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A sus 48 años, Esther Cañadas sigue siendo un icono indiscutible de la moda española e internacional, preservando la misma fuerza y elegancia que la llevaron a brillar sobre las pasarelas.

Su reaparición estelar en la Semana de la Moda de Madrid, desfilando para firmas como Lola Casademunt y participando en el esperado desfile de Carolina Herrera en la Plaza Mayor de la capital, ha dejado claro que el tiempo parece no pasar por ella.

Más allá de su estilo y elegancia, hay un detalle de su vida personal que ha vuelto a captar toda la atención. Ella misma ha confesado que su dieta, durante años, estuvo basada en el arroz blanco.

En una reciente entrevista en El Hormiguero la modelo declaraba que, durante una época, su alimentación se reducía a un único plato que repetía sin descanso: "Desayuno, comida y cena", relataba con naturalidad.

Una declaración que ha sorprendido, no solo por la anécdota, sino por ser un reflejo de cómo la alimentación marca la vida de las grandes figuras del espectáculo: "Me quedaba muy rico, era de lo poquito que me podía hacer, pero bueno, son etapas".

El secreto de una modelo

Lo que para muchos es una guarnición, para Cañadas llegó a ser la base de su dieta diaria. En un momento en el que las modelos internacionales viajaban sin parar, sobreviviendo entre castings y desfiles en ciudades como París, Hong Kong o Ciudad de México, ella encontró en este alimento una manera sencilla y económica de mantenerse.

Saciante, el arroz blanco aporta energía rápida y combina fácilmente con cualquier ingrediente. Sin embargo, llevar una dieta centrada en un único alimento también deja entrever las dificultades de aquellos años, cuando incluso una supermodelo reconocida mundialmente debía buscar la manera más práctica y asequible de alimentarse.

Lejos de ser un estilo de vida glamouroso, la confesión de Cañadas refleja una realidad que no siempre se deja ver y es la dureza de la profesión y los sacrificios personales que se esconden detrás de las pasarelas.

Supervivencia

El debate sobre la alimentación saludable está más viva que nunca y descubrir que una de las mujeres más admiradas en el mundo de la moda sobrevivió a base de arroz blanco genera sorpresa y curiosidad.

Nutricionistas y expertos coinciden en que el arroz puede ser una buena fuente de energía, pero no debe convertirse en el único alimento de la dieta.

Le faltan proteínas, grasas saludables, fibra y micronutrientes esenciales. Por eso, la historia de Esther se interpreta más como un testimonio de resistencia que como una recomendación dietética.

La sinceridad con la que la modelo compartió esta etapa de su vida, a pesar de haber alcanzado el éxito profesional, deja ver las limitaciones económicas y personales de los inicios de su carrera.

Dietas extremas

El relato de Cañadas no es un caso aislado. A lo largo de la historia de la moda, muchas supermodelos han confesado llevar dietas estrictas, minimalistas e incluso extremas para poder mantener su figura en un mundo tan exigente.

Lo que marca la diferencia es que, en el caso de Esther, no se trata de una estrategia estética, sino de una realidad de supervivencia. Y quizá por eso ha generado tanto interés, porque no habla de imposición, sino de resiliencia.

La modelo Esther Cañadas en un photocall. Gtres

Hoy, a sus 48 años, Esther Cañadas muestra una imagen completamente distinta: una mujer que se cuida, que entrena y que sabe equilibrar su alimentación para mantenerse activa. Su vida ya no gira en torno al arroz blanco, pero esa etapa sigue marcando su relato y la manera en la que conecta con su público.