España es un país de propietarios y, por lo tanto, también de herederos. Evidencia de ello, es que aproximadamente el 80 % de los españoles vive en una casa propia, según datos de la oficina europea Eurostat. Un volumen de viviendas que están destinadas en un futuro a ser heredadas algún día, con todo lo que ello conlleva.
Porque más allá del valor sentimental o económico, heredar una casa supone enfrentarse a un proceso burocrático complejo, cargas fiscales y, en muchos casos, conflictos familiares. Todo ello lleva a que no sean pocos los herederos que optan por renunciar a estos bienes antes que enfrentarse a un auténtico laberinto administrativo. Y cuando no hay testamento, la situación puede complicarse aún más.
Así lo explica en uno de sus vídeos el abogado Manuel Requena, especializado en Derecho de sucesiones, quien advierte de los problemas que puede generar la falta de testamento en parejas que comparten una vivienda. Y es que, el fallecimiento de uno de los dos miembros sin dejar constancia escrita de su voluntad puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para el superviviente.
"Imagínate que tienes una casa con tu pareja. Si tú mueres, la mitad sigue siendo suya, pero tu mitad pasa a la herencia y si no hiciste testamento la ley dice que esa parte va a tus hijos", comienza advirtiendo el abogado. En otras palabras: la pareja superviviente no hereda automáticamente la totalidad del inmueble, sino solo la parte que ya era suya.
La otra mitad se divide legalmente entre los hijos, lo que convierte a estos en copropietarios junto a la madre o el padre que sigue vivo. Esto puede parecer solo una cuestión legal, pero en la práctica puede desembocar en graves consecuencias.
"Eso significa que tu pareja ya no es dueña de toda la casa, sino que la comparte con ellos", añade Requena. Aunque el Código Civil reconoce ciertos derechos al cónyuge viudo, como el usufructo de un tercio de la herencia, ese derecho no es suficiente para evitar posibles problemas.
"Aunque la ley le da a la viuda un pequeño derecho de uso (lo que se llama el usufructo de 1/3 de la herencia o usufructo viudal) eso no impide que alguno de los hijos pueda pedir vender la vivienda", advierte. Si esto ocurre, el asunto puede terminar en los tribunales y tener un desenlace inesperado: "Si eso pasa el juez puede ordenar vender la vivienda y repartir el dinero entre todos, así que tu pareja podría quedarse con el dinero pero sin casa".
La importancia del usufructo vitalicio
Para evitar esta situación, el testamento se convierte en una herramienta clave. A menudo se percibe como un simple trámite, pero tiene efectos prácticos muy concretos. "En cambio si haces testamento, puedes dejarle el usufructo vitalicio y universal de toda tu herencia", señala el abogado.
Ese pequeño gesto puede suponer una gran diferencia: "Con ese testamento tu pareja puede seguir viviendo en la casa toda su vida y aunque los hijos sean los dueños de la otra mitad", explica. El matiz es importante porque evita que ninguno de los hijos pueda forzar la venta ni impedir que el viudo o viuda siga residiendo allí.
Y concluye con un mensaje claro: "Nadie puede vender ni echarla mientras viva. Ahora ya sabes, hacer testamento no es ningún trámite, si quieres evitar que tu pareja pueda perder la vivienda si no se aclara con los hijos haz testamento".
