Cambiar las puertas interiores de una casa se ha convertido en una de esas partidas de reforma que ya no salen "baratas". Un carpintero lo resume con contundencia: "Antes cobraba 120 euros por unidad, ahora pasan de 250", una frase que refleja la realidad de muchos presupuestos actuales.
Luis, un carpintero de 48 años y más de 25 de experiencia, confirma que el precio de cambiar puertas se ha disparado: "Antes instalaba puertas por unos 120 euros la unidad, ahora pasan de 250 euros sin problema". Además, explica que el cliente piensa que es "solo colgar una puerta", pero detrás hay materiales caros, herrajes de mejor calidad, transporte encarecido y mucha más exigencia técnica que hace una década.
Los datos del sector lo respaldan. Plataformas de reformas como Habitissimo sitúan hoy el precio medio de cambiar una puerta interior entre 150 y 600 euros, instalación incluida, en función del material y la complejidad del trabajo.
Puerta de una vivienda.
Otras guías de precio, como las de Cronoshare o portales inmobiliarios como Fotocasa e Idealista, cifran el coste por puerta normalmente entre 200 y 400 euros, con rangos que pueden llegar a 500 euros en puertas lacadas o de alta gama.
El carpintero explica que hace unos años era un trabajo rápido, con materiales asequibles y sin grandes exigencias de diseño. Sin embargo, actualmente ya no es así y rara vez el precio baja de los 230-250 euros.
Pasillo interior con puertas de madera.
Detrás del encarecimiento hay varias causas. La primera, la subida generalizada de los materiales de construcción, con la madera entre los productos más afectados. De hecho, informes sobre el sector apuntan a incrementos muy relevantes en madera, tableros y derivados, empujados por la energía y el transporte.
Las asociaciones de fabricantes han llegado a estimar que los costes de fabricación han aumentado de media entre un 45% y un 50% desde 2021, por el encarecimiento de materias primas, electricidad y logística. Esa subida termina trasladándose, inevitablemente, al precio final que paga el cliente.
A esta presión de los materiales se suma la de la mano de obra cualificada. Un reportaje reciente sobre reformas del hogar en España destaca que carpintería, electricidad y revestimientos están entre los oficios que más se han encarecido, con subidas de hasta un 20% en los últimos años.
El carpintero lo vive en el día a día: cada puerta y no es sólo "quitar y poner". Hay que medir, adaptar marcos, ajustar premarcos viejos, sellar correctamente y rematar para que no queden holguras ni roces. Ese trabajo fino requiere tiempo y experiencia, y se cobra en consecuencia.
Las tendencias en interiorismo tampoco ayudan a abaratar. Cada vez se demandan más puertas lacadas en blanco, diseños de cuatro cortes, herrajes vistos en negro o tiradores ocultos, soluciones que encarecen tanto la puerta como el proceso de lacado y montaje, frente a las puertas lisas de antes.
Las cifras hablan por sí solas. Según recopilaciones de precios recientes, cambiar una puerta interior puede costar hoy entre 210 y 500 euros, sumando hoja, marco, herrajes y mano de obra. Para un piso estándar con siete puertas, la factura total puede superar los 1.500-2.000 euros.
