Publicada

David, arquitecto con sensibilidad histórica, y creador de contenido a través de TikTok (@playdabeat) declara firmemente sobre la Sagrada Familia: "Los planos originales se destruyeron en el transcurso de la Guerra Civil". Esa pérdida no es únicamente simbólica: tuvo un impacto en la manera en que el proyecto pudo ser reconstruido en décadas siguientes.

La Sagrada Familia sigue existiendo hoy en día gracias a la recuperación de fuentes y a la reconstrucción de fotografías, dibujos y maquetas. Los arquitectos que llegaron después tuvieron que entender lo que quedó para honrar la visión de Gaudí.

En consecuencia, es necesario describir el contexto histórico del desastre, la forma en que se rehízo la obra y el reto que afrontan los arquitectos actuales al rendir tributo a la genialidad catalana.

En julio de 1936, con el estadillo de la Guerra Civil Española, la Sagrada Familia fue atacada y sufrió graves daños. En ese evento fueron destruidos planos, dibujos, fotografías y maquetas en el taller y la cripta.

Un comando anarquista penetró en el recinto y provocó incendios que también destruyeron las "Escuelas Provisionales" y el obrador del templo. Los modelos de yeso, esenciales para visualizar las estructuras, quedaron hechos añicos.

La pérdida fue enorme: el equipo de Guadí trabajaba con esas herramientas como guía para plasmar su visión estructural y simbólica. Su desaparición representó un obstáculo arquitectónico y simbólico para el proyecto.

Tras el fin del conflicto, los responsables de retomar las obras debieron recurrir a lo poco que sobrevivió: fotografías publicadas, revistas antiguas y bocetos dispersos. Parte del material salvado del taller de Gaudí permitió conservar fragmentos del diseño original.

En 1939, al retomar la dirección de las obras, Francesc de Paula Quintana jugó un papel clave al reconstruir modelos perdidos a partir de esas fuentes.

A lo largo de los años, arquitectos como Isidre Puig Boada han mantenido documentos y fondos de prensa para preservar el espíritu original.

Así, la obra ha evolucionado entre interpretación y fidelidad: cada nueva fase debía adaptarse a normas modernas, pero respetando los conceptos que Gaudí había plasmado en vida.

Hoy en día, la Sagrada Familia sigue construyéndose bajo la batuta de equipos de arquitectos modernos que tratan de conjugar innovación y homenaje. El creador de contenido y experto en arquitectura que hemos mencionado anteriormente destaca que, sin los planos originales, cada intervención requiere un balance entre creatividad y respeto al legado.

El resultado es una obra viva: a pesar del sinsentido de perder los originales, los arquitectos contemporáneos mantienen la ambición de que la Sagrada Familia concluya algún día fiel a la visión de Gaudí, adaptada al siglo XXI.

Hay que tener en cuenta que no únicamente fue un daño técnico la quema de los planos originales; además, significó un impacto emocional y cultural para la Barcelona de aquel tiempo.

La Sagrada Família no era solo una obra arquitectónica, sino que era un proyecto compartido y espiritual. Se percibió la pérdida de los documentos de Gaudí como un asalto contra la identidad urbana.

Gaudí ideó el templo como una creación viva, que se inspira en la naturaleza. Las fachadas estaban repletas de simbolismo bíblico, sus columnas tenían una apariencia similar a la de los árboles y cada detalle tenía un propósito.

Como muchas de sus ideas solo estaban en su mente o en maquetas, sin planos originales, resultó ser un desafío replicar esa lógica.

La razón por la que se extendió por tanto tiempo la construcción de la Sagrada Família es el incendio y la pérdida de gran parte del legado. Los arquitectos que vinieron después tuvieron que trabajar más lentamente, revisando cada progreso, debido a la falta de un guion claro.

Esta ausencia de referencia ha hecho que el calendario de finalización se retrase considerablemente. Y además, la reconstrucción también generó discusiones: ¿Hasta qué grado lo que observamos hoy se asemeja a la idea inicial de Gaudí?

Los críticos argumentan que algunas soluciones son interpretaciones modernas; en cambio, los defensores sostienen que la esencia se conserva por medio de la combinación de tecnología nueva y tradición.