El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que se apoyan sobre los huesos de la pelvis para dar sostén a nuestros órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina, recto, ano). Si esa sujeción se debilita o es dañada puede favorecer una posible incontinencia urinaria, fecal o ambas, provocando una merma en la calidad de vida diaria.

La vulnerabilidad de esta musculatura es tal que una de cada tres mujeres sufre algún tipo de pérdidas de orina tras dar a luz.

En mujeres, el embarazo y el parto son los principales causantes de problemas en el suelo pélvico, pero también el sobrepeso, el estreñimiento, la tos crónica e, incluso, el deporte de impacto, que junto a la predisposición familiar, son los principales factores de riesgo.

El periodo después del parto es un periodo crítico para el suelo pélvico. El suelo pélvico ha sufrido un estiramiento máximo durante la salida del bebé e incluso algún desgarro del músculo pubococcigeo en función del tipo de parto, del peso del bebé o de las características propias de los músculos de cada mujer.

Pérdidas

Como consecuencia, algunas mujeres pueden sentir falta de control de orina o de gases, puede haber dolor o sensación de debilidad y por tanto es importante evitar hacer grandes esfuerzos durante las semanas posteriores al parto y valorar el suelo pélvico antes de realizar cualquier actividad física.

Durante el embarazo, los músculos abdominales sufren modificaciones a medida que el bebé crece en el vientre materno. Tras el parto es importante evaluar y recuperar la tensión y la fuerza de los músculos abdominales ya que son indispensables para la correcta estabilidad de la columna y la sujeción de los órganos.

La disfunción del suelo pélvico ocasiona que una de cada tres mujeres mayores de 35 años presente problemas de incontinencia urinaria.

Existen dos momentos en los que es importante realizar ejercicios de fortalecimiento de suelo pélvico: el primero es el postparto en que es recomendable realizar prácticas de formalecimiento de la zona. El segundo momento en el que corre riesgo el suelo pélvico es la perimenopausia.

La realización de ejercicios de Kegel y hábitos saludables como cuidar el estreñimiento y el sobrepeso, ayuda a prevenir problemas a largo plazo tras el parto como prolapsos e incontinencia urinaria. Además, los ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico son esenciales para tonificar los músculos paravaginales y volver a una vida sexual satisfactoria tras el parto, por lo que es beneficioso continuar realizándolos fuera del embarazo.

¿Cómo son los ejercicios Kegel?

El ejercicio más básico se realiza apretando los músculos de la pelvis como si estuviéramos orinando e intentáramos detener el chorro, apretando hacia arriba. Contrayéndolos y manteniéndolos así mientras contamos hasta cinco respirando suavemente. Luego, hay que relajarlos durante cinco segundos más. Es recomendable realizar este ejercicio en series de diez repeticiones.

El objetivo es ir aumentando progresivamente el tiempo de contracción y relajación. Se puede comenzar con cinco segundos en cada caso hasta llegar a los 20 segundos. Cuanto más tiempo consiga aguantar la contracción de los músculos, más resistentes se harán.

Un suelo pélvico poco tonificado favorece la incontinencia y el prolapso de órganos pélvicos, lo que causa un deterioro serio de la calidad de vida de las mujeres que lo padecen, afecta a su autoestima y a sus relaciones interpersonales.

*La doctora Vanesa Ruiz Patricio es ginecóloga de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Quirónsalud San José.

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