y dependencia, si no se revierte la situación". 

3. Pensar que hay que pasar hambre

Al pasar hambre se van a producir dos situaciones que comenta Romero: 

  • Estar controlándote continuamente va a derivar en descontrol. "Tu cuerpo acabará por pedirte lo que no le estás dando y podemos acabar dándonos un atracón o simplemente ingiriendo más alimentos de los que el cuerpo necesita". 
  • La restricción severa conlleva la pérdida de músculo. "Esto puede hacer que luego acumules más grasa, no solo por la bajada del gasto energético, sino que al verse ante una 'amenaza' va a súper compensar". 

4. "Cuidarse" mucho entre semana y olvidarse del fin de semana

Es muy común, según nos cuenta la experta, que la gente se prohíba ciertos alimentos y bebidas durante la semana y cuando llega el fin de semana se descontrola. "Si te apetece una pizza un martes o salir de tapas, hazlo. No esperes al fin de semana porque tu deseo va a ir en aumento y cuando llegue el fin de semana saldrás como un 'torillo desbocado'", recomienda. 

5. Comer solo verdura y carne/pescado

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La nutricionista califica esta dieta como insostenible e insana. "No podemos limitarnos a tres grupos de alimentos y eliminar nutrientes tan importantes como los hidratos de carbono. Se han demonizado injustamente. Se trata de un nutriente necesario para el correcto funcionamiento del organismo. Si lo restringimos tanto, el nivel de glucosa en sangre puede ser menor y hará que el organismo nos pida alimentos más dulces para evitar hipoglucemia", dice. 

6. Tomar todo a la plancha

"No hay que asociar rico y sabroso con no saludable. Para ello, es fundamental la educación nutricional y que nos pongamos en manos de profesionales que nos guíen", apunta Romero. Ella considera que la cultura de la dieta nos ha instaurado que para adelgazar hay que sufrir y la sociedad ha entendido que no hay otro camino más que el de pasar hambre, comer soso, prohibiciones, no salir y un largo etcétera que solo termina por darnos resultados muy cortoplacistas. "La clave va a ser disfrutar del camino para poder mantenerlo toda la vida".

7. Limitarnos solo a alimentación o alimentación y ejercicio, cuando influyen más puntos

Hay más factores como el estrés, el descanso, el ritmo de vida… que influyen en la salud y la composición corporal. "No somos un estómago con patas. Somos un todo", recuerda. 

8. Tener visión cortoplacista

De acuerdo con la nutricionista, esta visión hace que el enfoque no sea el adecuado y acumulemos decepciones y desmotivaciones a lo largo de la vida simplemente porque pusimos el foco en adelgazar, no en mantenerlo. 

9. Fijarnos muchos cambios de golpe

"Cuando comenzamos tenemos mucha motivación y queremos comernos el mundo. Que no estoy comiendo nada de verduras, pues paso a comerlas a diario; que no entrenaba, pues ahora voy cinco días a la semana. Lo que sucede con esto es que es muy exigente y no podemos adquirir constancia", explica Romero. 

Concluye comentado que es más efectivo fijar un objetivo mínimo que sea un menos exigente pero más asequible. "Así, si lo cumplimos nos sentiremos realizados y la motivación mejorará".