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Sara forma parte del 16% de las mujeres que vienen a España en busca de nuevas oportunidades. Según la Fundación Adecco, en nuestro país se contabilizan 2,5 millones de mujeres migrantes potencialmente activas; sin embargo, no todas ellas cuentan con buenas condiciones laborales.

De acuerdo con el informe, 9 de cada 10 mujeres extranjeras consideran aceptar empleos en la economía irregular o sumergida, ya que "no pueden permitirse esperar meses para regular su situación". Esto, en parte, explica por qué muchas de ellas terminan dedicándose al trabajo doméstico.

Eso fue lo que le ocurrió a Sara, quien tuvo que trabajar de interna durante años tras su llegada a España. Al descubrir que eso "no era vida", probó en sectores como la construcción, donde "se gana muchísimo mejor".

El sueldo de una mujer en la obra

En promedio, las mujeres en España ganan menos que los hombres, con una brecha salarial que se estima en un 15.7%. Para las mujeres extranjeras, esta brecha puede ser aún mayor, ya que a menudo enfrentan discriminación en el acceso al empleo y a la promoción.

Fijándonos únicamente en el trabajo doméstico, el sueldo de las mujeres extranjeras que realizan trabajo doméstico generalmente se encuentra alrededor del salario mínimo interprofesional (SMI) para jornada completa. Sin embargo, incluso ese sueldo no siempre se cumple.

Si, por ejemplo, nos referimos a las limpiadoras de hoteles, son muchas las mujeres inmigrantes que denuncian las pésimas condiciones laborales en las que trabajan. Algunas de ellas, cobran 800 euros por jornadas completas.

En el caso de Sara, tal y como explica, ella cuidaba a un niño en Madrid por 200 euros al mes, durmiendo con él por las noches y entreteniéndole por las mañanas.

Fue esa condición de "poca vida" lo que le obligó a buscar trabajo en otros sectores, como la construcción. Con ayuda de un conocido, Sara comenzó de "chapuzas", como pintora.

La suerte estuvo de su lado cuando una empresa le dio la oportunidad de trabajar como albañil legalmente. "A pesar de ser más duro, tengo tiempo para vivir y puedo ayudar económicamente a mi familia, gracias al sueldo", explica.

El trabajo de Sara en la construcción.

Sara afirma que en la construcción "se gana muchísimo mejor" que como interna. Cuenta con un salario base de 1200; sin embargo, con los días y horas extra puede llegar a los 1500.

Lo más difícil del trabajo en la obra, según explica, es "lidiar con compañeros que carecen de empatía y creen que, por ser mujer, no puede realizar ciertas tareas", apunta.

La obra ha sido durante toda la historia un trabajo masculino. En España, las mujeres representan aproximadamente el 11.2% de la fuerza laboral en el sector de la construcción.

Es precisamente este motivo el que hace que muchas personas se sorprendan al ver a mujeres dedicándose a ello, incluso, los propios compañeros.

Sin embargo, a pesar de ello, Sara anima a las mujeres a buscar oportunidades en otros sectores, a pesar de que históricamente no hayan sido para ellas.