Los comercios empiezan a levantar las persianas tras casi dos meses cerrados con muchos condicionamientos y medidas de seguridad, sin embargo, nuestra experiencia de compra no va a ser igual que antes del coronavirus. 

Acciones tan simples como probarse el tono de maquillaje y no contagiarse, una camiseta o unas simples gafas puede convertirse, durante mucho tiempo, en una escena del pasado. Por eso muchos comercios están, a toda velocidad, cambiando sus costumbres de venta mientras que otras marcas echan mano de la realidad virtual para ofrecer experiencias de compra satisfactoria, pero sobre todo, seguras.

Es el caso de Greyglasses, una start up en la que se pueden comprar gafas de sol y de vista, sin necesidad de salir de casa y probándose todas las que se quiera sólo con un móvil, una tablet o un ordenador.

"Llevamos con el proyecto casi dos años y ha tenido bastante éxito ahora con la cuarentena, como alternativa para ir a la óptica sin ir. La creamos como una alternativa más asequible y también más digital para otros usuarios que no se conforman con una experiencia tradicional: ir a una óptica, probarse muchas monturas que otras personas también se han probado y pagar un precio muy elevado", explica la CEO de Greyglasses, Marta Frenna. 

Además, ahora esta fórmula, el probador virtual, también se ha convertido en una alternativa más segura puesto que no hay que tocar ningún producto que pueda haber sido tocado por otro cliente.

Y sin perder la oportunidad de dejar de probarse todos los modelos que se quiera: "Cuando te cambias de gafas lo que quieres es probártelas y ahí pensamos en la realidad aumentada que permite hacerlo estés donde estés, con que tengas un dispositivo a mano, una tablet, un móvil o un ordenador, y terminar el pedido en cualquier momento y en cualquier lugar".

Frenna reconoce que ellos, como usuarios de gafas también, sintieron la necesidad de poder comprar este producto online igual que se hace con una camiseta o una colonia. Así que crearon un catálogo completo de gafas de vista, de sol, de lectura y de ordenador con marca propia.

Precisamente, las gafas de ordenador han sido su producto estrella en estos días: "Pasamos más de 11 horas diarias delante de pantallas y estas gafas protegen la vista de la luz dañina (luz azul) que emiten dispositivos. Las ventas de este modelo se han disparado. La gran mayoría desconocía la existencia de este tipo de gafas hasta que ahora han empezado a sentir picor de ojos, dolor de cabeza o agotamiento visual", comenta Marta Frenna.

De hecho, sólo en el mes de abril, esta óptica online ha enviado por mensajero más de 130 productos de esta línea y ha incrementado sus ventas en un 78% proporcionándole un crecimiento de ingresos del 40%.

Greyglasses no sólo te lleva las gafas a casa sino que aplican a la óptica la ventaja de otras compras online: pueden devolverse incluso las monturas graduadas. "Al ser un e-commerce, es unas gafas que no te has puesto en la realidad, por lo que damos 15 días al cliente para que se acostumbre a llevarlas, ajuste la visión y si finalmente por alguna razón no la quiere o no cumple con sus expectativas, se pueden devolver sin compromiso. Algo que en la industria óptica no se hace, sobre todo cuando es un producto a medida".

Y hasta han solucionado el problema de que el cliente quiera graduarse la vista antes de comprar unas gafa nuevas: "Tenemos una red de 30 oftalmólogos en las principales ciudades, y estamos trabajando para incrementarlos, donde los clientes pueden ir de forma gratuita a hacerse la revisión en una consulta privada que corre de nuestra cuenta".

Frenne apunta también que la mayor ventaja de esta óptica virtual es el precio. "Muchas personas no pueden acceder a este producto porque es muy caro y se quedan un montón de tiempo con gafas rotas, cristales rallados, patillas torcidas... por no poder pagar 300 euros. Con este negocio digital, se rompe con la cadena tradicional de intermediaros y podemos ofrecer un precio hasta un 70% más bajo".

Maquillaje y cremas

La realidad virtual también viene a salvar a otros comercios como los de venta de maquillajes y cremas. Lo primero que se va a retirar de todas las tiendas y perfumerías son los probadores de productos, que se van a convertir en muestras individuales para cada cliente.

"En Sephora estamos preparando un documento exhaustivo con todas las medidas que se tomarán para la reapertura en función de las directrices del Gobierno pero se van a reducir el número de probadores expuestos y los frascos de perfume se desinfectarán exhaustivamente después de cada uso y, en cualquier caso, cada dos horas", explican desde una de las cadenas más importantes de venta de productos de belleza.

En este caso, será el equipo de vendedores el que proporcionará muestras de maquillaje y del cuidado de la piel individualizadas para que se conviertan en probadores de un solo uso.

Esta cadena comercial también contaba con cursos de maquillaje presenciales y servicios de tocador que se suspenden hasta que pase toda esta alerta. "En cualquier caso, nuestro beauty team seguirá aconsejando y resolviendo todas las dudas".

En el caso de Maybelline, su apuesta es por un probador virtual para que el cliente ya sepa qué maquillaje, pintalabios o sombra de ojos quiere antes de llegar a la tienda o pueda ver cómo le queda el producto que desea allí mismo a través de la pantalla de su móvil.

Otras grandes marcas internacionales como L'Oreal o Guerlain están cerrando sus protocolos de medidas para que se puedan seguir vendiendo sus productos con la máxima seguridad y sin que se vea afectada la experiencia de compra de sus habituales.

Probadores de ropa

Las grandes cadenas de ropa como Zara, Mango, H&M o el Corte Inglés están decididas a empezar a abrir sus tiendas en cuanto puedan (por ahora sólo se les ha permitido levantar la persiana a comercios de menos de 400 metros) y cumpliendo todas las medidas que ha marcado el Gobierno. 

También entrar a estas tiendas será diferente cuando podamos volver a salir de compras. En estos casos, se pedirá control de aforo, distancia y mucha desinfección, como en cualquier otro espacio.

El Corte Inglés ya ha anunciado que sólo permitirán que se usen probadores alternos (uno abierto y uno cerrado), con colas ordenadas con distancia de 2 metros y un control permanente para desinfectarlo después de cada uso, además de colocar lámparas ultravioleta para una mayor desinfección nocturna.

Además, toda la ropa que sea probada tiene que ser desinfectada antes de volver a ponerla a la venta, lo que puede ser un problema para determinadas prendas y determinados tejidos.

Las otras grandes empresas de moda aún no se han atrevido a adelantar todas las medidas que van a tomar (Zara pondrá gel hidroalérgico en todos los probadores) pero tendrán que ir por el mismo sentido, según ha marcado el Ejecutivo.

El problema, sin embargo, lo tendrán muchos comercios de barrio que venden ropa, bañadores, medias, zapatos o cualquier producto que necesita ser probado puesto que estas medidas de seguridad pueden suponerles unos costes inasumibles.

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