La autonomía y la batería de los coches eléctricos están constantemente en el centro del debate. Por eso, el gigante chino sacudió el sector con una postura radical que prioriza la velocidad de carga sobre la autonomía.
Stella Li, la vicepresidenta ejecutiva de BYD, presentó una propuesta que busca abaratar costes mediante el avance de la tecnología china.
La apuesta de los coches chinos por la carga rápida
La ejecutiva tiene claro que el futuro pasa por la velocidad de recarga y no por baterías que encarecen el producto.
Stella Li detalló, según la fuente británica AutoCar, que la implementación de carga ultrarrápida hará que el usuario cambie sus exigencias y diga: "No me den más de 300 kilómetros, porque no quiero pagar el coste".
Esta estrategia de la empresa pretende democratizar el acceso a la movilidad eléctrica al reducir el precio final de los vehículos.
La visión de la directiva china sugiere que los conductores preferirán paradas de pocos minutos antes que pagar miles de euros extra por una autonomía que rara vez utilizan al completo.
El cambio de mentalidad depende enteramente de una infraestructura potente que elimine el miedo a quedarse tirado.
Un sueño tecnológico hecho realidad por BYD
Para sustentar esta filosofía, BYD desplegará cargadores de 1000 kW capaces de inyectar energía en cinco minutos. Li sentenció sobre la capacidad de innovación de su compañía: "Creo que BYD es la empresa que siempre puede hacer realidad un sueño".
Aunque el sistema debutará con el Denza Z9 GT, la infraestructura podrá atender a otros coches eléctricos del mercado.
Esta tecnología de "carga flash" utiliza doble cableado para maximizar la potencia y promete transformar la experiencia de usuario. Lo que hoy parece imposible, China lo vuelve un estándar.
