Según datos del Régimen Especial de Trabajadores del Hogar, en 2023 había 371.576 personas dedicadas al empleo del hogar en España. De estas, 355.104 (más del 95%) eran mujeres y 159.114 extranjeras en situación regular.
La gran mayoría de las veces, estas trabajadoras se encuentran en situación de vulnerabilidad y enfrentan desafíos como la precariedad laboral y la falta de reconocimiento de sus derechos. Una condición por la que luchan personas como Vania Arana.
Vania Arana es la portavoz y presidenta del sindicato Las Kellys Cataluña, una organización española que lucha por los derechos laborales de las trabajadoras de limpieza en hoteles. La trabajadora confesó, en una entrevista a La Sexta, sus condiciones laborales: 29 habitaciones al día por 1,50 cada una.
La situación de las trabajadoras domésticas en España
A pesar de que representan un sector importante de la fuerza laboral, muchas de las trabajadoras domésticas en España, especialmente las inmigrantes, enfrentan condiciones de trabajo irregulares, bajos salarios y falta de protección social.
Es precisamente este motivo el que empujó a Vania Arana a fundar Las Kellys, con el fin de defender los derechos laborales de las empleadas de limpieza de habitaciones de hotel en España.
La portavoz y presidenta llegó a Madrid en 1992 con un título de profesora de secundaria que en España nunca se le llegó a reconocer. Debido a ello, aceptó el trabajo en la limpieza que a día de hoy sigue ejerciendo, a pesar de las condiciones.
En una entrevista concedida a La Sexta, la trabajadora confesó la situación actual a la que se enfrenta ella y sus compañeras de oficio. Una cerveza puede costar más de lo que yo cobro por limpiar una habitación", afirma.
De acuerdo con sus declaraciones, estas trabajadoras cobran entre 1 y 1,50 euros por cada habitación puesta a punto, jornadas extenuantes de hasta 29 estancias diarias y sueldos que apenas alcanzan los 820 euros mensuales.
Además, añadido al bajo sueldo, Las Kellys han denunciado en varias ocasiones la "explotación laboral" a la que se enfrentan y que, en el caso de Arana, lleva 30 años acumulando y le han dejado secuelas.
Kellys de Catalunya, Valencia y Canarias.
Según explica, los tirones cervicales, el dolor en los hombros y en las piernas le dejan ver las enfermedades crónicas con las que deberá convivir toda su vida: la fibromialgia, la epicondilitis o el síndrome del túnel carpiano.
Desde que comenzó en su primer hotel, Arana ha pasado por más de 10 empresas de trabajo temporal que no tardaron en aprovecharse de su vulnerabilidad y la de muchas otras trabajadoras, para su propio beneficio.
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"Si querías mantener el trabajo", explica Varnia a Metrópoli, "tenías que hacer 30 habitaciones diarias, de lunes a domingo". Una situación "imposible" que le obligaba a hacer "horas extra".
Para poder acabar todas las habitaciones que les piden, las trabajadoras tendrían que trabajar una habitación entera en "solo 23 minutos", una situación que, "las está matando".
"Somos un colectivo enfermo. Vamos a trabajar con fajas, tobilleras, pastillas para el dolor”, denuncia Arana.
A día de hoy, la lucha continúa y, a pesar de que el Parlamento de Cataluña aprobó en 2018 el sello de calidad Kelly, nunca se implementó.
Este sello buscaba que los hoteles cumpliesen con los derechos laborales de sus trabajadoras; sin embargo, "se paró todo" y, además, en verano, "la situación empeora".
Tal y como recoge RTVE, existen formas de ayudar a Las Kellys, con detalles tan insignificantes como "dejar las toallas sucias en las bañeras, en la pica… Si quieren cambio de sábanas, avisad para que luego no tengamos que ir a hacer un doble trabajo. Sobre todo, pedimos dignidad".
