Mantener coches compactos de gasolina resulta inviable para ciertas marcas. Así lo ve Thomas Schäfer, quien como CEO de Volkswagen ratifica que ciertos modelos emblemáticos se dejarán de fabricar. La estrategia afecta de lleno al Volkswagen Polo porque, según explica el ejecutivo, las futuras normas provocan que estos autos no tienen sentido si se busca rentabilidad.
¿Por qué el Volkswagen Polo y los compactos ya no tienen sentido para el CEO de Volkswagen?
Según declaraciones recogidas por Europa Press de una entrevista en el medio alemán Auto motor und sport, la decisión responde a una realidad económica y legislativa para Volkswagen.
Thomas Schäfer explica que mantener la oferta de coches de gasolina en la clase del Volkswagen Polo e inferiores no tienen sentido ante las futuras normativas de emisiones. "Serían demasiado caros para nuestros clientes", sentencia el directivo.
"El futuro en este segmento es eléctrico", redobló Schäfer.
Los sucesores eléctricos del Polo
La firma alemana planea llenar el vacío de los coches que se dejarán de fabricar con propuestas 100% electrificadas que garanticen una experiencia de conducción superior.
Thomas Schäfer menciona lanzamientos concretos como el ID. Polo y el ID. Cross para 2026, a los que se unirá el ID. Every1 en 2027. Estas opciones buscan ofrecer una alternativa real y atractiva para los clientes que antes optaban por motores de combustión.
El directivo descarta por completo otras vías como el hidrógeno verde y califica ese debate como inútil. Su postura se basa en que las pilas de combustible tienen un precio excesivo y la tecnología ofrece poca eficiencia hoy en día. Volkswagen prefiere centrar sus recursos y "buenas ideas" en dominar la fabricación propia de componentes esenciales.
De hecho, su filial PowerCo ya inició la producción de baterías dentro de Europa. Estos elementos alimentarán a la familia de vehículos de Seat, Cupra y Skoda a partir de 2026. Para el ejecutivo, controlar el sistema de propulsión resulta crucial si quieren cumplir con los objetivos que marca la Unión Europea para 2035 y reactivar el mercado de los coches eléctricos.
