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Alquilar una vivienda en España se ha convertido en los últimos años en una misión casi imposible para miles de personas y familias. Y es que, el esfuerzo económico que supone afrontar el pago mensual del alquiler, no solo supera los estándares de accesibilidad, sino que ya sobrepasa al de muchos países europeos.

Barcelona, Madrid y San Sebastián lideran el ranking de las ciudades con los alquileres más caros de España, según el último informe del portal inmobiliario de Idealista. En la capital catalana, arrendar un piso de 100 metros cuadrados ya supera los 2.000 euros mensuales, mientras que en Madrid el precio medio ronda los 20 euros por metro cuadrado.

Una presión al alza que, según advierte la economista Montse Cespedosa, no hará más que empeorar en los próximos años. "Tenemos una nueva tensión en el mercado del alquiler. Cerca de medio millón de familias se enfrentan a la renovación de un contrato de alquiler que firmaron hace 5 años. El alquiler ha subido una media de un 30%, los propietarios de esas viviendas de alquiler también tienen pánico a actualizar los precios y que se genere una ola de inquiokupas y la mayoría están poniendo a la venta esos inmuebles antes de que les venza el contrato de alquiler", advierte Cespedosa.

El problema, según la economista, afecta ya a ambas partes del mercado. "No es que nadie ni gane ni pierda, sino que miles de familias van a tener un problema serio para poder encontrar una vivienda de alquiler que se puedan permitir y miles de propietarios van a dejar de alquilar esas viviendas por la inseguridad jurídica que hay actualmente en el mercado".

Una tensión en el precio de los alquileres en España que además se ve acrecentada también por un contexto económico que tampoco ayuda a aliviar esa presión. Y es que, aunque los salarios han subido de forma moderada en los últimos años, el encarecimiento de los alquileres ha ido muy por delante, disparando la tasa de sobreesfuerzo que muchas familias destinan a la vivienda.

Según los últimos datos del Banco de España, más del 35 % de los inquilinos destinan ya más del 40% de sus ingresos al alquiler, un umbral considerado de riesgo. Todo ello en un entorno de oferta en el que cada vez hay menos viviendas disponibles en el mercado y en el que las que quedan se disparan de precio cada vez más.

Un escenario nada sencillo para cada vez más familias, jóvenes y también pensionistas, que ven cómo el acceso a una vivienda digna se está convirtiendo en un lujo reservado solo para unos pocos. Como advierte Montse Cespedosa, la situación del mercado del alquiler "ya no se aguanta de pie" y amenaza con dejar fuera a quienes más apoyo necesitan en un momento de máxima vulnerabilidad.