Aleix, joven empresario del transporte forestal, resumió en una sola frase la paradoja de su oficio: trabaja en España, vive en España, pero gran parte de sus ingresos no vienen de aquí. “El dinero me viene de Bélgica, de Francia, de Italia”, reveló al describir un sector en el que la rentabilidad depende tanto del esfuerzo propio como de unos mercados que pagan mejor que los nacionales.
Un sector donde ganar dinero en España es cada vez más difícil
Durante una conversación, Aleix explicó que su empresa funciona gracias a contratos internacionales, porque los precios que encuentra fuera superan con mucha diferencia a los que se ofrecen dentro del país. “Es que me viene mucho de fuera, tío”, confesó, dejando claro que el transporte de madera, residuos y carga forestal encuentra más reconocimiento económico en Europa que en su propio entorno local.
El empresario detalló en el canal de YouTube Rutas de Éxito, que alcanzar estabilidad no es casualidad: exige moverse, buscar clientes más allá de la frontera y pelear contra un mercado español donde, según dijo, la competencia y las tarifas ajustadas complican la supervivencia.
Las barreras invisibles para un joven que intenta emprender
Aleix también relató que su mayor obstáculo no fue la competencia ni los costes del gasoil, sino la edad. “La barrera principal por ser joven: ya te ven un pringado”, confesó. Aseguró que muchas empresas lo despreciaron antes de siquiera conocer su trabajo, mientras que otras, por suerte, confiaron en él y le dieron la oportunidad de demostrar lo que podía hacer.
A eso sumó lo que considera la prueba definitiva de cualquier transportista: las averías. Entre grúas, llantas, roturas y meses que se disparan a más de 2.000 euros en reparaciones, explicó que la gestión económica se convierte en una carrera constante. Reveló que incluso pensó en profesionalizar más su planta de residuos, pero abandonó parte del impulso cuando “solo eran trabas, trabas, trabas” por parte de administraciones y gestores.
Redes sociales, visibilidad y haters: el arma que nunca esperó usar
Una parte clave de su crecimiento provino de las redes. Aleix confirmó que empezó casi por intuición, sin estrategia, hasta que descubrió que sus vídeos podían llegar a cientos de miles de personas. Analizó retenciones, ritmos, músicas y formatos, y aseguró que ese aprendizaje llevó a su empresa a consolidarse y conseguir nuevos clientes.
Pero no todo fue positivo. También contó que algunos transportistas lo trataron como “el pringado de las redes” y se negaron a colaborar con él solo por exponerse delante de una cámara. Aun así, sostuvo que lo bueno pesa más: “Clientes ideales me han llegado gracias a los vídeos”, afirmó, convencido de que mostrar el sector ayuda a atraer talento joven y a romper prejuicios.
Trabajo duro, ambición y una visión clara del futuro
En los últimos tramos de la entrevista, Aleix dejó un mensaje que sintetiza su mentalidad: todo se puede aprender si se le dedican horas. Dijo que él mismo pasó años esforzándose por ser el mejor, ya fuera con motosierras, desbrozadoras o camiones. Y que su filosofía es simple: “Dedícale 100 horas a algo para ver si te gusta, 500 para ser medio bueno y 5.000 para ser muy bueno”.
También habló del peligro de crecer demasiado rápido: explicó que muchas empresas se arruinan al pasar de tres a cuatro camiones porque “tienes que bajarte del camión, aprender a gestionar personas y los costes se disparan”. Él, por ahora, sigue ampliando con cautela, consciente de que cada paso exige más responsabilidad y más cabeza que emoción.
