La obesidad en gatos esterilizados o castrados es un problema frecuente que preocupa tanto a veterinarios como a tutores. Tras la cirugía, los cambios hormonales derivados de la extracción de ovarios o testículos provocan que el metabolismo se desacelere y que aumente su apetito.
"El gato tiene una tendencia natural a engordar, y si no se controla, puede ganar mucho peso antes de que su organismo se adapte a la nueva situación", advierte el veterinario Manuel Manzano, en un vídeo de YouTube.
Un minino con sobrepeso no solo ve limitada su calidad de vida, sino que también enfrenta un mayor riesgo de desarrollar múltiples problemas de salud. Por esto, es fundamental conocer este fenómeno.
Cuidar la alimentación
"Un gato obeso se fatiga más rápido, pierde movilidad, y su salud se deteriora", explica el experto. De hecho, enfermedades como la diabetes, los problemas articulares, la lipidosis hepática y las dificultades cardíacas o respiratorias son mucho más comunes en ellos.
Una de las recomendaciones principales es cuidar la alimentación desde el primer día posterior a la esterilización: "La comida debe ser baja en grasa y rica en proteínas. Si en ese momento crítico le damos muchos lípidos, el gato la almacena directamente y engorda con rapidez".
Para enriquecer la dieta, sugiere añadir vegetales como zanahoria o guisantes. En el caso de gatos muy exigentes, se puede recurrir a pequeños trucos como añadir aromas o especias ligeras a la comida.
Recalca, sin embargo, que lo más importante es no ofrecer alimentos entre horas ni ceder a las insistencias del animal: "Si no quiere comer, se guarda la comida para más tarde, y cuando tenga hambre la aceptará".
También se muestra tajante al desaconsejar los premios: "Las chuches tienen niveles altísimos de grasa, y ese exceso es un camino directo hacia la obesidad".
Ejercicio físico imprescindible
El segundo pilar es el ejercicio físico cotidiano. El veterinario insiste en que no hace falta sacar al gato de casa para mantenerlo activo, ya que el entorno doméstico puede ser suficiente si se aprovecha bien.
"Lo importante es que no pase el día tumbado. Hay que motivarlo dentro de casa con juegos, juguetes interactivos, peluches, rascadores o postes para trepar", asegura. Compartir momentos diarios de interacción con él no solo estimula su cuerpo, sino también su mente, alejándolo del aburrimiento y de la apatía que contribuyen al sobrepeso.
Control del apetito y la ansiedad
En el vídeo, el especialista también ofrece herramientas para manejar el hambre excesiva y el nerviosismo por la comida. Recomienda añadir psyllium a la dieta en gatos muy glotones, ya que este suplemento expande el alimento en el estómago y genera saciedad.
En cuanto a la rutina de comidas, señala que "los horarios deben ser fijos. Si no come en ese momento, no se le ofrece nada hasta la siguiente toma. La disciplina es clave para controlar la obesidad".
Además de la alimentación, el veterinario considera fundamental enriquecer el entorno del gato para reducir la ansiedad. Sugiere facilitarle estímulos visuales que le permitan mirar a través de la ventana y mantenerlo hidratado con fuentes de agua que lo incentiven a beber más.
Incluso, recomienda distraerlo con vídeos diseñados específicamente con colores y sonidos atractivos. "Mantenerlo entretenido es una manera muy eficaz de que deje de pensar continuamente en la comida", explica.
Manzano concluye que la mejor forma de prevenir la obesidad en gatos esterilizados es integrar varias medidas. Una dieta adecuada y baja en grasa, ejercicio físico regular y un ambiente enriquecido.
"Si el gato come lo justo, se mantiene en movimiento y vive en un ambiente enriquecido, se puede evitar la obesidad y garantizarle muchos años de buena salud", sentencia.
