Es verdad que no vivimos en la serie de Juego de Tronos y que Halloween todavía queda lejos, pero estamos en agosto y la probabilidad de cortarnos mientras partimos una rodaja de sandía con un cuchillo kilométrico es bastante alta.
La época estival, marcada por las sobremesas largas y el deseo de hacer multitud de planes, te invita a pensar en cosas alegres y a olvidarte de todas las preocupaciones, incluso de tu menstruación.
Sin embargo, nuestro ciclo no descansa ni en verano, por lo que, aun con calor, es muy probable que vivamos una auténtica película de terror intentando sacar esas marcas. ¡Que no cunda el pánico!, 'La Ordenatriz' tiene la solución para acabar con todas ellas.
En la nueva entrega del consultorio, Beatriz, una fiel lectora de Magas, expone que hace unos días, mientras estaba cocinando, se hizo un corte que ensució su camisa de sangre y, “aunque la herida no fue para tanto”, la tarea de eliminar el color rojo se le está complicando.
Begoña Pérez nos explica que el proceso va a ser diferente según el tiempo que haya transcurrido desde que se haya salpicado la prenda.
Si es reciente, advierte que no desaparecerá con agua caliente porque las altas temperaturas, al entrar en contacto con el fluido, lo coagulan haciendo que penetre en las fibras textiles.
Para eliminar la sangre fresca basta con que el agua esté muy fría, congelada de hecho. Este es el sencillo procedimiento a seguir paso por paso:
En primer lugar, utiliza una bandeja sobre la que vierte el líquido helado. A continuación, extiende la prenda sobre ella sumergiendo levemente la parte que está manchada, haciendo una especie de balsa sobre la que deja reposar unos cuantos hielos.
Casi en menos tiempo del necesario para que se hayan fundido… ¡el color rojo habrá desaparecido del tejido! Tras eso, lo remata en la lavadora metiéndolo en un "ciclo no muy caliente".
Si el resultado no ha sido satisfactorio o si, por el contrario, no hemos podido intervenir el accidente sanguinolento con urgencia y por ende se ha secado, el método es otro, pero igual de simple.
'La Ordenatriz' nos revela su combinación infalible que solo se sirve de dos elementos: bicarbonato y agua oxigenada. Despliega la prenda, cubre la mancha ligeramente con el polvo blanco, echa "unas gotitas" de peróxido y deja actuar la combinación durante 30 minutos.
Advertencias
La mezcla es muy efectiva, pero, ¡cuidado!, porque es igual de potente y puede decolorar la ropa. Se puede utilizar en textiles de color siempre y cuando no excedamos la media hora.
Por eso, Begoña nos recomienda dos cosas: lo primero, si la tela es delicada, haz primero una prueba en un sitio no visible; y lo segundo, ponernos una alarma para evitar que se nos pase el tiempo.
Asimismo, hay que tener cuidado con donde dejamos reposar las prendas durante la espera. "Hay que evitar a toda costa que le dé el sol, ya que puede amarillear".
Transcurrido el tiempo, la mete "directamente a la lavadora con agua fría" y cuando la saca, "¡ni rastro de sangre!".
