Dos mujeres han formado el carácter fuerte y apasionado de Kamala Harris. Le han dado su idea de Justicia, de los derechos humanos, de pensar siempre en el otro, de ayudar al más necesitado. Dos mujeres muy diferentes pero que adoraron a la inteligente niña afroindioamericana que creció y que este miércoles se convierte en la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta de EEUU.

Una es su madre, Shyamala Gopalan, y la otra: Regina Shelton, la vecina que vivía dos puertas más allá de la suya en un vecindario afroamericano de clase trabajadora en Berkeley (California) y que cuidó de Kamala y de su hermana Maya mientras su madre trabajaba en sus investigaciones contra el cáncer.

Regina Shelton creció en una familia pobre de Luisana. Se mudó a California cuando era joven y montó, junto a su marido, una guardería donde cuidaba de los niños que vivían en su barrio, una zona de afroamericanos que peleaban por crecer económicamente. Era propietaria de varias casas de la misma manzana y alquiló uno de los apartamentos a las tres mujeres Harris, cuando la madre de Kamala se separó puesto que era la tía de uno de los amigos de Shymala, Aubrey LaBrie.

En septiembre de 1966, Kamala Harri de visita a Harlem con su familia. Cedida por Kamala Harris Campaign

En esas calles, Kamala sufrió todos los problemas y discriminaciones que la población negra padecía en esos años pues su madre quiso educarla como una chica afroamericana, mientras Regina Shelton se convertía, de la noche a la mañana, en una segunda madre para Kamala y Maya.

Cuando su madre tenía que viajar por trabajo, las dos niñas volaban hasta la cocina de la señora Shelton para disfrutar de su comida y de sus lecciones de vida. "Lo llamábamos ir a casa. Esa casa era como una extensión de nuestro propio hogar, y la  señora Shelton se convirtió en nuestra segunda madre", explicó la propia Kamala Harris en febrero de 2014 en un relato para la revista de mujeres Bustle, dentro de una sección que pretendía honrar a grandes mujeres negras anónimas que habían influidos en otras.

El artículo de opinión de Kamala Harris se titulaba: "Sin esta mujer, no sería la senadora que soy hoy". Pero Regina Shelton no sólo le enseñó cómo veía el mundo las mujeres afroamericanas, cómo luchaban y cómo cambiaban las cosas, sino que también la llevaba a la iglesia donde Kamala Harris incluso formó parte del coro.

"Los domingos, nos amontonábamos en la parte trasera de la camioneta de la señora Shelton junto con otros niños, de camino a la Iglesia de Dios de la Avenida 23. Cuando estábamos inquietos sentados en los bancos, la señora Shelton buscaba caramelos en su bolso para calmarnos", recuerda la vicepresidenta de EEUU en ese artículo.

Y en esa iglesia bautista de West Oakland, Kamala Harris encontró su "amuleto" y su fe, esas cosas que le han acompañado en todos los escalones con los que ha hecho historia como mujer y como afroamericana y que este miércoles serán los protagonistas de su toma de posesión: la Biblia de Regina Shelton y sus lecciones.

"La señora Shelton traía su Biblia a la iglesia todos los domingos. Sentada junto a ella, conocí las enseñanzas de esa Biblia. Mis primeros recuerdos eran de un Dios amoroso, un Dios que nos pidió "hablar por aquellos que no pueden hablar por sí mismos" y "defender los derechos de los pobres y necesitados". Aquí es donde aprendí que la "fe" es un verbo, algo que debemos vivir y demostrar a través de nuestras acciones", explica la propia Kamala.

Kamala Harris, junto a su hermana Maya y a su madre. Kamala Harris

De esa Biblia salió su empatía, su trabajo por los que menos tienen, su fe en el sistema, su coraje contra los poderosos, su valor para cambiar las cosas y la razón por la que ha jurado respetar y defender la Constitución.

Esa misma Biblia, que hoy la tiene una de las hijas de Regina Shelton, ha viajado junto con Kamala Harris para tener presente a la mujer que le dio algo más que fe: "En el cargo y en la pelea, siempre llevo a la señora Shelton conmigo".

Regina murió en 1999 pero su Biblia ha seguido a Kamala Harris como la mejor testigo de su tesón. De hecho, fue LaBrie quien la llevó a Washington para que prestara juramento en el Senado y este miércoles ha vuelto a la capital estadounidense, esta vez para que Harris preste juramento ante la Casa Blanca.

"Ese ha sido su amuleto, por así decirlo, su oráculo, la Biblia de mi tía", aseguró LaBrie en una entrevista.

La jura de Kamala Harris como senadora con la Biblia de Regina Shelton. Facebook Kamala Harris

Los recuerdos de Kamala incluso la llevan a la granja que la familia Shelton tenía una granja en un pueblo cercano y donde ella y su hermana aprendieron a recoger calabazas, perseguir conejos, cocinar bizcollos y galletas hojaldradas... "Era como si vinieran a la casa de su abuela durante el verano", explica una de las hijas de Regina.

La señora Shelton no sólo fue importante para la Kamala niña. La mujer más poderosa de EEUU recuerda que durante su trabajo en la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Alameda, era la cocina de la señora Shelton "a la que regresaba cuando quería una comida casera sureña y un abrazo de bienvenida". O cuando se enfrentó a los grandes banqueros "que no parecían apreciar el carácter y los valores de los propietarios de viviendas en apuros" siguió pensando en Regina.

"Ella siempre rinde un homenaje muy profundo y reconocimiento a sus antepasados. A esas mujeres fabulosas que realmente la ayudaron a crecer. Fue un pueblo que crió a las dos niñas [Harris] y eso también es muy afroamericano", asegura una de las viejas amigas de Kamala Harris, Karen Clopton.

De hecho, también tiene su guiño/homenaje en la toma de posesión a la tradición de la conquista de derechos de los afroamericanos: la segunda Biblia sobre la que posará su mano perteneció al juez Thurgood Marshall, el primer afroamericano en servir en la Corte Suprema y uno de los abogados que fueron clave para el fin de la segregración racial en las escuelas.

Marshall murió en 1993 pero su vida y su carrea han servido siempre de inspiración a la hoy todopoderosa Kamala Harris.

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