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Durante años fue el símbolo del avance eléctrico y una de las grandes promesas de la movilidad sostenible. Sin embargo, el Nissan Leaf, uno de los coches eléctricos más vendidos del planeta, se ha convertido en un ejemplo de cómo un software mal calibrado puede arruinar la reputación de un modelo. Así lo explicó el analista automotriz JuanFran, que repasó los fallos más graves que han afectado a miles de usuarios y que incluso obligaron a la marca a recomprar unidades en Estados Unidos.

El Nissan Leaf y el problema de la degradación acelerada

A través de un video en su canal de YouTube Car Wow, el experto describió al Leaf como “un coche que podía ser magnífico o un desastre, según la unidad”. En algunos casos, los vehículos han alcanzado 300.000 kilómetros sin fallos, mientras que otros han mostrado pérdidas graves de batería con apenas 40.000 o 60.000 kilómetros.

Según el analista, la raíz del problema no está en el clima ni en la calidad de las celdas, sino en el software de gestión de la batería (BMS).

El Nissan Leaf ha tenido un problema muy serio durante toda su vida útil: la gestión de la carga y descarga de las baterías”, explicó. Al estar “demasiado apretadas” para ofrecer mayor capacidad y rendimiento, las baterías se degradaban con rapidez, especialmente en autovía o a velocidades superiores a 100 km/h.

Esto provocaba que el coche entrara en modo fallo o mostrara alertas por pérdida de autonomía.

Recompras y diferencias con Europa

Según JuanFran, en Estados Unidos, donde las autoridades son más estrictas con los fabricantes, Nissan llegó a recomprar vehículos o sustituir baterías completas para evitar demandas masivas. El experto contrastó esta actuación con la lentitud de las soluciones en Europa, donde los usuarios tienen que “sudar para que se les atienda”.

También subrayó que este caso demuestra que el software es tan importante como la mecánica en los coches eléctricos, ya que una mala gestión electrónica puede convertir una buena batería en un problema recurrente.

Un caso similar: del éxito al fracaso

En su mismo video, el analista recordó el caso del Jaguar I-Pace, el modelo que fue “Coche del Año en el Mundo 2019” y que acabó en desguaces apenas seis años después por fallos similares en sus baterías fabricadas por LG.

Tanto el Jaguar como el Nissan Leaf muestran, dijo, que “la fiabilidad real de un coche eléctrico solo se conoce con el tiempo” y que los fabricantes deben ser más transparentes cuando los problemas de software y batería se repiten en serie.