Rosa Sánchez de la Vega
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La periodista y escritora Sibila Freijo, publica Señora lo será tu puta madre (Espasa), una novela de ficción que trata abiertamente el desconcierto de la entrada a la madurez, la realidad de la menopausia, las contradicciones de la maternidad y los roles impuestos a las mujeres sin desdramatizar, pero desde un punto de vista positivo y lleno de humor.

Hace 30 años que Magda, la madre de Alicia y Vera, decidió de la noche a la mañana abandonarlas sin dar ninguna explicación. Por entonces ellas eran unas adolescentes. Ahora que su madre ha vuelto, tienen una relación complicada. Las heridas siguen abiertas y ellas cumplen poco más de 50 años. 

¿El título de la novela lleva intrínseco alguna connotación?

En realidad no va con la connotación de la madre, sino que cojo la expresión 'tu puta madre', que todos sabemos lo que significa. No he querido ofender a nadie, es un título irónico que tememos las mujeres de entre 40 y 60, que se nos cosifique y clasifique por edad.

Algo parecido a meterte en un cajón de ropa sucia es lo que sentimos cuando te llaman señora y es cada vez más frecuente en la vida cotidiana. Entiendo que a partir de cierta edad la gente quiera mostrar respeto, pero para eso está el 'usted'. Cuando una mujer de 40 o 60 ve ese título, sabe perfectamente de qué va el libro.

Llegar a los 50 no solo te vuelve invisible a los ojos de los hombres, ¿también a los de la sociedad?

Cuando acaba la etapa de madre reproductora y de cuidadora, la mujer deja de existir para la sociedad. El libro protesta contra esta discriminación que las mujeres maduras tenemos que soportar,  porque se nos desexualiza. Se entiende que una mujer de 50 o 60 años no tiene deseo sexual, que tiene que empezar a hacer macramé y manualidades.

Cuando llegamos a los cincuenta, ¿las mujeres tratamos de ocultar aquello que entendemos que nos hace sentirnos mayores?

Sí, hay mucho tabú social. Aunque ahora estemos de moda porque es un negocio en tanto en cuanto nos quieren vender pastillas, suplementos, tratamientos de belleza, terapias... Pero todavía hay un estigma con la menopausia, también entre las propias mujeres.

Todas queríamos ser las primeras en tener la regla, pero nadie quiere que se le retire porque, en nuestras mentes, la pérdida de la regla supone sentirnos viejas y poco deseables.

¿Con la menopausia pierdes estrógenos, masa muscular, tienes sofocos, sequedad vaginal, ganas peso, pérdida de la líbido...?

No, nada de eso. La menopausia tiene hasta 25 síntomas. Las mujeres que lo sufrimos todo no sé ni cómo estamos vivas, pero tenemos que dejar que cada mujer viva su proceso de menopausia.

En cuanto al deseo, hay algunas que lo pierden, pero existen tratamientos para solucionarlo. Aunque yo diría que a los 50 una mujer está en el cenit de su vida sexual.

Lo que ocurre es que, otra vez, la imagen de una mujer de 50 o 60 años practicando sexo es una imagen que a la sociedad le perturba. Y ya es hora de derribar tabúes. Las mujeres practican sexo a los 50, a los 60, a los 70 y ojalá que podamos seguir hasta que nos muramos porque es parte de nuestra vida.

¿Cuándo fue la primera vez que te llamaron señora? 

En cuanto te ven con un carrito de bebé pasas a ser una señora. Entonces yo debía tener 29 años.

¿La maternidad es tan diferente como los tipos de mujer?

El papel de madre prevalece sobre todos los demás porque parece que, si eres madre, es tu rol principal en la vida. Y luego, si acaso, tu profesión, lo que tú quieres hacer, tus deseos...

Deberíamos empezar a derribar también el modelo de maternidad abnegada, y de sacrificio, porque nos aniquila como mujeres.

Y luego está el nido vacío, que suele coincidir con la plena menopausia y necesitas tu lugar, uno que dejaste, o encontrar uno nuevo.

Vera, uno de tus personajes, utiliza el sexo para librarse de esa madurez. 

Sí, aquí hay dos personajes que reaccionan de una manera muy diferente a la madurez. La loca, la pobrecilla que tiene todos los síntomas del libro y que está atrapada en un matrimonio aleatorio de estos sin sexo, que es Ali. Y Vera, que necesita encadenar un amante con otro e incluso se plantea ser de nuevo madre para frenar la madurez.

Magda es una madre 'abandonadora' que vuelve 30 años después.

Es una señora que vive en los 90, muy brillante intelectualmente pero que está amargada, con un marido que no la respeta, la minusvalora.

Va a hacer un viaje de trabajo a Lima y le pasarán cosas muy interesantes. Cuando regresa treinta años después, sus hijas llegarán a comprender por qué lo hizo.