Una de las zonas más proclives a reflejarse el paso del tiempo es la zona de los ojos. Especialmente, a partir de los 40 y 50 años es habitual notar cambios como párpados caídos, líneas de expresión más marcadas, bolsas o una piel más fina y menos firme.
Todo ello incide en una mirada menos fresca, con una apariencia más cansada, siendo un error muy común que muchas mujeres continúen con los trucos de maquillaje que le funcionaban a los 20 o 30 años, ya no favorecen igual a los 50.
La buena noticia es que existen técnicas específicas que realzan y rejuvenecen la mirada, adaptadas a las necesidades de una piel más madura.
Una de ellas es el maquillaje de ojos ahumado con efecto lifting, una propuesta de Susana Marín, maquilladora experta en mujeres de piel madura y creadora de contenidos en redes bajo el perfil @redcarpetsecrets.
La experta insiste en que la verdadera clave del maquillaje no está en tapar la edad, sino en sacar lo mejor de cada mirada en cualquier etapa de la vida.
Aliado de pieles maduras
El ahumado es un clásico que nunca pasa de moda, pero aplicado con la técnica correcta puede ser mucho más que un look sofisticado.
Es capaz de transformar la mirada, abrir el ojo y elevar visualmente el párpado y solo, aplicando de manera correcta y los productos adecuados.
Tal y como dice Susana Marín: "Los ojos ahumados hacen que el ojo se vea más elevado. Es ideal a partir de los 50".
Su propuesta no necesita paletas de sombras ni largas horas frente al espejo, sino un simple lápiz cremoso y unos buenos pinceles.
Cómo hacer un ahumado fácil
Para que este maquillaje funcione en piel madura y no acentúe arrugas o flacidez, la experta recomienda seguir estos pasos:
- Prepara el párpado: aplica un primer o, en su defecto, el corrector que uses para las ojeras. Esto unifica el tono y ayuda a fijar el producto.
- Dibuja la base del ahumado: con un lápiz de ojos oscuro y cremoso, traza una línea ancha pegada a las pestañas superiores. Empieza desde las últimas pestañas (aproximadamente, un tercio del ojo) y evita llegar hasta el final para no arrastrar el trazo hacia abajo.
- Difumina con precisión: con un pincel pequeño y firme, difumina la línea suavemente hacia arriba y hacia el párpado móvil. El objetivo es borrar los cortes sin bajar demasiado el color.
- Transición limpia: usa un pincel más grande y blando para integrar el difuminado y lograr un degradado uniforme entre la zona oscura y la piel del párpado.
- Máscara de pestañas: aplica generosamente, primero llevando las pestañas hacia el interior y luego hacia fuera, para abrir aún más la mirada.
- Ajusta el resto del maquillaje: una vez terminado el ojo, adapta el tono del colorete y del labial según la intensidad deseada.
El resultado es un ojo definido, con mayor profundidad y un efecto lifting inmediato, sin necesidad de sombras ni técnicas complicadas.
Cómo potenciar el efecto
Aunque el ahumado básico ya es suficiente para rejuvenecer la mirada, existen pequeños trucos que multiplican el efecto:
- Intensificar la parte superior: aplicar un poco de sombra oscura a toques sobre la zona difuminada y volver a integrarla aumenta la profundidad.
- Dar puntos de luz estratégicos: aplicar un iluminador o sombra clara en el lagrimal y justo bajo la ceja abre el ojo y lo hace ver más descansado.
- Mantener la parte inferior limpia: evitar maquillar la línea de agua con lápiz oscuro y mantener la zona de la ojera despejada de color, potencia el contraste y refuerza el efecto lifting.
Por el contrario, debes tener muy en cuenta algunos de los errores más frecuentes que se dan al querer hacer un ahumado en los ojos, especialmente, si tu piel es madura y no quieres conseguir el efecto contrario.
- No usar lápiz seco: los productos duros o poco pigmentados no se difuminan bien y marcan arrugas. Es fundamental que el lápiz sea graso y cremoso.
- No bajar demasiado el difuminado: si el color se extiende hacia abajo, puede acentuar la caída del párpado.
- Evitar texturas muy secas o polvorientas: las sombras mate en exceso o los polvos pesados tienden a remarcar la flacidez.
- No recargar el ojo inferior: maquillar en exceso las pestañas inferiores o la línea de agua oscura empequeñece la mirada.
Al final, el éxito de este tipo de maquillaje de ojos tan sencillo radica en que se adapta a la anatomía del ojo maduro.
En lugar de enmarcarlo con trazos rígidos o líneas demasiado rectas, se juega con difuminados ascendentes que corrigen visualmente la caída natural del párpado.
Además, al prescindir de sombras y trabajar solo con lápiz, el acabado resulta más ligero, natural y rápido de conseguir.
Es un maquillaje versátil, con un efecto lifting sin cirugía, que puede usarse tanto en el día a día como en un look más sofisticado de noche.
Tienes que tener muy en cuenta que el maquillaje no borra arrugas ni elimina la flacidez, pero aplicado estratégicamente puede lograr un efecto óptico que rejuvenece.
El ojo ahumado en lápiz es una prueba de ello: eleva la mirada, abre el ojo y devuelve frescura al rostro en apenas cinco minutos.
