Es muy difícil evitar que los niños estén pegados a una pantalla en los tiempos que corren pero con el encierro el peligro es el doble: estudian con vídeos de youtube, tienen los deberes del colegios en correos electrónicos, se entretienen con música en la tablet, juegan a videojuegos, pintan con aplicaciones y hasta hacen ejercicios con la televisión. ¿Cuántas horas están pasando delante de una pantalla ahora? Imposible contarlas.

Jorge Rubio, presidente y fundador de Cecop (asociación con más de 4.500 ópticos y que está presente en nueve países) advierte de que esa sobreexposición a la que los estamos sometiendo en los más pequeños puede ser peligrosa para el futuro.

"Somos conscientes de que reducir a cero el consumo de este tipo de dispositivos en pleno siglo XXI es prácticamente imposible, pero sí podemos educar y ayudar a divulgar cuáles son las consecuencias de esta sobreexposición", aclara.

Algunos estudios apuntan a que que la exposición a las pantallas por parte de niños menores de 8 años provoca miopes prematuros, y además no son del todo recomendables para su salud y su desarrollo visual ya que les limita, igualmente, el tiempo que pasan al aire libre.

Las recomendaciones más estrictas hablan de que en niños de entre 2 y 5 años, se recomienda no superar los 30 minutos de exposición al día a las pantallas mientras que entre los menores de entre 5 y 12 años se puede ir aumentando a una hora, incluso 90 minutos. A partir de los 12 años, no se debería exceder tampoco las dos horas diarias.

Los expertos son conscientes de que estos tiempos son imposibles de cumplir ahora, pero insisten en que lo más recomendable es buscar alternativas divertidas a las pantallas. "No es de extrañar que los tecnólogos más reputados de Silicon Valley afirmen que no quieren que sus hijos utilicen los dispositivos que ellos mismos fabrican, como hemos podido leer en varias noticias", explican desde Cecop. 

Estudios

El optometrista Donald Mutti del Colegio de Optometría de la Universidad Estatal de Ohio llevó a cabo una investigación en la que, durante cinco años, estudió los hábitos de un grupo de más de 500 niños de 8 y 9 años de edad y con visión sana. Al concluir la investigación, uno de cada cinco niños había desarrollado miopía y destacó el poco tiempo que pasaban al aire libre como una de las causas.

En la mismo línea se manifestó el investigador especializado en miopía Ian Morgan, de la Universidad Nacional de Australia en Canberra. Morgan estimó que los niños necesitan pasar alrededor de tres horas por día bajo niveles de luz de al menos 10.000 lux para estar protegidos contra la miopía, una cantidad de luz similar a la que recibiríamos permaneciendo bajo la sombra de un árbol en día de verano. "Algo difícil de igualar en un interior: una oficina o un aula que esté bien iluminada no supera los 500 lux", advierte la Cecop.

Los expertos aseguran que no se trata de infravalorar los beneficios que estas herramientas de aprendizaje tienen para los niños pero tampoco se puede asumir que es el único camino por el daño que producen sus pantallas y también por los riesgos de adicción y obstaculización que producen. 

Así que el debate no es pantallas sí o pantallas no, sino cuánto tiempo se puede estar expuesto y cómo hacerlo. "La irrupción de la tecnología en nuestras vidas ha sido muy positiva en ciertos aspectos, pero en el caso de la miopía en niños se ha demostrado que ha crecido significativamente en las últimas décadas, y esta tendencia coincide con el mayor uso de ordenadores y dispositivos móviles por parte de los más pequeños", denuncian.

Por eso piden que se haga un control del uso de los dispositivos electrónicos y sobre todo que no se pierda de vista la importancia de estar mayor tiempo al aire libre.

Cómo evitarlo

No hay recetas mágicas para este tema pero Cecop recomienda fomentar los descansos visuales de una manera más frecuente en los niños más pequeños para evitar el máximo daño. Para ello hay una regla de oro, la conocida como "20-20-20". "Esto significa que debemos recomendar a nuestros hijos que cada 20 minutos quiten la vista de la pantalla y observen algo que se encuentre a una distancia mínima de 20 pies (6 metros) durante al menos 20 segundos. Con este gesto ayudamos a los músculos de alineación ocular y enfoque a relajarse, y evitamos el riesgo de padecer fatiga visual digital", explican.

Además, hay que vigilar su postura: lo ideal es que se sienten erguidos, alineando la cabeza, el cuello y los hombros. "Se puede aprovechar el parón anterior también para corregir la postura, mover la cabeza lentamente hacia la derecha y hacia la izquierda, hacia arriba y hacia abajo, para aliviar la tensión de los músculos y reducir la fatiga".

Los expertos advierten de que es muy importante proteger sus ojos de la luz azul porque el cristalino de un niño es mucho más permeable a los rayos nocivos azul-violeta:  "Ahora ya existen gafas, que pueden ser graduadas o no, que protegen de los agentes novicos de este tipo de luz. Además, mejoran la calidad de visión y su comodidad, esencial para su aprendizaje", recuerdan.

Cuando todo esto pase, la asociación de ópticos recuerda que es muy importante hacerles exámenes visuales periódicos, al menos uno en cada comienzo del año escolar.

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