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Para muchos hogares decorar con cubreradiadores resulta estético, pero un fontanero experto advierte: esconder el radiador puede perjudicar seriamente su eficiencia. Un radiador envuelto en madera o hierro pierde su capacidad de emitir calor de forma óptima. Eso se traduce en más gasto y menos confort.

Puede parecer lógico, pero cualquier objeto que esté delante, sobre o debajo del radiador puede interrumpir la circulación natural del calor. Daniel García, fontanero, advierte a Eldiario.es que "cubrir los radiadores nos hace perder rendimiento y no disminuye el consumo"; él defiende la idea de mantenerlos libres para aprovechar el calor de manera más eficiente.

La advertencia no es menor: cada vez que estilizamos nuestro salón con un cubreradiador, según profesionales y estudios, podríamos estar comprometiendo entre 10% y 30% de la potencia calorífica real del radiador.

Cubierta radiador.

Según expertos del sector, los radiadores funcionan al calentar el aire inmediato, que asciende y genera circulación en la habitación. Cuando colocamos una tapa o mueble decorativo, sin ventilación adecuada, la convección natural se bloquea. El aire caliente queda estancado dentro del mueble, y mucho del calor nunca llega al ambiente.

Además, muchos radiadores modernos cuentan con válvulas termostáticas que regulan la temperatura en función del ambiente. Si el sensor detecta calor dentro del cubreradiador, puede cortar el paso de agua caliente demasiado pronto, dando por hecho que la habitación ya está cálida, cuando en realidad el calor no se ha distribuido.

Como resultado, el radiador necesita trabajar más tiempo o subir la temperatura del agua para alcanzar el confort deseado, lo que aumenta el consumo energético y eleva la factura.

De hecho, distintas fuentes coinciden en que cubrir un radiador de forma inadecuada reduce su eficiencia calorífica notablemente: Un estudio sobre cubiertas de radiador detectó pérdidas importantes en la salida de calor cuando las tapas impedían la circulación normal del aire.

Igualmente, algunos organismos del sector indican que tapar radiadores puede provocar una pérdida del orden de 10% al 20% del rendimiento térmico.

Si además el diseño del cubreradiador es muy cerrado (sin rejillas superiores o frontales adecuadas), la merma puede llegar a ser de hasta un 30% en la emisión de calor.

En la práctica, esto significa que una habitación puede tardar más en calentarse, permanecer más fría y requerir más tiempo de funcionamiento de la calefacción, o una subida del termostato, para alcanzar la misma temperatura.

Otros consejos de Daniel para mejorar la eficiencia de la calefacción pasan por lo siguiente: Si la parte superior del radiador permanece fría, es muy posible que contenga aire en su interior que le impide calentar completamente porque no permite que el agua caliente circule. "Si la calefacción es de tipo comunitario, bastaría con purgar los radiadores", aclara el fontanero. "Si disponemos de una calefacción individual, es imprescindible, además de purgar los radiadores, revisar la caldera cada año", señala.

Igualmente, hay que vigilar la presión. El profesional destaca que "se pierde presión al purgar" y advierte que "después de purgar es necesario volver a llenar el circuito con agua hasta llegar a la presión que ha indicado el fabricante de la caldera".

Finalmente, la reposición de agua se realiza a través de la llave de llenado. Lo común es que la presión oscile entre 1 y 1,5 bar, aunque puede cambiar según cada caldera.