Málaga

"Tiene usted un carcinoma de un 1,5 centímetros en un pecho". Rocío recibió a sus 37 años la peor de las noticias. Hace una década ese diagnóstico de cáncer de mama marcó un antes y un después en su vida.

Esta ingeniera industrial, deportista nata y amante de la vida sana, se preparó mental y físicamente para vencerlo y cuando logró esquivarlo del todo, a sus 44 años, pudo gestar vida y tener en sus brazos a su pequeño Quintín, que ya tiene tres.

Para ello, en cuanto le dectectaron el tumor, congeló sus óvulos que se mantuvieron intactos durante siete años. Reconoce que le dio mucho alivio durante el proceso de curación de la enfermedad saber que esa puerta seguía abierta. "Este problema lo apartas de tu cabeza".

Rocío nunca perdió la esperanza de ser mamá a pesar de que un puñado de células le había jugado una mala pasada. "No hay nada imposible", es el mensaje de esperanza que lanza Rocío tal día como hoy, 19 de Octubre, el Día Mundial del Cáncer de Mama.

Su historia

En conversación con MagasIN, esta malagueña recuerda su historia. Llevaba un año saliendo con su pareja Quintín, ingeniero también y un apoyo fundamental. De repente una mañana se notó un bulto en el pecho más sólido de lo habitual. Avisó a su madre, que era sanitaria, fueron al hospital y tuvo que empezar a mirar de frente al cáncer. 

Rocío con su pareja, Quintín, y el pequeño. F.J Cristòfol

En un principio todo apuntaba a un fibroadenoma, un tipo de bulto no canceroso (benigno) en la mama, pero tras una biopsia este primer buen pronóstico se esfumó. "Lo primero que te dicen es que te puedes morir y que probablemente no podrás ser madre", recuerda Rocío.

Aunque su proceso de curación la ha llevado a través de la sanidad pública, reconoce que en aquel momento tenía mucha desinformación, motivo por el que comenzó a informarse y empezó a tomar firmeza la idea de vitrificar sus óvulos para poder utilizarlos en un futuro.

Le dieron fecha para el 30 de abril para extirparle el tumor. La extracción de sus óvulos se produjo unos días después en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE) de Málaga, entre su paso por el quirófano y el comienzo de su tratamiento de quimioterapia en mayo. Rocío insiste en la importancia de realizar el proceso de congelación antes de comenzar con la quimioterapia por su posible afección a la función ovárica. Le dijeron incluso que podría acabar todo el proceso con una menopausia precoz.

La extracción la recuerda muy llevadera. Ese mismo día hizo vida normal. "No es nada que no se pueda soportar. Una gastroscopia que me tuve que hacer fue mucho más dolorosa", asegura.

Siete años después

Siete años después de aquel diagnóstico nació el pequeño Quintín en julio de 2017 con 3,800 kilos de peso y sano. Aunque lo intentó de manera natural, una vez culminado el tratamiento, recurrió de nuevo al citado centro malagueño, donde tenía vitrificado sus óvulos, y consiguió quedarse embarazada.

Además, tras el proceso curativo, a Rocío le ha vuelto el periodo y podría quedarse de nuevo en estado. De hecho, no pierde la esperanza a sus 47 años.

Reconoce que por su buena evolución en su caso sí ha sido posible, pero las circunstancias pueden ser múltiples. Por eso insiste en que hay que confiar en los sanitarios, que darán las pautas necesarias a cada mujer. 

Por la Seguridad Social

Pregunta.- ¿Qué le dirías a las mujeres que pueden encontrarse en una situación como la tuya?
Respuesta.- Le diría que esto es un bache en el camino del que probablemente saldrán reforzadas y vivirán la vida con más intensidad valorando cada momento. Todo se puede conseguir si se desea mucho. Hoy día hay grandes profesionales sanitarios, creo firmemente en la medicina y gracias a ellos puedo disfrutar hoy día de mi familia.

Hace diez años no había mucha información sobre la vitrificación de óvulos, pero hoy día sí la hay. Además, las pacientes oncológicas ya lo pueden realizar a través de la Seguridad Social. "Yo tuve dinero pero en la actualidad la sanidad pública te permite hacerlo y eso te da mucha tranquilidad", asegura Rocío.

La visión experta

El doctor Claudio Álvarez Pinochet, director médico y ginecólogo especialista en medicina reproductiva en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE) de Málaga, trató a Rocío. Ella fue la primera paciente de esta clínica y de la provincia en conseguir ser madre tras su enfermedad.

Profesionales sanitarios del centro Gutemberg de Málaga. Cedida

Se trata de una técnica que comenzó en 2008 y que hoy día no se utiliza únicamente en pacientes con cáncer, sino también con otras mujeres que desean preservar su fertilidad por otras causas. No obstante, solo vuelven a por ellos entre un 15 o un 30%, bien porque lograron embarazarse vía natural o porque finalmente deciden no tener hijos.

El doctor Álvarez reconoce que hay desconocimiento al respecto no solo por parte de la paciente sino también del equipo médico. No obstante, asegura que los oncólogos ahora sí están jugando un papel muy importante a la hora de informar sobre esta alternativa. "Eso es fundamental", asegura el experto. Además, insiste en que hoy día si el tratamiento curativo ha ido bien, "un embarazo no supone ningún riesgo".

Eso sí, la edad es un factor decisivo. "Hoy día la curación del cáncer de mama es muy alta, un 80% logra recuperarse y vivir con una calidad de vida buena, pero no todas esas mujeres están en una edad fértil". No obstante, si sobrepasa los 45 años podría recurrir a otra técnica como es la donación de óvulos.

Rocío con su hijo Quintín. F.J Cristòfol

"El perfil de Rocío fue ideal: 37 años, sin hijos y con un cáncer de mama con buen pronóstico", asegura el doctor, para darle vida a Quintín, llamado así por tradición familiar.

El próximo 31 de octubre será el santo del pequeño, de su padre y de su abuelo. "El primero de todos como diría mi suegro porque el 1 de noviembre se celebra el día de Todos los Santos y él dice que es el primero", asegura Rocío entre risas. Un motivo más para celebrar la vida, que el cáncer se puede vencer y que, como dice esta malagueña, no hay nada imposible.