La ternura que suscitan los gatos con sobrepeso puede ser engañosa. Un reciente informe del canal "La Gatería TV" ha puesto el foco en este tema: la obesidad felina y sus severas consecuencias para la salud.
"¿Mi gato está gordo? ¿Y cómo afecta esto a su salud? ¿Cómo puedo ayudar?", se preguntan Esther y Marco. La realidad es que, al igual que en los humanos, existen enfermedades gravemente asociadas a la obesidad en los felinos.
Entre ellas se encuentran la diabetes, la artritis, problemas cardíacos y respiratorios, y complicaciones urinarias que pueden volverse críticas. Además, los gatos con sobrepeso enfrentan un mayor riesgo de desarrollar tumores.
La voz de la experiencia
"Los dueños deben llevar un control de peso periódico, anotando el peso del gato cada pocos meses a partir de la edad adulta (un año y medio), ya que unos pocos cientos de gramos de más son suficientes para activar la alerta".
La recomendación fundamental es consultar al veterinario para obtener una opinión profesional sobre el peso y la nutrición.
Si bien el informe proporciona pautas generales de alimentación—indicando que un gato de 3 kg debería consumir entre 40 y 55 gramos de alimento seco, y uno de 5 kg entre 55 y 75 gramos—el consejo crucial es preguntar al veterinario durante la consulta anual, la porción específica.
Esta porción debe ajustarse a la marca de comida, la complexión y el estado de salud particular del compañero felino. El informe también destaca una situación común: el metabolismo del gato se vuelve más lento tras la esterilización, haciéndolo propenso al sobrepeso.
Por ello, se aconseja cambiar el alimento a una fórmula diseñada para gatos esterilizados, la cual contiene una cantidad menor de calorías.
Las señales de alerta
Esther y Marco cuentan el desafío de controlar el peso de sus propios gatos, incluyendo a Jícama y a Tristán, tan peludos que tardaron en darse cuenta de que ya pesaba 7 kg. Optaron por utilizar controles periódicos para asegurar que los estudios en sangre se mantuvieran en parámetros saludables.
La obesidad puede ser difícil de identificar, especialmente si el gato es muy peludo. No obstante, existen señales claras:
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Observación de la figura: Un gato con peso ideal debe tener una forma de reloj de arena y mostrar cintura, similar a las modelos de pasarela. Si su figura es rectangular o redonda, o si el abdomen es más ancho que el pecho, es una señal de exceso de peso.
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Palpación de costillas: Si no se pueden sentir las costillas sin presionar, el gato tiene exceso de grasa. Las caderas deben comenzar justo donde terminan las costillas.
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Higiene y actividad: Los gatos con sobrepeso tienden a ser menos activos, duermen más y presentan problemas para acicalarse. Es un indicador de sobrepeso si el lomo y las zonas menos accesibles se ven cebosos o si hay comienzos de rastas.
Para ayudar al felino a bajar esos kilitos, la disminución de peso debe ser gradual. Para una dieta de control calórico, se deben elegir alimentos cuya fórmula esté diseñada específicamente para el control de calorías o para gatos con sobrepeso.
Comer más lentamente
Para el control de porciones, es vital controlar la ración y dividirla en varias partes pequeñas a lo largo del día. Alternativamente, se pueden usar platos electrónicos que dispensan la ración precisa a la hora indicada, o comederos de control de porción con orificios que obligan al gato a "trabajar" para sacar las croquetas.
Esto le permite comer más lentamente y saciarse con menos. "Es crucial limitar o retirar por completo los premios y bocadillos hasta que el gato regrese a su peso ideal".
También es fundamental fomentar el ejercicio diario con juguetes interactivos, torres y repisas. Jugar con el gato usando una varita con plumas puede hacer maravillas por su salud y ánimo.
Además, colocar la comida en lugares de difícil acceso, como la parte superior de una torre, obliga al gato a esforzarse para conseguir su ración, limitando el consumo por aburrimiento.
Un riesgo mortal
Sin embargo, Esther y Marco advierten que los dueños jamás deben quitar el alimento por completo al gato durante tiempos prolongados, ni reducir su consumo en más del 15%.
"Hacerlo podría causar un daño grave a su salud, específicamente la lipídosis hepática, una enfermedad muy grave que ocurre cuando un gato limita su ingesta de alimento por completo durante muchas horas, privándolo de minerales y nutrientes indispensables".
