Llegan las primeras señales de ralentización de la actividad industrial española. Pese a que España mantiene su calificación de riesgo país en bajo (A2) se empieza a observar signos de desaceleración en la industria patria, especialmente en el sector del automóvil.
La industria de automoción es la única que empeora su calificación de riesgo, pasando de 'alto' a 'muy alto', según el CofaceRiskReview de julio. No obstante, la aseguradora detalla que "por el momento no tendrá impacto en la economía en su conjunto".
Todo ello porque España se sigue beneficiando de la buena salud del turismo, de los fondos europeos y de la resiliencia del consumo de los hogares, la cual está sostenida por la inmigración y el aumento de la renta disponible.
La rebaja en la calificación de la industria automovilística obedece a la débil demanda externa, especialmente la europea.
De hecho, en los cinco primeros meses del año -últimos datos disponibles- la producción de vehículos en las factorías españolas acumula un descenso del 9,7% en la comparativa interanual, con un total de 1.004.830 unidades fabricadas.
Esta merma se explica por la caída de la demanda de los principales países europeos (Alemania, Francia e Italia). No hay que olvidar que el 84,5% de la producción de vehículos entre enero y mayo se ha destinado a la exportación.
Pues bien, el desempeño de estos mercados entre enero y mayo ha sido negativo. En Alemania, el mercado mas grande del Viejo Continente, las matriculaciones acumulan un descenso del 2,4%; en Francia retroceden un 8,2%; y en Italia se mantienen planas, con una ligera merma del 0,5%.
La transición del sector
Lo cierto es que el riesgo de la industria automovilística es 'alto' en Norteamérica, Europa oriental y central, Asia-Pacífico, Sudamérica y Oriente Medio y Turquía. En Europa occidental, por su parte, el riesgo se considera 'muy alto'.
Lo cierto es que la industria automovilística está librando varios frentes a la vez. Los grupos automovilísticos han tenido que revisar las previsiones de venta y producción de modelos electrificados.
A ello se tiene que sumar las tensiones comerciales con Estados Unidos y el imparable avance de los fabricantes chinos en el Viejo Continente.
Todas estas situaciones han provocado numerosos anuncios de despidos en la industria automovilística.
Países que empeoran
Entre los principales países que empeoran su calificación en la industria automovilística destacan México, Corea del Sur, Suiza, Reino Unido y España.
No obstante, los únicos países que tiene un riesgo calificado como 'muy alto' en la industria automovilística son tres: Suiza, Reino Unido y España.
Cabe precisar que Alemania, Francia e Italia mantienen la misma calificación de riesgo 'muy alto'.
Se trata de una industria muy interconectada y que se enfrenta a varios retos. Por este motivo, los principales países del Viejo Continente se encuentran con dificultades, lo que empeora su calificación.
La industria auxiliar, preocupada
La delicada situación que vive la industria del automóvil también repercute en la del sector de componentes de automoción.
En los últimos años, esta industria ha vivido un entorno complicado marcado por los conflictos geopolíticos, el alza de los tipos de interés, así como el de las materias primas.
Esta situación también ha repercutido en las pymes, las cuales se encuentran con dificultades a la hora de acceder a financiación para acometer la transformación digital y energética.
Por este motivo, desde la patronal de la industria auxiliar del automóvil pidieron hace un mes al Gobierno la puesta en marcha de un plan Renove, que contribuya a la descarbonización del parque y al impulso de la demanda.
Todo ello en un contexto en el que a lo largo del pasado ejercicio la facturación del sector se redujo un 0,7% en la comparativa interanual, hasta alcanzar los 41.238 millones de euros.
