Elena Pérez
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Más allá del protocolo y la solemnidad institucional, la tradicional recepción a la sociedad balear en los jardines del Palacio de Marivent se ha convertido en una suerte de pasarela estival en la que, cada año, los estilismos de la Familia Real concentran buena parte de las miradas.

En esta edición, Letizia ha vuelto a acertar. Para la cita, ha escogido un look que es ya un clásico imprescindible de cualquier verano: vestido blanco largo de tirantes, bordado con calados florales del diseñador ibicenco Tony Bonet, sandalias de cuña en tonos dorados de Macarena Shoes y unos pendientes de la mallorquina Isabel Guarch.

Fresco, cómodo y favorecedor, se trata de un must que nunca falla cuando suben las temperaturas y ella, que parece estar decantándose por los tonos claros últimamente —probablemente para favorecer su bronceado— tampoco es ajena a su encanto.

Con esta elección, Letizia se suma a una tendencia infalible apostando por la naturalidad y el minimalismo sofisticado para esta cita, en la que ha ejercido como anfitriona de alrededor de 600 invitados junto a Felipe VI, la emérita Sofía y sus hijas Leonor y Sofía.

Los Reyes, juntos durante la recepción. Ballesteros EFE

La recepción en Marivent, la residencia de la Familia Real cuando llega la temporada estival, reunió al atardecer de este lunes, 4 de agosto, a figuras institucionales y personalidades de distintos sectores. Es un evento que refuerza, año a año, el vínculo entre la Corona y la vida de la isla, y, por tanto, está más que marcado en la agenda de actividades de los Reyes (y ahora de sus hijas).

A esta esperada cita acudieron la presidenta del Govern, Marga Prohens, el presidente del Parlament, el exjugador de baloncesto Rudy Fernández, o Carmen Planas, presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares, por nombrar algunas de las múltiples personalidades que se dejaron ver y disfrutaron de la velada al aire libre en los jardines del palacio.

La moda, protagonista

Retomando lo que adelantábamos al comienzo del artículo, como en cada edición, los estilismos de los miembros de la Familia Real han vuelto a centrar buena parte de la atención. No solo merece mención el de Letizia: Leonor también sorprendió con un vestido azul y blanco de estampado floral con escote bardot firmado por Desigual.

A muchos tal vez les resulte familiar, y es que, efectivamente, se trata de un diseño de aire mediterráneo que ya había lucido su madre para este mismo acto en verano de 2023. La apuesta de la Princesa confirma una vez más el intercambio de prendas entre ambas y refuerza la imagen de sostenibilidad que la institución acostumbra a proyectar con estas repeticiones.

La Familia Real, fotografiada en la recepción a las autoridades baleares. Ballesteros EFE

La infanta Sofía apostó por un vestido satinado de Zara con estampado tie-dye en tonos coral y fucsia, con cuello redondo y manga sisa, que llevó con alpargatas de cuña. Un look alegre, juvenil y algo más rompedor que el de su hermana, acorde con el estilo más desenfadado que ha ido mostrando en sus últimas apariciones públicas.

Doña Sofía, por su parte, optó por un conjunto de pantalón y blusa estampada en colores aguamarina y buganvilla, mientras que Felipe VI hizo el match perfecto con su esposa y se decantó por una camisa blanca de lino con jaretas, combinada con un pantalón oscuro.

Los 'royals' en Mallorca

En lo gastronómico, la velada se convirtió también en un homenaje a los sabores del Mediterráneo. Este año, el chef Andreu Genestra fue el encargado de diseñar un exclusivo menú con productos de temporada, de proximidad y kilómetro cero, tal como avanzó la revista ¡HOLA! Cocina horas antes del encuentro.

La noche anterior a la recepción, Letizia se dejó ver en la clausura del Atlàntida Film Fest, reafirmando así su apuesta por el séptimo arte. Días atrás, protagonizó una salida privada junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía para asistir a los históricos cines Rívoli, donde vieron En un lugar de la mente, documental de Pep Bonet.

Así, entre compromisos institucionales, veladas familiares y momentos compartidos con las personalidades de mayor relevancia en la isla, los Reyes consolidan verano tras verano su papel de anfitriones y representantes de una monarquía moderna y cercana.