El sexo es uno de esos ingredientes que muchas veces se infravalora cuando se habla de la salud integral de las personas. Y la prohibición de acercarnos, abrazarnos, besarnos o simplemente tocarnos durante este encierro por el coronavirus podría provocar que lo dejemos en segundo plano, cuando no que lo hagamos casi desaparecer del cuadro.

Sin embargo, los sexólogos advierten de que hay que cuidar este aspecto mientras dure el confinamiento pero también cuando pase para que muchas parejas no se queden encalladas por lo vivido durante estas semanas. "Todavía estamos muy al principio, llevamos una semana de confinamiento. La gente tiene primero un estado de shock pero las parejas que se sienten sanas, lo tienen que vivir de una forma natural y normal", advierte la psicóloga clínica y sexóloga Miren Larrazábal.

El director clínico del Instituto Madrid de Sexología, Héctor Galván Flórez, incluso recuerda que "hay estudios que dicen que el hecho de tener un puntito de activación, de ansiedad, como la que vivimos ahora, despierta el deseo sexual, si son niveles moderados".

Sin embargo no hay que echar las campanas al vuelo porque los cuatro sexólogos que han hablado con MagasIN advierten de que conforme pase el tiempo será más fácil que llegue el hastío y esta situación no va a significar un baby boom como si fuera un apagón o una celebración de la Champions: "Estamos con una emergencia sanitaria en la que nos han puesto distancia social que lleva también a una distancia sexual", aclara la especialista en Sexología, Ana Lillo.

Y es difícil escapar al miedo, esa palabra que nos persigue en estos días en cualquiera de nuestros movimientos: "El miedo se vivirá de un modo distinto en función de la percepción de riesgo de la propia persona. Aquellas personas que tengan una percepción de riesgo baja acerca del contagio, probablemente no sientan ese miedo con las relaciones. Es fundamental afrontar la situación con la mayor objetividad posible teniendo en cuenta las probabilidades de contagio", explica Laura Baliña, psicóloga sanitaria en CENTER Psicología Clínica.

Aunque no son iguales la relaciones de las parejas estables, de las personas que viven solas o de las que tienen contactos más esporádicos, "estas sí que lo tienen complicado ahora"; tampoco hay que pensar que lo más obvio es que sean las parejas las que lo tengan más sencillo: "No podemos olvidar el sexo a solas. Uno a veces cree que porque vive en pareja tiene que dejar de hacerlo y en absoluto. Es una práctica sexual que ahora cobra una importancia excepcional porque es una vía sin ningún tipo de riesgo, no tiene efectos secundarios y nos podemos apoyar en ella para aumentar mucho el erotismo de la pareja", aclara Larrazábal.

Eso sí, el doctor Galván Florez asegura que, por lo que ha llegado hasta ahora a su consulta, "el encierro está facilitando las relaciones, sobre todo en las personas que tienen hijos y una agenda muy ocupada de forma habitual y que ahora disponen de más tiempo porque no tienen que desplazarse".

Por ahora, porque si se extiende esta situación, la cosa puede cambiar: "Si el confinamiento se alarga y el estrés puede acabar pagándose con la pareja porque vayan apareciendo conflictos y el deseo sexual va a disminuir. También porque puedan aparecer síntomas depresivos que son muy diferentes a la ansiedad y ahí sí que disminuye también".

Y es que, según confirma Lillo, "el sexo funciona mal cuando hay miedo". "En la respuesta sexual están implicados tres sistemas el cognitivo, el fisiológico y el motor. Los tres están muy comunicados y si estás pensando que te vas a contagiar o estás con miedo, la respuesta sexual se ve afectada y pueden aparecer trastornos como eyaculación precoz o dolor en la relación. El miedo es el antítesis de una buena relación sexual", advierte.

Baliña aclara que lo que no podemos hacer es obsesionarnos con el contagio porque puede "que la relación sexual nos genere un cierto bloqueo inicial, sentimientos de culpa, hipervigilancia de síntomas tras haber mantenido una relación, etc. La aparición de estos nuevos miedos son normales pero tenemos que tomar distancia de ellos e intentar que no interfieran en nuestro día a día".

Las bondades del sexo

Los cuatro expertos saben que en estos tiempos "la sexualidad y la intimidad va a estar afectada por todo", al igual que nuestras vidas en general, pero insisten en destacar las bondades del sexo y la necesidad de buscar recetas alternativas: "La satisfacción sexual es parte de la salud integral de los seres humanos. Este momento va a ser transitorio y el hecho de que no podamos, a lo mejor, mantener una intimidad profunda con nuestra pareja no significa que no podamos tener juego erótico que es también expresar amor, cariño, cuidados... un montón de conductas que no tienen nada que ver con la genitalidad y que son importantes", enumera Miren Larrazábal.

Además, como recuerdan, ahora mismo ningún organismo oficial ha dicho nada respecto al sexo y el coronavirus y no hay ningún estudio que indique que se contagie por trasmisión sexual: "Sí que es cierto que todo lo que es el juego erótico, que tiene que ver con los besos, abrazos, caricias y sexo oral, tiene un factor de riesgo", añade esta sexóloga.

Por eso, lo ideal es que "cada pareja haga una reflexión y acuerde qué quiere hacer porque el sexo, cuando es consentido y disfrutado, vincula mucho y ayuda mucho a tener una relación sana y placentera", añade Lillo.

Lo de procurar que el sexo sea una parte de nuestras rutinas no va dirigido sólo a las parejas sino a cualquier persona que quiera practicarlo también de forma individual:

"Es buenísimo contra el estrés, nos acerca, nos vincula, nos da placer. Es muy recomendable practicarlo ya sea en pareja o solo". (Ana Lillo).

"El sexo ayuda a desconectar, a no estar pensando en el problema actual. Es fisiológicamente muy saludable porque permite reducir las sustancias que se producen durante los procesos de estrés, y de alguna forma mejora la convivencia". (Héctor Galván Flórez)

"El sexo no es sólo genitalidad y ahora a lo mejor se puede poner en marcha todo ese erotismo y autoerotismo que lo rodea. También es juego erótico hablar con tu pareja". (Miren Larrazábal) 

"Es importante catalogar la situación como diferente y no como difícil. Si pensamos en la dificultad o limitaciones, entramos en un ciclo de frustración e indefensión. Pero si la percibimos como diferente, podemos adaptarnos con mayor facilidad". (Laura Baliña)

Juguetes eróticos

Y podemos dar gracias que el encierro del coronavirus ha llegado después de meses de hablar de juguetes eróticos femeninos y de convertir el Satisfyer en el regalo estrella de estas Navidades, por lo que muchas mujeres que viven solas, y que habían sido tradicionalmente el grupo menos propenso a este tipo de autoplaceres, llevan meses practicando para tener una relación más sana con su cuerpo y su sexualidad.

"El boom de los juguetes va a ayudar. Ahora hay más tiempo para ello y además la ansiedad derivada del confinamiento puede conducir a que haya más deseo sexual para los que viven solos, bien porque sea un deseo primario que aparece de forma espontánea o bien como un método de relajación para reducir esa ansiedad", asegura el doctor Galván.

Sin embargo, los especialistas no bajan la guardia. Si no todas las personas o las parejas pueden llegar a normalizar el sexo el tiempo que dure la crisis del coronavirus, el tema debe estar en nuestra agenda de recuperación de la rutina cuando todo acabe sí o sí: "Yo invitaría que a cuando se vuelva la normalidad no se nos pase chequear qué ha pasado, para que las parejas recuperen ese vínculo, ese acercamiento y ese placer que nos dan las relaciones sexuales", recuerda Ana Lillo. Y advierte: "El sexo no suele ponerse sobre la mesa y se tiene que poner y hablar de las relaciones y estar muy atentos a que si nuestra distancia sexual es muy grande y cada vez nos está desvinculando más, preparemos un plan para que no sea así".

"Es obvio que el estrés y la ansiedad dificulta la vida cotidiana y afectan a las relaciones de pareja y a la intimidad, pero ésta es una situación tan extraña que tendremos que ver a posteriori los efectos que ha tenido tanto a nivel individual como de pareja", concluye Larrazábal. 

De hecho, será difícil decir qué es normalidad y cuándo volveremos a ser normales: "Es difícil saber el momento en el que se empezarán a normalizar las relaciones. Hay varios factores: el fin del estado de alerta, la cuarentena, el comienzo de la rutina, la información de los medios, la percepción de riesgo de cada persona, el impacto psicológico que haya podido tener, etc. Es probable que cuando no estemos tan expuestos, las relaciones se vayan normalizando", aclara Baliña. Sólo probable.