En un piso de estudiantes de Logroño, una cámara oculta graba cada movimiento de sus inquilinas sin que lo sepan. En otro, un hombre captura pantallazos de videollamadas íntimas con su pareja. Mientras, en grupos privados de Telegram, cientos de miembros intercambian vídeos explícitos de mujeres principalmente jóvenes y de su entorno.
Este era el modus operandi de los chats que la Guardia Civil lleva meses investigando en el marco de la operación Vinteox, que ha permitido detener a dos personas en las provincias de La Rioja y Soria por obtener, clasificar, modificar y difundir contenido sexual no consentido de 27 víctimas, aunque aún queda tanto material por revisar que podrían ser más.
El entramado se basaba en la explotación de la confianza: desde la instalación de sistemas de videovigilancia en espacios compartidos —en el día a día o durante viajes— hasta la captura de imágenes en momentos subidos de tono mediante aplicaciones externas que permitían a los investigados grabar a mujeres en su vida privada sin que se dieran cuenta.
Todo comenzó el pasado marzo. Los agentes detectaron una serie de grupos cerrados en la plataforma de mensajería en la que se celebraban "quedadas virtuales". Detrás de este concepto se escondían encuentros digitales en los que los usuarios, todos hombres, debían aportar imágenes íntimas de las víctimas.
Tal como informaba ayer La Sexta, se estima que podría haber de 400 a 600 miembros, aunque resulta difícil de cuantificar dado que la comunidad operaba a partir de una norma muy clara: era obligatorio enviar contenido de manera diaria.
De lo contrario, los administradores tenían potestad para expulsar a los participantes. Así aseguraban que el goteo de material fuera constante.
Fuente: gabinete de prensa de la Guardia Civil
No actuaban solos: en estos canales, se aleccionaba a los nuevos miembros. Se compartían instrucciones precisas sobre cómo obtener las imágenes a través del engaño, métodos de suplantación e incluso de intrusión en los móviles de las jóvenes. Todo en un entorno de "absoluta impunidad y anonimato" cuidadosamente cultivado.
La mayoría de las afectadas residían en Logroño, aunque, como ha informado la Guardia Civil, se han localizado casos en las provincias de Albacete, Guipúzcoa, Navarra, Palencia, Soria, Vizcaya y Zaragoza.
Sus imágenes eran clasificadas en carpetas organizadas por criterios como nombre, lugar de residencia o tipo de relación (amistosa, sentimental, académica, etc.) que mantenían con ellas.
Además, parte de este material también era intercambiado o vendido a terceros con fines personales o económicos. Ahora, los dos cabecillas detenidos se enfrentan a los supuestos delitos de revelación de secretos, vinculados a "graves vulneraciones del honor, la intimidad personal y el acceso ilícito a sistemas informáticos".
Violencia sexual 3.0
Estas comunidades verticales handestapado una estructura calcada a la del rape chat descubierto en Alemania en diciembre de 2024 —mismo mes en que un tribunal condenó a Dominique Pelicot a 20 años de cárcel por drogar a su entonces esposa Gisèle e invitar a otros hombres a que la violaran—. En él, más de 70.000 usuarios compartían grabaciones y guías muy similares.
El caso, también producido dentro de Telegram, puso de manifiesto una tendencia en auge y la necesidad de mayor control de las plataformas tecnológicas. Cuando se dio a conocer la noticia, la propia red social anunció en un comunicado que bloquearía a los usuarios que fueran captados llevando a cabo estas prácticas.
El fenómeno no es nuevo, pero se está cronificando. Así lo alertó el estudio publicado por el Ministerio de Igualdad en mayo, que analiza cómo la violencia digital afecta más a mujeres, adolescentes y niñas. Es una "forma cada vez más frecuente y sofisticada de violencia de género, facilitada por el anonimato, la viralidad y la baja percepción de riesgo de los agresores".
Entre los comportamientos más comunes, el informe identifica la suplantación de identidad, el acceso no autorizado a dispositivos personales, la grabación sin consentimiento y la difusión de imágenes íntimas. Conductas que coinciden, punto por punto, con las que ahora investiga la Guardia Civil en la operación Vinteox.
Por el momento, la operación Vinteox ha identificado a 27 mujeres víctimas.
Además, subraya un patrón ya conocido por los cuerpos de seguridad: el agresor no siempre es un desconocido. En muchos casos, mantiene un vínculo estrecho con la víctima —ya sea como pareja, ex, compañero de piso o amigo—, lo que agrava aún más el daño psicológico y dificulta la denuncia.
El documento pone de manifiesto que la ciberviolencia no es una dimensión paralela de la violencia de género, sino una extensión de la misma. Se refleja en nuevas formas —como los deepfakes sexuales con inteligencia artificial o la denominada pornografía de venganza—, pero reproduce los mismos mecanismos de control, cosificación y castigo.
La Directiva (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de mayo de 2024, sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica reconoce distintas formas de ciberviolencia misógina: difusión no consentida de imágenes íntimas o manipuladas, ciberacoso, ciberacecho e incitación a la violencia o al odio por medios cibernéticos.
Al margen de esto, el informe del Ministerio de Igualdad hace énfasis en la necesidad de desarrollar medidas de sensibilización y de educación afectivo-sexual con el objetivo de prevenir desde edades tempranas la violencia y fomentar relaciones sanas en este entorno de intimidad.
Cecilia Bizzotto, socióloga, sexóloga y portavoz de JOYclub España, explica en declaraciones a esta revista que la falta de sensibilización "llega a todas las capas de la sociedad", sin distinguir entre clases, apariencias físicas o edades.
“Hay una ausencia de educación sexual que no parece estar mejorando”, apunta, destacando que esta en España sigue siendo “paracaidista” en la medida en que se limita a intervenciones puntuales: "Tenemos un problema en la escuela y llamamos a una sexóloga para que venga a dar un tallercito de dos horas".
A su juicio, esto es solamente un "parche" que, aunque puede ayudar a corto plazo, no erradica el problema estructural. Bizzotto ve necesario establecer una asignatura que no solo hable de métodos anticonceptivos o ITS, sino que aborde también el consentimiento, la comunicación afectiva y el respeto mutuo.
La experta remarca que este tipo de formación debería estar dirigida a todas las personas jóvenes, especialmente a ellos, pues si bien observa que cada vez más mujeres están interiorizando valores vinculados al respeto y a la diversidad, esos mensajes no siempre llegan con la misma fuerza a los chicos, lo que favorece la entrada de discursos polarizadores o misóginos.
En cualquier caso, su mensaje final llama a la responsabilidad compartida, sin distinciones: “Todos y todas debemos trabajar en esta línea. Las personas adultas somos responsables de las jóvenes y tenemos que buscar la manera de frenar actuaciones que nos siguen haciendo sentir vulnerables y nos ponen en riesgo”.
