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La caída del cabello es una preocupación que afecta a muchas personas en algún momento de sus vidas; sin embargo, en otoño es prácticamente una inquietud general. Durante esta estación, los folículos entran en fase de reposo y desprenden el cabello viejo para dar paso al nuevo.

Esto se traduce en una caída más evidente que la habitual. Según los expertos, en otoño puede caer entre el doble y cuatro veces el número normal de pelos, alcanzando de 300 a 400 cabellos diarios, en lugar de los 50-100 normales.

Sin embargo, esto no siempre es una señal de aviso. Según explica Lucía Altozano, farmacéutica y experta en dermofarmacia en Skinpharmacy Jorge Juan 34, se trata de un proceso natural que tiene explicación en el ciclo biológico del cabello y que no debe alarmarnos de inmediato.

La caída estacional o efluvio telógeno

Tal y como explican desde Skinpharmacy, para entender por qué ocurre este aumento de caída es necesario recordar que el cabello no crece de forma continua, sino que atraviesa distintas fases

En primer lugar, la etapa anágena es la de crecimiento activo. Suele abarcar a la gran mayoría del pelo, aproximadamente entre un 85% y un 90%, con un ritmo de un centímetro al mes. Después llega la fase catágena, de transición y más corta, que afecta a un pequeño porcentaje de folículos.

La última etapa del ciclo de vida del cabello se llama la etapa telógena. Durante este periodo, el folículo descansa y el pelo se mantiene sujeto sin crecer hasta que termina desprendiéndose.

Entre un 10 y un 15% de nuestro cabello puede encontrarse en esta fase al mismo tiempo, lo que genera la impresión, real y visible, de una caída más abundante de lo habitual.

Precisamente, y según apuntan los expertos, el verano tiene un papel decisivo en este proceso. Durante meses, el cabello y el cuero cabelludo han estado expuestos a factores que aceleran el agotamiento: radiación solar intensa, sal del mar, cloro, calor extremo, sudor…

Todos estos daños acumulados favorecen el envejecimiento prematuro y la deshidratación, lo que provoca irritación, inflamación subcutánea, picor o caspa y favorece que algunos folículos entren antes de tiempo en fase telógena.

Imagen de ilustración.

Sin embargo, sí que hay ciertos momentos en los que debemos preocuparnos y que pueden indicar que no se trata de una caída estacional, según los expertos.

"Cuando la caída se prolonga más de tres meses, es abundante, aparecen zonas clareadas o el cabello pierde grosor de forma notable, conviene consultar con un tricólogo, para identificar la causa y comenzar un tratamiento médico o clínico adecuado", explican.

Según Altozano, "es importante mantener la calma, pero también, seguir una rutina capilar adaptada a las necesidades del cabello y unos cuidados adecuados, tanto internos como externos".

Cuidados para un crecimiento capilar

Tal y como explica la experta, los buenos hábitos constituyen la base para manejar la caída estacional. El primero de ellos es la nutrición, con nutrientes como el zinc, vitaminas del grupo B y aminoácidos específicos.

Estos nutrientes se encuentran de manera natural en mariscos, semillas, huevos, legumbres, verduras verdes, carnes, pescados, lácteos y frutos secos.

Además, es esencial mantener una buena hidratación, un descanso reparador y reducir el estrés propio de la vuelta a la rutina son factores esenciales para conservar un cabello fuerte y sano.

El uso de las herramientas es uno de los factores que más perjudica el cabello. Aprovechar las temperaturas suaves para prescindir del secador y las planchas permite que el pelo respire y recupere su textura natural.

En el terreno cosmético, hay tres productos que recomiendan desde Skinpharmacy. El primero de ellos, el lavado detox de Moncho Moreno, un tratamiento profundo para todo tipo de cabellos que limpia en profundidad el cabello y el cuero cabelludo.

Además, recomiendan champús con una alta composición de ingredientes naturales y antioxidantes como el carbón activado de bambú, que limpia en profundidad y absorbe impurezas y toxinas.

Otros ingredientes beneficiosos son tales como el extracto de hamamelis y la malva, el tomillo, el aceite de eucalipto, los péptidos de zinc y la ashwagandha.

Los expertos en farmacia no solo recomiendan productos, sino también técnicas. Los masajes capilares estimulan la raíz, mejoran la irrigación sanguínea y aumentan la llegada de nutrientes esenciales. Puedes hacerlo con la brocha masajeadora de Moncho Moreno.

Por último, la suplementación "refuerza y prolonga la acción tópica de cremas, mascarillas y champús". Uno de sus favoritos es el suplemento Deeply Rooted de Hush & Hush, para cuidar el cabello también desde el interior.