El fin de la pandemia está cada vez más cerca y el fin de las reestricciones ha supuesto un aumento de los planes, las citas de Tinder y con ello, las relaciones sexuales. Los medios recuperaban hace unos días la campaña de concienciación del famoso "Póntelo, pónselo" y afirmaban que se estaba produciendo un aumento de los casos de enfermedades de transmisión sexual. ¿Dónde han quedado esos anuncios informativos y preventivos?

Se abre así el debate en torno al fin de las restricciones, que podrían traducirse en una posible nueva pandemia: la sexual. La doctora Belen Lampaya Nasarre, especializada en el Virus del Papiloma Humano en España del Hospital La Zarzuela y la Clínica Ruber Paseo de la Habana, responde con rotundidad. "No creo que vaya a surgir una pandemia sexual. Lo único es que ahora la sociedad está más concienciada con el universo vacuna y se le está dando la importancia que tiene, pero virus como el del papiloma humano llevan en fase de pandemia durante muchos más años". 

La doctora cree que no habrá un repunte ocasionado por el descenso de contagios de la covid-19, sino que habrá una acumulación de casos. "Ha habido menos relaciones promiscuas y encuentros esporádicos este año y eso ahora se va a acumular, pero en número totales yo creo que va a ser lo mismo solo que de forma amontonada", explica. Uno de los problemas esenciales en la transmisión de las ETS es la poca concienciación que existe y que parece reducirse año tras año desde aquel spot publicitario que ahora nos resulta bastante anticuado.

Aumento de casos

Aunque los últimos informes demuestran un aumento de casos en los últimos años, la doctora Lampaya explica que esto se debe a la existencia de un mejor diagnostico y al incremento de protocolos de exploraciones. 

"Una cosa es tener la infección y otra tener la enfermedad, eso debe quedar claro. Puedes estar contagiado y no tener una enfermedad nunca, eres portador de un virus pero no tienes la enfermedad por tener ese virus. Hay que minimizar los riesgos de tus parejas sexuales, usando preservativo e intentar que más gente se vacune", aclara. 

Según datos de la OMS, el Virus del Papiloma Humano es una de las enfermedades de transmisión sexual más expandidas del mundo y afecta al 80% de la población sexualmente activa, hombres y mujeres por igual. Otro dato de la OMS preocupante es que "cada día, un millón de personas en el mundo contrae una infección de transmisión sexual", algo que no parece mitigarse. 

Se amplía el rango

Dependiendo de la infección el intervalo de edad que se ve afectado suele variar, pero generalmente los contagios suelen producirse entre los 20 y los 40 años. Por ejemplo, el tramo de edad mayoritario en el caso de la gonorrea está situado entre los 25 y los 34 años o la clamidia suele contagiarse en su mayoría entre los jóvenes de entre 20 y 25 años. Pero últimamente estas franjas de edad están aumentado y son más difusas. 

"No solo ocurre entre la gente joven, también hay mucha gente de 30 o 40 años que tras separarse les cuesta muchísimo ponerse un preservativo de nuevo. Es cierto que ahora hay muy buenos métodos anticonceptivos que parece ser lo que preocupa más a la gente, pero el uso del preservativo en relaciones esporádicas se usa de forma anecdótica", afirma.

Vacuna para ambos

"La vacuna del VPH es súper recomendable tanto para hombres como mujeres, y de cualquier edad. Siempre se decía que solo era para niñas antes de tener relaciones y no. Todas mis pacientes se van a casa con la receta para sus novios o maridos", explica la doctora. 

Uno de los factores que dificulta la reducción de contagios es que los hombres son "más reacios, tanto a hacerse pruebas ETS, como a hacerse revisiones, como a vacunarse", según explica. La vacunación es un beneficio para ambas partes de la pareja, ya que la posibilidad de contagio se limita y con ella el riesgo de cáncer u otras enfermedades que derivan del virus.

"Ante la falta de información, yo suelo dar una página web de confianza con datos fiables. Es inevitable que la gente se meta en Internet y más hoy en día, por eso es importante dar toda la información posible". Una de esas páginas de referencia es la de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia, que "quitan hierro" y resuelven muchas dudas comunes. 

"La vacuna no es una moda y cuando recomendamos que se vacunen no es porque recibamos ningún beneficio económico. Yo he vacunado a mis padres, hermanos y familiares", afirma la doctora. 

Y, ahora, ¿qué?

¿Qué hacer una vez que detectamos que somos portadoras del virus? "Vida sana y por supuesto dejar de fumar. Para poder eliminarla es esencial que tus defensas estén lo mejor posible y fumar es uno de los factores de riesgo más claros. También comer bien, hacer ejercicio, si eres muy nerviosa bajar tu nivel de estrés. Y si son pacientes con patología autoinmune habría que ponerse de acuerdo con su especialista para intentar que sus medicaciones no disparen la bajada de defensas", explica. 

Además del contagio y sus posibles consecuencias en el terreno de la salud, las mujeres que tienen el VPH también deben hacer frente a estigmas que inundan la sociedad. "La gente asocia las ETS a promiscuidad sexual, cuando hoy en día la sociedad y el comportamiento sexual son muy diferentes a los que había hace 30 años. Seguimos con la idea de ocultar las ETS, incluso a parejas. He tenido pacientes que han tenido el papiloma y no se lo ha dicho a su pareja con la que se iban a casar por miedo a que pudiesen pensar que habían sido infieles. No pueden privarle de esa información porque también les afecta", relata la doctora. 

Boom de anticonceptivos

Aunque la aparición de la píldora anticonceptiva se ha considerado siempre un hito feminista que permitía a las mujeres libertad de elección en el ámbito sexual, también podría ser un detonante en el aumento de contagios de ETS.

Ante esto, el doble método es clave porque evita embarazos pero también el contagio de enfermedades de transmisión sexual con el método barerra. Realizar estudios de ETS a ambas partes de la pareja es también importante, sobre todo cuando hablamos de relaciones estables o monógamas. 

"Es necesario que ambos, hombres y mujeres, se hagan cultivos para ver que no tienen clamidia, gonococo o ureaplasma, que ahora hay muchísimos casos y no se habla casi nada de ello", declara. Lo mismo ocurre si son dos mujeres o dos hombres los que mantienen relaciones sexuales, ya que ambos se ponen en riesgo. 

Sexismo en laboratorios

Para el hombre el único tratamiento posible para evitar el embarazo es la vasectomía y el preservativo, pero no se invierte tiempo ni dinero en investigaciones sobre una posible píldora masculina. 

"Creo que es por motivos de tradición, pero también influye que el anticonceptivo de la mujer se ha recetado para regular el ciclo, el tratamiento del dolor o las hemorragias, no solamente estaba en juego el tema anticonceptivo. Pero podria estar relacionado con que haya habido más hombres en laboratorios e involucrados en la investigación", explica la doctora Lampaya.

Lo cierto es que en algunos países apuestan por investigar sobre soluciones hormonales dirigidas a los hombres, ya que es muy posible que existiera una gran demanda farmacéutica de comercializarse en España o Europa. 

Negacionistas

Uno de los miedos que plantea el negacionismo y el movimiento antivacunas proliferados con la pandemia es que pueda influir en otras vacunas existentes, aunque la doctora Lampaya desmiente esta creencia. 

"Justo creo que es al revés. He notado una percepción mucho mejor de las vacunas, ahora mismo me da la sensación de que la gente es más receptiva cuando hablas de un virus, una vacuna y una protección a largo plazo", comenta.

Pese a esta mejor recepción, la vacuna del VPH sigue sin formar parte del calendario de vacunas de los niños de 12 años, pero sí de las niñas, una igualdad que se pretendía comenzar a adoptar en la Comunidad de Madrid en 2020 pero que se ha dejado de lado por falta de recursos durante la pandemia.

Otras ETS

La clamidia, gonorrea o el herpes genital son otras enfermedades de transmisión sexual más extendidas y que más consecuencias pueden tener sobre la mujer. "Sobre todo tienen riesgos de alteraciones en el flujo, inflamaciones de la pelvis, infertilidad a medio plazo... Como suelen ser infecciones silentes muchas mujeres descubren al cabo de los años que no pueden quedarse embarazadas por una infección del pasado", explica la doctora. "Es importante que todo el mundo se haga la prueba del papiloma cuando determine su ginecólogo y seamos cuidadosos con la vacunación y el método barrera", concluye.