Rosa Sánchez de la Vega
Publicada

La superventas Helene Flood, regresa con La herencia (Planeta). Un thriller psicológico, en el que las relaciones más cercanas y los secretos familiares pueden ser más inquietantes que un asesino en serie. Y donde la memoria juega un papel primordial entre lo que recordamos y cómo lo recordamos cuando hemos vivido un momento traumático, generando que lector desconfíe de todos los personajes.

Earling cayó fulminado en plena calle por un ataque al corazón. Aquello no fue repentino, porque mucho antes había sufrido una serie de accidentes a los que Edy, su mujer, no le prestó demasiada importancia. Pero por alguna razón había algo que no encajaba y la tenía sumida en una gran intranquilidad.

¿La herencia levanta ampollas, resquemores e inquietudes?

Una herencia siempre es un tema de discusión y de expectativas. Pero hay un drama en esa situación: se pueden heredar muchas cosas, aunque la gran pregunta es qué heredaron estos personajes de la infancia, qué pasó en esta familia. 

Estructuras la novela en un antes y un después dentro de la vida de los tres hijos, ahora huérfanos de padre y de la nueva viuda. ¿Por qué?

Está basado en la teoría del trauma, que es mi especialidad como psicóloga que soy. Cuando algo traumático ocurre, como esta muerte, puede ser muy central en la vida de esta familia. Y lógicamente ese trauma viene por algo del pasado y tendrá unas consecuencias, quién sabe, en un futuro. 

Hay tres puntos importantes que son el trauma, el duelo y la memoria.

La memoria y el trauma están muy conectados. El trauma afecta mucho a la memoria, a lo que tú recuerdas o no sobre ese evento traumático, y puedes acordarte de pequeños detalles muy bien. Lo usé en el thriller como forma de construir el suspense, porque todo está en la cabeza de uno de los protagonistas.

Helene Flood ha publicado su último thriller psicológico, 'La herencia'. Cedida

A raíz de la muerte de Erling, Evy tiene ciertas lagunas y ella tiene miedo de que sus hijos piensen que tiene enajenación mental.

El trauma nos cambia, y cuando ocurren este tipo de situaciones tenemos miedo a saber cómo nos ve el mundo y a cómo lo vemos nosotros mismos.

También cambia completamente su estatus. Ella está sola por primera vez desde que era adolescente. Su matrimonio era opresivo porque viene de un lugar muy conservador, un área donde la liberación de las mujeres no sucedió.

Ahora es la dueña de la casa, puede tomar decisiones sin pedir permiso a su esposo. Es un cambio muy bestia, aparte de la pena y del duelo, también hay que verlo como una oportunidad que tiene Evy para crecer, cambiar y enfrentarse a una transición.