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La actriz Macarena Gómez (47) vive junto a su marido, el artista Aldo Comas, y su hijo en un lugar muy especial: un molino del siglo XVII reconvertido en su hogar. Está situado en un pueblo del Alto Ampurdán (Girona), una comarca catalana de paisajes rurales, masías y campos abiertos.

Aunque Macarena es cordobesa, decidió hace más de una década mudarse a esta zona para llevar una vida más tranquila y cercana a la naturaleza. "Estoy encantada. Hemos aprendido a darle el biberón a las vacas y las ovejas", declaró en una entrevista para la revista Hola.com.

El antiguo molino fue totalmente restaurado respetando su estructura original: muros de piedra, vigas de madera y una cubierta de teja tradicional. Sin embargo, Macarena y Aldo añadieron toques contemporáneos, grandes ventanales y un diseño interior luminoso y creativo.

Recreación de su molino.

La casa se compone de varias plantas conectadas entre sí, con espacios abiertos y estancias dedicadas a la creación artística. Una parte del molino se utiliza como estudio para Aldo Comas, mientras que otra sirve de zona de ensayo y lectura para Macarena.

El molino es parte de una finca rural de amplias dimensiones que funciona casi como una granja autosuficiente. La pareja cultiva verduras y frutas ecológicas, mantiene un gallinero propio y convive con alpacas, burros y ovejas.

Para ellos, esta conexión con los animales es terapéutica y fundamental. En varias entrevistas, Macarena ha explicado que cuidar del entorno y de sus animales les aporta equilibrio y felicidad. Este sería un lugar en el que vivir en armonía con la naturaleza.

Los expertos inmobiliarios calculan que el valor actual del molino podría superar los 2 millones de euros, teniendo en cuenta su extensión, antigüedad histórica y su nivel de rehabilitación.

Además del valor económico, la vivienda tiene un significado simbólico. Representa una forma alternativa de vivir: lejos del estrés de la ciudad, con tiempo para disfrutar, crear y compartir en familia.

El interior del molino combina estilos rústico, vintage y contemporáneo. Muebles recuperados, textiles coloridos y obras de arte dan vida a cada estancia.

Macarena y Aldo se encargaron personalmente del diseño. Cada objeto cuenta una historia: hay antigüedades de mercadillo, cuadros pintados por Comas y piezas únicas que reflejan su personalidad vibrante y creativa. El resultado es una casa acogedora, viva y con una estética muy personal.

El molino se encuentra rodeado de campos y bosques del Alto Ampurdán, una de las zonas más codiciadas de Girona. La propiedad cuenta con jardines amplios, piscina natural y zonas de descanso.

En un lugar así el tiempo transcurre de un modo distinto. De hecho, el ritmo en el campo es más humano. Como se puede ver en algunas fotos que han compartido en las redes sociales y en artículos sobre decoración, a la familia le gusta salir de paseo, reunirse con amigos y celebrar al aire libre.

Macarena Gómez, a diferencia de otros famosos que eligen residencias urbanas, ha escogido el campo como su sitio de reposo e inspiración. La filosofía de vida sostenible que caracteriza a su molino se manifiesta en el hecho de que la autenticidad, y no la ostentación, es la medida del lujo.

El molino del siglo XVII, que Macarena Gómez ha convertido en el corazón del Ampurdán, es hoy uno de los hogares rurales catalanes más apreciados.

Esta finca, que podría superar los 2 millones de euros de valor, si bien es cierto que es una cifra orientativa. En cualquier caso, esta no es únicamente una casa; es un proyecto vital que fusiona el arte, la historia y la sostenibilidad. Una prueba de que el lujo auténtico consiste en vivir con alma, estar rodeado de naturaleza y tener los pies sobre la tierra.