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La búsqueda de la eterna juventud parece ejercer más presión que nunca. Aunque cada vez existen más alternativas para combatir el paso del tiempo, también existe la opción de apostar por un estilo de vida saludable que no haga perder la naturalidad.

Elsa Pataky, a sus 49 años, ha conseguido lo que muchas persiguen: verse bien sin perder ese rasgo que la hace ser identificada, por más años que pasen.

Actriz, madre de tres hijos y referente del bienestar, ha convertido el cuidado de su cuerpo en un estilo de vida. Y no, no se trata de una rutina inalcanzable, sino de constancia, equilibrio y hábitos sencillos.

"Para mí, una cosa básica es la hidratación por la mañana y por la noche", confesó recientemente en una entrevista con la periodista Sonsoles Ónega.

Un gesto cotidiano que resume la filosofía que sigue a rajatabla de cuidar el cuerpo desde dentro y desde fuera, sin complicaciones ni artificios.

El cuerpo como templo y actitud

Desde muy joven, Elsa ha sentido fascinación por el ejercicio. "Siempre he admirado los cuerpos atléticos de las mujeres", reconoce.

Criada en una familia que valoraba el deporte (su padre la animaba a cuidarse y mantenerse activa), encontró en la actividad física no solo una herramienta estética, sino una fuente de bienestar.

Hoy, tras más de dos décadas de carrera y con un ritmo de vida que combina rodajes, viajes y familia, su prioridad sigue siendo la misma: sentirse fuerte y equilibrada.

"Me ayuda pensar en el músculo que estás trabajando, en que se está haciendo más grande y fuerte", explica. Esa conexión mente-cuerpo es la base de su éxito físico y mental.

Su entrenamiento diario mezcla fuerza, resistencia y flexibilidad. En su casa de Byron Bay (Australia), donde vive junto al actor Chris Hemsworth y sus tres hijos, Elsa entrena casi cada día.

Combina pesas ligeras, yoga, pilates y surf, una mezcla que tonifica el cuerpo y calma la mente.

Además, sigue los programas de la app Centr, la plataforma de fitness y bienestar que ella y Hemsworth cofundaron, donde comparten rutinas de entrenamiento y meditación.

Para ella, la constancia es más importante que la perfección: "No siempre tengo tiempo para entrenar una hora, pero aunque sean 20 minutos, lo hago. Ese pequeño esfuerzo diario marca la diferencia".

Su rutina de belleza

Elsa Pataky no se define como una fanática de los cosméticos. En su neceser hay pocos productos, pero todos tienen algo en común: hidratación y naturalidad.

"La hidratación es mi paso imprescindible. Por la mañana y por la noche. Si tienes la piel hidratada, ya tienes la mitad del trabajo hecho", asegura.

Por la mañana, comienza con una limpieza suave, seguida de un tónico con ácido hialurónico y una crema rica en antioxidantes. Nunca sale sin protección solar, incluso cuando no hay sol.

Por la noche, repite el ritual: doble limpieza, sérum hidratante y una capa generosa de crema nutritiva.

Y si hay algo en lo que no hace concesiones, es en el descanso. Dormir bien forma parte esencial de su belleza: "El sueño es mi mejor tratamiento. Si no descanso, ni el mejor sérum del mundo puede ayudarme".

Belleza desde dentro

El secreto de Elsa no está solo en los productos o en el gimnasio. Su verdadera clave es la alimentación saludable, enfocada en nutrir, no restringir.

Su dieta diaria está basada en proteínas de alta calidad, frutas, verduras y grasas buenas.

Evita los ultraprocesados, el azúcar añadido y el exceso de alcohol, pero no se priva de algún capricho ocasional.

"No se trata de prohibirse cosas, sino de saber equilibrar", repite siempre. Por las mañanas, suele desayunar avena con frutas y semillas, acompañada de té verde o café sin azúcar.

A mediodía, elige platos ricos en proteínas y vegetales, como salmón, quinoa o ensaladas con aguacate, y por la noche opta por cenas ligeras: sopas, verduras al vapor o pescado.

Además, bebe agua durante todo el día y practica el ayuno intermitente de manera flexible: “Si un día desayuno más tarde o ceno antes, escucho a mi cuerpo. No me obsesiono.”

Mentalidad zen

Elsa no solo proyecta salud física, sino también paz mental. Su vida en Australia, lejos del ruido mediático, le ha permitido reconectar con lo esencial.

Practica meditación y respiración consciente, técnicas que le ayudan a mantener la calma en un entorno donde la perfección parece ser una obligación.

En redes sociales, donde cuenta con millones de seguidores, comparte su día a día sin filtros: entrenamientos, recetas, momentos familiares o paseos con su perro.

Su mensaje es claro: la belleza real está en sentirse bien consigo misma. "La felicidad y la salud van de la mano. No hay piel bonita si no hay equilibrio interior."