Es la principal causa de por qué muchas mujeres no se deciden a dar el paso de apostar por un cambio de look y teñirse el pelo o darse unas mechas que resalten sus facciones: renunciar a su color de pelo natural.
Si te encuentras en ese caso, estás de enhorabuena porque los expertos tienen claro cuál es la coloración de cabello en tendencia esta próxima temporada, sin tener que abandonar tu esencia. ¿La respuesta? La técnica face framing.
Ya está arrasando en los salones de belleza y no es para menos. Favorece, rejuvenece y aporta luz al rostro de manera inmediata sin necesidad de transformaciones radicales.
Inspirada en las melenas de las celebrities y en los últimos cambios de look de influencers como Violeta Mangriñán, esta tendencia capilar se ha convertido en la opción favorita de quienes buscan un resultado sutil pero con mucho impacto visual.
Las tendencias capilares apuestan cada vez más por la naturalidad, y el face framing se consolida como la opción perfecta para quienes quieren un cambio visible sin renunciar a su esencia.
¿Qué es el 'face framing'?
La traducción literal de face framing es "enmarcar el rostro", y eso es exactamente lo que consigue esta técnica de coloración: resaltar las facciones con reflejos más claros en los mechones que enmarcan la cara.
Los tonos más habituales son los dorados, miel o avellana, aunque los peluqueros aseguran que se puede adaptar a cualquier base, desde rubios hasta castaños profundos o incluso cabellos negros.
El contraste entre el tono natural y esos reflejos estratégicamente colocados genera un efecto de luz instantáneo que suaviza y embellece el rostro.
Según explica Gabriel Llano, estilista de referencia entre las celebrities, "el face framing es perfecto para quienes buscan un cambio visible pero natural, porque ilumina justo en la zona que más favorece: alrededor de la cara".
Natural y versátil
Uno de los motivos por los que esta técnica está triunfando es que no exige un mantenimiento constante.
Al no teñir todo el cabello, sino solo mechones frontales y puntuales, el crecimiento no se nota tanto y el resultado se mantiene elegante durante semanas.
Esto la convierte en una opción ideal para mujeres que no quieren depender de la peluquería cada 15 días. Además, funciona con cualquier estilo de peinado: ondas, melena lisa, recogidos o coletas altas.
Los reflejos frontales siempre aportan un toque de movimiento y frescura. En definitiva, es el equilibrio perfecto entre un cambio de look y la fidelidad al color natural.
¿A quién favorece?
La respuesta corta es; a todas. Pero hay casos en los que esta técnica resulta especialmente recomendable:
- Cabellos castaños y morenos: aportan luz sin necesidad de aclarar toda la melena.
- Melenas largas o midi con ondas: el contraste se aprecia más y da un efecto de volumen.
- Rostros ovalados o redondos: el enmarcado con luz estiliza y realza los pómulos.
- Pieles apagadas tras el verano: los reflejos dorados o miel devuelven la luminosidad perdida.
"Es un efecto glow inmediato", explican desde el salón de belleza del estilista Gabriel Llano. "Cuando incide la luz, el rostro se ve más definido y juvenil, incluso con un maquillaje mínimo".
Cómo pedirlo en la peluquería
Si te animas a probar el face framing, los expertos aconsejan acudir con referencias visuales. Una foto de inspiración siempre ayuda al colorista a entender el resultado que buscas.
El procedimiento es sencillo. El profesional aclara ligeramente los mechones delanteros, jugando con tonos que contrasten lo justo con tu base natural. Lo importante es que no se note un corte drástico, sino un degradado sutil que parezca casi natural.
El tiempo de aplicación varía entre 30 y 60 minutos, mucho más rápido que una coloración global. Y lo mejor es que no es necesario retoque constante, por lo que es perfecto si quieres un look de bajo mantenimiento.
Por qué triunfa
Si algo define al face framing es su capacidad de rejuvenecer el rostro. Los reflejos alrededor de la cara funcionan como un iluminador natural, aportando luz en los puntos estratégicos y suavizando las facciones.
En palabras de los estilistas, se trata de un auténtico "efecto guapa" que funciona sin necesidad de maquillaje. Basta con llevar la melena suelta y dejar que la luz haga su magia.
Responde a una realidad clara de las mujeres que buscan soluciones prácticas, naturales y favorecedoras. No quieren looks artificiales ni esclavizarse con mantenimientos eternos.
