El martes, 15 de julio, Granada convirtió su monumento más universal en una galería de arte en carne y hueso. Durante la celebración de la Alfombra de la Cultura y el Liderazgo Femenino, La Alhambra desplegó una espectacular pasarela roja para celebrar la inauguración de la XIII Edición de 'Las Top 100 Mujeres Líderes'.
El evento, organizado por LVMH, el propio ranking de 'Las Top 100', el Ayuntamiento y esta revista, reunió a alrededor de 300 invitados que recorrieron un trayecto simbólico hacia la gala. También se encontraron, por el camino, con algunas de las expresiones artísticas más representativas de la ciudad.
Las activaciones culturales programadas a lo largo del itinerario, a cargo del Teatro Flamenco, mostraron el pulso vivo de Granada más allá de los simbólicos discursos que se ofrecieron en el Palacio de Carlos V y el posterior cóctel en el Patio de los Aljibes.
Un desfile de cultura
El recorrido comenzó en el Parador, donde los primeros asistentes posaron ante el photocall. Con esta primera pausa en pleno atardecer se iniciaba un desfile que no solo avanzaba físicamente hacia el escenario, sino simbólicamente hacia el futuro del liderazgo femenino en este país.
Antonio Andrade, a la guitarra.
La violinista Graci del Saz.
El ambiente era ceremonial, lleno de color y de aromas propios del verano. Artistas, personalidades del mundo empresarial, autoridades y figuras institucionales cruzaron el recorrido entre saludos, paradas para tomar sonrientes selfies y disfrutar de las intervenciones sonoras.
En el primer tramo de la Alfombra, el guitarrista Antonio Andrade marcaba el ritmo. Figura consolidada del flamenco, ha dedicado su vida a llevarlo a los escenarios de todo el mundo y ha creado espectáculos aclamados por su autenticidad y fuerza, dos cualidades que en esta ocasión también llevó a esta cita.
A escasos metros, el violín de Graci del Saz, directora de la Orquesta Flamenca de Sevilla, resonaba por los rincones del conjunto monumental granadino. También participó Úrsula Moreno, bailaora y directora artística del Teatro Flamenco de Málaga y Granada.
Úrsula Moreno frente al Palacio de Carlos V.
Exhibición de trajes regionales frente al edificio.
A la entrada del Palacio de Carlos V, un despliegue de trajes típicos regionales esperaba a los invitados que formaron parte de esta cita inédita con la cultura y el liderazgo en la capital nazarí.
Una noche espectacular
Durante la gala, la cultura siguió siendo protagonista. La cantante Nuria Fergó trajo hasta el escenario su último sencillo, Voy a ser feliz. Por su parte, el sacerdote y cantante Padre Damián interpretó El Cristo de los gitanos. Dos piezas que sirvieron de transición entre los discursos institucionales y el bloque final.
La parte más escénica llegó de la mano del Teatro Flamenco, con una actuación en la que se unieron cante, guitarra y baile sobre las tablas. El cuadro artístico ofreció una pieza que concluyó con las palmas que sirvieron como cuenta atrás de la XIII edición de 'Las Top 100 Mujeres Líderes en España'.
Padre Damián María, misionero, actor y cantante.
Pilar Jurado, soprano.
La siguiente en intervenir fue la soprano y directora de orquesta Pilar Jurado, que homenajeó a la ciudad que la acogía desde el escenario. El cierre artístico lo protagonizó Estrella Morente. Su voz, siempre reconocible ,conectó con la identidad granadina desde una mirada contemporánea, marcando el final del acto institucional.
El 'broche final'
Tras la gala, los invitados reanudaron el trayecto hacia el Patio de los Aljibes, esta vez con un ritmo distinto: el de la celebración distendida, el del paseo sin protocolo. En ese camino, volvieron a desplegarse estaciones culturales que celebraban los oficios, la creación y el arte en sus diversas manifestaciones.
Uno de los puestos artesanales del recorrido.
La Alfombra sirvió para sacar a relucir el saber hacer del textil andaluz.
El puesto de Laguna Tarracea estaba dedicado precisamente a eso, a la taracea, técnica artesanal de origen andalusí que consiste en formar composiciones geométricas con distintos materiales, la madera uno de los más habituales.
El del estudio Al Aire Art ofrecía una muestra del trabajo artesanal que aún hoy se conserva en talleres locales.
También podían verse bordados tradicionales de la firma Antonio Gutiérrez, expuestos como testimonio del trabajo textil ligado a la historia de la ciudad.
Las piezas evidenciaban la precisión manual y la carga simbólica de este tipo de labores. A pocos metros, el lutier Juan Manuel García Fernández mostraba cómo se trabaja la madera para construir instrumentos musicales.
Todas estas activaciones culturales fueron más allá del acompañamiento decorativo, ya que formaron parte del guion, de la narrativa del evento, y ofrecieron una experiencia inmersiva que integraba las distintas dimensiones de la cultura: la que se canta y se baila, la que se crea con manos pacientes.
Los artesanos esperaban a los invitados en su trayecto hacia el Patio de los Aljibes.
Detalle de algunos de los objetos expuestos en La Alhambra.
En la celebración, Granada mostró que su candidatura a Capital Europea de la Cultura en 2031 no se sostiene solamente sobre su historia monumental, sino también en esa capacidad que siempre la ha caracterizado de hacer convivir distintas formas de entender el arte en plena armonía.