Lo mejor de Un hípster en la España vacía, la nueva película del rompe taquillas director Emilio Martínez Lázaro es, sin duda, Berta Vázquez.
Con su interpretación de Lourdes, la propietaria de un bar en un pequeño pueblo turolense que inicia en el mundo rural a un joven urbanita, con ínfulas interpretado por Lalo Tenorio, conquista.
Lo hace porque no cae en estereotipos en ningún momento y porque luce radiante. Tanto como en su visita al Festival de Málaga para presentar la película, acompañada de buena parte del elenco, en el que están Paco León, Macarena García, Tito Valverde y Miguel Rellán.
La película cuenta la historia de Enrique, un joven político al que su novia y el jefe de esta, un alto cargo del partido, mandan a un pueblo de Teruel a hablar de nuevas masculinidades o montar un huerto colaborativo.
Si bien parece un regalo envenenado, consigue superar las burlas gracias a la ayuda de Lourdes, la dueña del bar, hacerse alcalde y, por último, encontrar el amor verdadero. Al final, los chistes dan paso a una historia de amor.
Pero Berta Vázquez reconoce que aunque le gustaban “las pelis románticas de adolescente”, ahora prefiere “el cine que me haga pensar en algo, que me haga tener una reflexión”.
Quizá porque “la concepción del amor romántico que suelen mostrar es un poco tóxica. Esa mirada tan utópica del amor luego, cuando vives realmente las relaciones, te das cuenta de que son mucho más complejas. Me parece bien como forma de entretenimiento, pero no refleja la realidad. No tiene nada que ver, todos lo sabemos”.
Un mes en la España vaciada
El equipo de Un hipster en la España vacía pasó un mes en la comarca del Matarraña, en Teruel, una zona conocida como la Toscana aragonesa, alojados en El Convent 1613, en La Fresneda. Los recuerdos de la actriz son muy buenos. “Es como un antiguo convento que ahora es un hotel, un sitio increíble”, cuenta la actriz, que destaca que “me sentía como en una especie como de retiro espiritual, porque como el pueblo estaba vacío, todo era tan tranquilo”.
Eso, dice, la hizo “reconciliarme con la idea del pueblo, del estilo de vida que se lleva allí. Me gusta la energía que hay ahí”. Pero Vázquez se resiste a comentar la impresión que le causó la situación de la mujer rural. “No puedo juzgarla porque está dentro del contexto rural. Entiendo que viven ahí porque quieren”, explica.
Cuenta que “estuve hablando con mujeres que comentaban que toda la gente joven se había ido del pueblo. También sus hijos, porque se aburrían. Realmente me daba un poco de pena”.
Nuevas masculinidades en el rural
La película ironiza con cierta irreverencia sobre el mundo moderno y sus avances. La actriz considera que “nos pasamos un poco con las etiquetas. Creo que nadie es una etiqueta, ni le puedes encasillar”. Pero también señala que algunas suponen una evolución.
“La nueva masculinidad realmente reivindica un avance en la mentalidad, por ejemplo”, comenta. Sin embargo advierte que “hay cosas que empiezan como con una muy buena intención, para salir de una cosa obsoleta, pero se pueden acabar convirtiendo en otra prisión, en otro dogma”.
Para ella, evitarlo supone apostar por la flexibilidad para evitar la rigidez y que “la cosa esta de evolucionar no se vuelva un poco dictatorial. Si no puedes poner nada en duda porque estamos avanzando, si no se puede contradecir, algo falla”.
Por eso, no duda en señalar la importancia de “que siempre haya diálogo en torno a todo. Poder estar en desacuerdo y naturalizarlo”.
Un rodaje orgánico
El personaje que interpreta Vázquez en la película es con el que te gustaría irte de cañas. La actriz cuenta que le dio vida de forma natural. “Fue un rodaje muy orgánico. Hicimos algunos ensayos y leímos los guiones bastantes veces”, apunta, pero sobre todo, recalca que “Emilio nos dijo siempre que confiaba mucho en nosotros. Nos animaba a que jugásemos con nuestro personaje”. Por eso, enfatiza que “como no estaba tan preparado, creo que hay muchas cosas que tienen algo de magia en ese sentido, en la película, porque surgieron de forma natural”.
Además, subraya el buen ambiente que se creó entre todo el equipo. “Los personajes crecieron en el rodaje, a medida que nos conocimos, empezamos como a tener más confianza entre nosotros. El ambiente era muy natural”. Y destaca que “Tito [Valcerde] y Miguel [Rellán] son muy divertidos”.
En la película, su personaje señala al protagonista sus errores. El mayor de ellos es ir dando lecciones por la vida. “Yo también me he encontrado a muchas personas que van así, dándote lecciones”, confiesa la intérprete. “Lo afronto yendo a mi bola. No me relaciono mucho con ese tipo de gente, la verdad. Pero si me encuentro a alguien así, simplemente entiendo que lo hace en base a su propia experiencia. No me lo tomo como algo personal”, asegura. “Cualquiera puede decir misa, pero para mí, realmente lo que cuenta es lo que haces y cómo te comportas”, apunta.
Una mujer libre
Esas palabras indican algo de la fuerte personalidad de Berta Vázquez, que además de actriz es cantante y tiene publicado un poemario, A veces soy la noche. Su primera declaración de intenciones en el certamen malagueño fue el look de día que llevaba: vestido corto y chaqueta negros, gafas de pasta y zapatillas de trekking. Una imagen que contrastó con la que lució por la noche. Un espectacular vestido transparente firmado por Palomo Spain, estilo coquette, y, de nuevo, combinado con zapatillas deportivas. No se trataba de moda, sino de libertad.
La actriz hace un año sufrió críticas por su aspecto físico en la gala de los premios Goya. Pero también una oleada de apoyo. Entre ellos el de su ex y amigo Mario Casas. Pero la mejor respuesta fue la de ella misma que, simplemente, citó a Eleanor Roosevelt, activista por los derechos humanos: ‘Las grandes mentes discuten sobre ideas, las mentes estándar discuten sobre sucesos y las mentes pequeñas critican a la gente’.
Menos estereotipos, más diversidad
La protagonista de éxitos como la serie Vis a Vis o el filme Palmeras en la Nieve, señala la presencia de las plataformas audiovisuales como una ayuda para mostrar un cine con mayor diversidad. “Creo que antes formábamos parte de un mercado más pequeño, pero ahora ya está todo más conectado con el exterior. Y todos recibimos influencias de todos”, apunta.
Pero, pese a considerar que estamos viviendo un momento muy bueno, en concreto en el cine español, considera que “a nivel global todavía existen cosas que hay que mejorar en cuanto a tópicos. Incluso te concretaría que hay que mejorar el rol de las mujeres en las películas. Nuestros papeles siempre están un poquito encasillados, diría yo”.
Sin embargo, matiza que “creo que las producciones que se están haciendo ahora en general en las plataformas, se está dejando de encasillar a una persona por un género o un color de piel”.
Y señala que, para ella, “al final lo que cuenta es la cultura donde has crecido. No tanto el género o la raza, sino la cultura. ¿Cuáles son tus costumbres, con qué te identificas?”. Y en ese sentido, cree que “hemos mejorado bastante y tenemos que seguir mejorando. Pero creo que estamos en ello y soy optimista. Vamos por buen camino”.