En 1897, una norma promulgada por la Organización Internacional de Trabajo (n.º 45) prohibió a las mujeres trabajar en el interior de la mina. Esta legislación se basaba en la visión paternalista y sexista que consideraba que el género femenino debía ser protegido de ciertos entornos laborales debido a su debilidad física o papel reproductivo.
La situación no cambió hasta casi 100 años después, cuando Concepción Rodríguez comenzó a cuestionar la injusticia de que su hermano tuviese trabajo en una mina y ella no, pese a estar físicamente preparada. En 1992, la prohibición se eliminó.
Actualmente, la presencia de mujeres en el sector de la minería apenas llega al 8% y, lejos de deberse a una cuestión de fuerza o condiciones físicas, todavía hay quienes viven en esa prohibición y, sobre todo, en el mito de que "las mujeres traían mala suerte", según Macarena Vallejo.
La mujer en el mundo de la mina
Macarena Vallejo es Directora de Marketing y Sostenibilidad de Metso Sudamérica, una empresa finlandesa líder en tecnologías y servicios de minería, y también es Directora de Aprimín (Asociación de Proveedores Industriales de la Minería).
En el pódcast "Factor M", Vallejo explicó que, antiguamente, existía el mito de que "las mujeres traían mala suerte a la mina".
"El mito surgió en las salitreras, a raíz de un incidente donde una mujer fue a llevar el almuerzo a su marido, y justo después hubo un derrumbe, lo que llevó a asociar la entrada de mujeres con desgracia", explica Macarena.
En muchas culturas mineras del mundo, como Europa o Latinoamérica, la presencia de una mujer en el interior de una mina "podía enfadar a los espíritus del subsuelo o romper la suerte del grupo".
Además, su presencia en estos lugares también se asociaba a una supuesta "debilidad" o "distracción" que podía poner en peligro a los hombres, en un entorno ya de por sí muy arriesgado.
Aunque esta creencia perdió fuerza con el paso del tiempo, aun en la actualidad existen entornos mineros donde persiste este pensamiento, sobre todo en comunidades con tradiciones muy arraigadas.
Macarena Vallejo, hablando de la industria de la mina.
En España, especialmente en regiones como Asturias o León —donde la minería tuvo una gran importancia— esta creencia se trasmitía oralmente entre generaciones de mineros.
La minería, así como otros oficios como la construcción, continúan siendo lugares principalmente masculinos, tanto dentro como fuera de la mina. Según apunta Macarena Vallejo, "en los más de 20 años de Aprimín, únicamente ahora se han aceptado mujeres en el directorio".
Esta diferenciación de géneros siempre se ha debido a la condición físca. Los hombres tienen más fuerza y aguantan más; sin embargo, según Vallejo, "las mujeres aportan una visión mucho más empática y resiliente".
Según explica una mujer minera al canal Vetaminera, "ha sido un gran desafío para las mujeres demostrarle a los hombres que nosotras también podemos" pero que, hoy en día, "son muchas más".