Maite Torrente Raquel Nogueira

En su tradicional discurso de Nochevieja, este fin de año, la reina Margarita II de Dinamarca ha anunciado que deja el trono. Su abdicación se llevará a cabo el próximo 14 de enero, en favor de su primogénito, el príncipe Federico. Así, él se convertirá ese mismo día en monarca y su esposa, Mary Donaldson, en reina consorte.

Margarita II es, hasta el día en que abandone el trono, la última reina. Con la muerte de Isabel II se convirtió en la única mujer que actualmente porta la corona en Europa. Las demás son consortes, es decir, el título real lo ostentan sus respectivos maridos. Es el caso de Silvia de Suecia, Matilde de Bélgica, Máxima de Holanda, Camilla y la propia Letizia.

A sus 83 años, Margarita II ha estado muy presente en la vida oficial. En 2022, por ejemplo, celebró su jubileo de oro: 50 años durante los cuales hizo gala de una gran personalidad, algo que unido a su pasión por el teatro y las artes, además de un peculiar estilo en lo que a moda se refiere, hacen de ella una soberana atípica e inigualable.

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Llegó al trono en 1972, aunque en un principio no estaba predestinada a ello, porque cuando nació aún imperaba la ley sálica que impedía reinar a las mujeres. El hecho de que los entonces reyes, Federico IX e Íngrid, solo tuvieran hijas cambió el curso de las cosas, modificándose esa norma constitucional en el año 1953.

Durante su vida ha roto con muchos estereotipos reales y sigue haciéndolo. Fue la primera mujer de la Casa de Glücksburg en estudiar en una escuela pública durante su etapa infantil, aunque luego pasaría a una privada N. Zahles Skole, ubicada en Copenhague, donde se graduaría en 1959. Como han hecho posteriormente otras royals, la princesa Leonor incluida, pasó un año en un internado de Inglaterra.

Siempre le interesó el arte, por lo que no tuvo dudas en la elección de su carrera: estudió Arqueología por placer y Economía y Ciencias Políticas como formación indispensable para su puesto como reina de Dinamarca. Ha sabido combinar sus gustos personales con su deber de la mejor manera, porque para ella la institución es lo primero. "Siempre he sido muy feliz con el hecho de que mi vida fuera ya marcada y ha sido reconfortante de alguna manera saber qué era lo que tenía que hacer", confesaba en una entrevista.

Su alma de artista la ha llevado a participar en varias excavaciones arqueológicas en Egipto y Sudán y lleva décadas diseñando decorados y vestuario para obras de teatro, incluido el ballet real, películas y series. No sólo eso, también es una consumada pintora que ha dibujado los monogramas de los miembros de la Casa Real, hizo las ilustraciones de la edición danesa de El señor de los anillos y crea cada año los adornos navideños de palacio para cumplir con la cena tradicional de Nochebuena.

Es una experta bordadora y suele customizar bolsos y otros enseres para regalarlos a su familia en ocasiones especiales. La princesa Mary ha lucido un bolso diseñado por su suegra en alguna aparición pública. El estudio de Margarita, ubicado en el castillo de Marselisborg, es su refugio para crear y su colección de obras es extensa. De hecho, en 2021, se recopiló una centena de ellas para exponerlas en la biblioteca de Koldinghus.

Un matrimonio marcado por la polémica

La historia de amor de la soberana con el diplomático francés Enrique de Laborde de Monpezat parecía de cuento de hadas, aunque no sería tal. Se conocieron en Londres en 1965 y trataron de vivir su romance en el anonimato. Tanto que se comprometieron en secreto, no sin antes obtener el visto bueno de los reyes.

Contar con su aprobación fue fundamental. Ella misma ha confesado que de no haberla obtenido "habría tenido que decir que simplemente no funcionó porque no tenía la intención de renunciar al trono. Mi primer deber siempre ha sido Dinamarca y él lo sabía".

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Su matrimonio no fue tan feliz como se preveía, pues parece que Enrique nunca aceptó el papel de segundón que le había tocado, como sucedió también con el duque de Edimburgo. "Hoy, a la mujer de un rey se le da el título de reina, pero el marido de una reina no se convierte en rey al casarse", dijo él en unas controvertidas declaraciones públicas.

Las polémicas en las que se vio envuelto y los constantes desplantes a Margarita hicieron de Enrique un personaje incómodo en el país. En 2016 se retiró de la vida pública y renunció al título de príncipe consorte debido a su estado de salud, pues padecía demencia. Falleció en enero de 2018 a causa de una neumonía. Pese a todo, la soberana nunca se planteó el divorcio.

Un estilo muy personal

Durante su medio siglo en el trono, Margarita también ha destacado por su manera de vestir. Fan del encaje, los colores intensos y los sombreros, nunca deja indiferente, ni en sus estilismos de gala, ni en los más casuales. Es reina de Dinamarca, Islandia y Groenlandia y ha lucido en muchas ocasiones los trajes tradicionales de estos países. Le apasionan los total looks en el mismo tono, los estampados florales y los tejidos adamascados.

La aún reina de Dinamarca siempre ha sido fuente de inspiración para su heredero y también para su esposa, la princesa Mary, que asegura admirarla profundamente "por su compromiso y dedicación de toda una vida para servir a su país y a su gente".

Cuando el próximo 14 de enero Margarita II deje su puesto al frente de la monarquía danesa, llegarán un batallón de mujeres a la institución. La próxima generación tiene nombre femenino: Victoria de Suecia, Amalia de Holanda, la princesa Leonor, y Elisabeth de Bélgica.