Aunque su voz ha traspasado escenarios y fronteras, Luz Casal siempre ha conservado un lazo profundo con Galicia. En la aldea de Orros, municipio de Boiomorto (A Coruña), se encuentra la casa familiar donde la artista vive rodeada de naturaleza y tradición. Este rincón rústico se ha convertido en su santuario personal.
En su vivienda, construida con piedra y madera tradicionales, los elementos rústicos conviven con espacios cálidos y acogedores. Desde techos altos hasta la chimenea en el salón, cada rincón transmite serenidad y autenticidad. Luz afirma que este hogar le conecta con lo que es.
Este enclave no es solo su residencia: cada verano alberga el Festival de la Luz, su proyecto cultural y solidario. Así, su casa rural se transforma en un escenario donde música, arte y comunidad se dan la mano.
El caserío de Luz Casal.
Boimorto, con unos 1.800 habitantes, forma parte de la comarca de Arzúa y se sitúa a unos 40 km de Santiago de Compostela. Este entorno verde y apacible es escenario de una vida agrícola ligada al queso Arzúa-Ulloa y senderos rurales.
Allí nació Luz Casal y este lugar se ha convertido en el epicentro de su vida privada. La finca familiar ubicada en Orros fue el punto de partida para dar forma el Festival de la Luz en 2012, una cita solidaria que cada año congrega a miles de personas.
El festival, además de conciertos, incluye propuestas culturales, gastronómicas y artísticas. Para Luz, es una forma de "devolver a la sociedad" y estrechar el vínculo con su tierra natal.
Cada año, en el prado que circunda su hogar, hay decenas de artistas musicales, tanto nacionales como extranjeros. Es más bien un tributo a la cultura de cercanía y una fiesta de la vida en el campo gallego que un acontecimiento.
Luz Casal en su pueblo.
Los beneficios del evento se emplean en proyectos de solidaridad, que van desde hospitales hasta organizaciones de carácter rural. Sus ediciones han incluido a artistas como Rozalén, Amaral o Iván Ferreiro. Para Luz, el festival es "una vía para retribuir a Galicia todo lo que me ha ofrecido".
Aparte del cartel musical, el festival fomenta la sostenibilidad, el consumo local y el respeto hacia el medio ambiente. Según la artista, "es un acto de amor hacia el planeta".
La vivienda se alza sobre dos plantas, con muros de piedra rústica y estructura de madera que le otorgan un carácter rural auténtico. Terrenos agrícolas, campos de maíz y vegetación autóctona circundan la finca.
Luz Casal se siente orgullosa de su origen rural y también de sus raíces gallegas. "Soy una mujer de aldea, y eso me llena de orgullo", confesaba cuando la nombraron "hija predilecta" del municipio donde creció entre maizales.
Y en lo que respecta a su hogar, la revista Pronto destaca que la casa conserva ambientes rústicos en cocina y dormitorios, con mobiliario artesanal y robusto, manteniendo una estética coherente con el paisaje gallego.
Luz Casal en su pueblo.
Vivir en esa casa no es solo un acto simbólico: es una elección que estructura su vida y le da equilibrio. En ese contexto, la música, la creatividad y el descanso se entrelazan con el paisaje rural.
Ese espacio le permite recobrar el silencio, respirar el aire gallego y reencontrarse con sus raíces. Este lugar le hace conectar con lo que ella es, algo que refleja su sentir profundo hacia su lugar natal.
Luz Casal en su pueblo.
Luz Casal no vive en una casa cualquiera: habita su memoria. En Orros, Boimorto, su vivienda de piedra y madera ha pasado de ser refugio familiar a epicentro de una misión artística y solidaria. Allí encuentra silencio, identidad y un escenario propio donde música y raíces convergen.
A sus 66 años, muestra que ser sencilla no es incompatible con el éxito. La artista gallega ha encontrado en su hogar de piedra y madera el equilibrio ideal entre la autenticidad y la fama, entre la mujer de aldea que siempre fue y la artista universal.
