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Hay productos que forman parte de la vida de las personas y la crema Nivea, concretamente la de la lata azul, es uno de ellos. Desde hace más de un siglo, esta fórmula universal se cuela en los hogares de medio mundo.

Pero, ¿qué hace tan especial a esta crema para que continúe su éxito a lo largo del tiempo? Eduardo Senante, farmacéutico referente en divulgación, desgrana los motivos de su éxito y los consejos definitivos para sacarle el máximo partido.

Creada en 1911 por el farmacéutico Isaac Lifschütz, el químico Oscar Troplowitz y el dermatólogo Paul Gerson Unna, Nivea introdujo el Eucerit, un emulsionante pionero que permitió integrar agua y aceite, logrando una hidratación y protección únicas en la época.

Esta base sencilla pero eficaz se mantiene fiel a sus orígenes, con una fórmula minimalista: agua, parafina, cera, glicerina, lanolina y pantenol.

La lata azul emblemática llegó en 1925 y hoy se vende en más de 170 países, adaptándose a leyes y pequeños retoques, pero intacta en esencia.​

Análisis farmacéutico

Según Senante, "es un producto de culto, efectivo, sencillo y atemporal, ideal para pieles secas y muy secas".

Se trata de una crema oclusiva o semioclusiva, muy útil para minimizar la pérdida de agua transepidérmica: hidrata y protege, evitando que la piel pierda agua, actuando como escudo contra la deshidratación.​

Para el farmacéutico, tiene una capacidad hidratante "no excesiva", pero muy eficaz para mantener la reserva de agua cutánea.

Además, por precio y durabilidad es imbatible; por textura, puede resultar pesada en pieles mixtas o grasas, donde recomienda aplicarla solo en zonas concretas como mejillas, labios, nariz o cualquier parte reseca.

"En pieles sensibles suele funcionar bien, aunque hay que tener en cuenta el perfume, pues algunas pueden reaccionar", advierte el experto.

Cómo aprovechar su poder

El consejo clave de Senante para potenciar la hidratación es aplicar Nivea lata azul sobre la piel ligeramente humedecida.

"Así retiene mejor el agua y su efecto se multiplica", destaca el farmacéutico. Esto vale para rostro, manos y cuerpo, justo después de ducharte o en cualquier momento del día en que sientas tu piel tirante.

La magia de la Nivea está en su versatilidad. Senante y otros expertos enumeran usos sorprendentes y cotidianos:

  • Bebés: función barrera en la zona del pañal, rozaduras, piel reseca por frío.
  • Rostro: mascarilla hidratante nocturna, primer antes de maquillaje, bálsamo labial.
  • Manos, pies y cuerpo: crema para codos, rodillas, cutículas, tras depilación, quemaduras solares, para prevenir roces de zapatos o muslos.
  • Maquillaje y cabello: como after-shave, para fijar baby hairs y cejas, booster de perfume (aplicada en muñecas y cuello antes de perfumarte prolonga el aroma).
  • Cosmética SOS: desmaquillador de emergencia, mascarilla para puntas abiertas, calmante post afeitado y exfoliante casero si se mezcla con azúcar.​
  • Hay quien la usa incluso para hidratar el cuero de bolsos y zapatos, o como reparadora de tatuajes. Los dermatólogos la recomiendan por su poder regenerante en casos de eczemas, rozaduras y quemaduras leves.​

En cuanto a precio y textura, Nivea se mantiene superior a muchas cremas de farmacia como Cicaplast de La Roche-Posay o Aquaphor de Eucerin, aunque estas pueden tener formulaciones más avanzadas para necesidades específicas (activos antioxidantes y regeneradores), superando a Nivea en pieles dañadas o exigentes.

El secreto está en su sencillez y precio. Por unos 3 euros (dependiendo del tamaño), hidratas y proteges durante mucho tiempo, compitiendo con productos que cuestan 10 veces más.

"No es un tratamiento milagroso ni sustituto de cremas antiedad, pero es un básico de botiquín que nunca pasa de moda", resume Senante.​