La caída de pelo es un problema capilar que afecta a hombres y a mujeres, pero no por ello debe diagnosticarse ni tratarse de la misma manera, sino que se debe tener en cuenta el género, así como las características de cada persona.

La afección capilar se manifiesta de forma diferente en hombres y en mujeres, con diferentes zonas de pérdida, diferentes edades de aparición o diferentes problemas asociados.

Además, la aparición de alopecias suele tener un efecto aún más negativo en ellas, ya que en muchos casos afecta en mayor grado a su autoestima y su estado anímico. Sin embargo, en vez de trasladar esta preocupación a los dermatólogos especializados en salud capilar, que sería lo adecuado, se limitan a compartir esta preocupación con sus familiares cercanos o en los centros de belleza de confianza.

Problemas capilares frecuentes en mujeres

La pérdida de pelo y la falta de densidad capilar son los efectos que más preocupan al sexo femenino en cuanto a la salud de su cabello. De hecho, son los dos principales motivos de consulta y, aunque en algunos casos se entremezclan ambos, pueden ser evidencia de dos patologías: el efluvio telógeno y la alopecia androgenética.

En concreto, cuando el principal síntoma es la caída del cabello puede estar relacionado con la alopecia de efluvio telógeno; mientras que el afinamiento del tallo piloso en determinadas zonas puede ser indicio de la alopecia androgenética femenina.

Caída repentina del pelo

El efluvio telógeno es un tipo de alopecia muy frecuente, que consiste en la pérdida de una gran cantidad de cabello. Normalmente, tenemos efluvios fisiológicos (normales) que aparecen en otoño y primavera, pero a veces ocurre de manera patológica después de ciertas situaciones en la vida de la mujer, por ejemplo:

  • Después de una cirugía.
  • En el posparto. 
  • Tras un problema de salud. 
  • Después de una situación muy estresante. 

Cualquiera de las circunstancias anteriores puede afectar al ciclo vital de los folículos, de forma que muchos de estos se anticipan a la fase de caída al mismo tiempo y de manera repentina, a pesar de que no les tocaba en ese momento.

La caída en sí no ocurre a continuación del acontecimiento, sino que pueden pasar de tres a seis meses desde la situación detonante hasta el inicio de la pérdida del pelo ya que es el tiempo que el pelo pasa en completar la fase de caída o telogénica, de ahí el nombre.

En definitiva, nos encontramos con una caída aumentada concentrada en unos pocos meses, normalmente no más de seis, de un mayor número de tallos pilosos al que estamos acostumbradas, y esto puede ser realmente alarmante.

Aunque el efluvio telógeno es un problema capilar por el que han pasado casi todas las mujeres en algún momento de su vida, es recomendable consultarlo con Dermatología.

Es necesario un diagnóstico correcto por parte de un dermatólogo especializado en regeneración capilar, que descarte otras causas de caída capilar aceleradas, desencadenadas por déficits vitamínicos en la analítica o por problemas del sistema inmune.

El cabello pierde su densidad

La alopecia androgenética femenina es un tipo de calvicie muy habitual en las mujeres cuyo principal indicio es la pérdida progresiva de la densidad capilar, lo que implica que el pelo se vuelve más fino y claro hasta llegar a ser un vello inapreciable.

En cuanto a su origen, la alopecia androgenética se debe a una sensibilidad aumentada de la raíz del folículo piloso a los andrógenos circulantes en nuestro torrente sanguíneo. Esto no quiere decir que los niveles de testosterona estén alterados, sino que el bulbo del folículo piloso tiene una sensibilidad diferente.

Como consecuencia de esta mayor sensibilidad, el tallo sufre un afinamiento gradual hasta llegar a ser tan fino como el vello del cuerpo y tampoco obtiene la densidad capilar que debería.

Todo ello acaba causando la aparición de zonas clareadas, alopécicas o calvas, en el cuero cabelludo, que en las mujeres se localizan desde el área frontal a la coronilla y a los dos lados de la raya, cuando esta se marca en el centro.

Respecto a la relación de esta alopecia femenina con un posible trastorno hormonal, solo en un reducido número de mujeres existe una alteración hormonal asociada, pero esto ya es causa suficiente para hacer un estudio completo a nivel analítico y de otros posibles signos, que ayuda a ampliar la información y a su posterior diagnóstico.

Algunas señales corporales para tener en cuenta son:

  • Presencia de vello en zonas del cuerpo que no corresponde.
  • Tendencia al exceso de peso.
  • Acné.
  • Reglas irregulares.
  • Tratamiento de la alopecia androgenética.

Es importante valorar las características de cada persona, el tratamiento de esta patología es diverso y eficaz, y debe adaptarse a la situación personal, laboral y vital de la paciente.

La terapia de este tipo de alopecia se centra en:

  • Recuperar el grosor del pelo.
  • Frenar el avance del afinamiento del cabello.
  • Evitar efectos rebote, es decir, que no se pierda lo que se ha logrado hasta el momento, en caso de que la paciente tenga que interrumpir el tratamiento capilar por un embarazo u otras situaciones.

Entre las terapias capilares disponibles están:

  • Mesoterapia capilar, que permite administrar fármacos directamente en el bulbo piloso.
  • Toma oral de medicación específica para el cuero cabelludo.
  • Trasplante capilar, que es una posibilidad para determinados casos.

En cualquier caso, es fundamental consultar con los especialistas para diagnosticar cuál es el problema de salud capilar cuanto antes. De hecho, el diagnóstico temprano es el mejor aliado del problema, y ponernos en manos de un profesional especializado para plantear las opciones de tratamiento individualizadas más efectivas será el siguiente paso a seguir.

El Dr. Pedro Rodríguez especialista de la Unidad de Medicina Capilar de Ruber Internacional Centro Médico Masó.

Noticias relacionadas