Angelica Rimini
Publicada

Los hámsteres, mascotas populares por su tamaño compacto y personalidad activa, requieren mucho más que una jaula tradicionalmente pequeña para prosperar.

"La elección del hogar es fundamental, ya que será su residencia durante la mayor parte de su vida", afirma una veterinaria en un vídeo de YouTube.

"Es necesario tener espacio y elementos que permitan a estos roedores desarrollar sus comportamientos naturales, como excavar madrigueras y ejercitarse".

Evitar el estrés

La especialista advierte que, si la jaula es demasiado pequeña, los animales se verán limitados, lo que afectará su salud física y mental, "causándoles estrés, obesidad o incluso conductas destructivas".

Aunque históricamente se han comercializado jaulas diminutas, los expertos en el cuidado de estos roedores recomiendan un mínimo de 80 por 50 cm de base y 35 cm de altura.

Para especies más grandes, como el hámster sirio, la veterinaria señala que "el mínimo debería ser incluso mayor de unos 100 por 50 cm".

Las razas y las necesidades

Es crucial considerar la raza del hámster, pues sus necesidades varían. Por ejemplo, mientras que a los hámsteres sirios y chinos "les encanta trepar", lo que exige jaulas con varios pisos, los hámsteres rusos tienden a obsesionarse con los barrotes hasta el punto de lastimarse la piel por la fricción.

Por ello, se deben priorizar jaulas sin barrotes para los rusos, o suplementar con juguetes colgantes. Los pequeños Roborovskis, en cambio, prefieren el suelo y disfrutan escarbando, necesitando al menos 10 cm de sustrato.

En su caso, se debe evitar las jaulas con varias alturas para prevenir el peligroso "salto del ángel", que podría lesionarlos.

Tipos de estructura

El tipo de jaula ideal depende de las preferencias personales y las necesidades específicas del animal. "Las jaulas de barrotes son las más comunes y ofrecen buena ventilación, lo que ayuda a prevenir la acumulación de olores y humedad".

Sin embargo, presentan un riesgo de fuga en las puertas o si el hámster muerde las barras. Las jaulas de plástico o acuarios ofrecen mayor seguridad, especialmente para aquellos hámsteres que muerden los barrotes.

No obstante, el desafío es la ventilación, por lo que es esencial que la tapa sea de rejilla. Las jaulas modulares, conectadas por tubos y pasillos, pueden ser muy divertidas y ampliables.

El inconveniente principal es la dificultad para limpiar los tubos. La ventilación es fundamental, ya que la veterinaria advierte que una mala circulación puede generar una acumulación de amoníaco procedente de la orina. "Es perjudicial para su aparato respiratorio".

La rueda como prioridad

Para fomentar el ejercicio y la estimulación mental, la jaula perfecta debe incluir accesorios cruciales. El elemento más vital es la rueda de ejercicio, descrita como "lo único que les permite realmente mantenerse activos".

Esta debe ser lo suficientemente grande, especialmente para los hámsteres sirios, ya que una rueda pequeña puede causar daño en la columna. Además, es crucial que no tenga barras metálicas, ranuras donde puedan colarse las patas o ventilación deficiente.

La experta hace referencia a ciertas ruedas tipo noria cuyas aspas laterales podrían amputar un miembro si otro animal se acerca.

En cuanto a otros elementos, se recomienda un comedero pequeño, pesado y de cerámica para evitar que el hámster lo vuelque o lo roa. "El bebedero más adecuado es el de tipo biberón, colgado por fuera, bien fijado, y que cuente con un sistema de cierre seguro y un depósito que pueda limpiarse bien".

Sustrato, higiene y ubicación

Para que el hámster pueda excavar, el sustrato debe ser seguro y fácil de limpiar. La profundidad ideal para la base es de 20 cm para permitir la construcción de túneles.

Las mejores opciones incluyen el sustrato de maíz (que absorbe olores y no suelta polvo) y el lecho de papel. Se desaconsejan las virutas de pino y cedro por ser tóxicas, y nunca debe utilizarse arena de gato, que es peligrosa si se ingiere y suelta mucho polvo.

Finalmente, la jaula debe ubicarse en una zona tranquila y fresca, lejos de ruidos fuertes, olores intensos, ventanas y la luz solar directa, manteniendo una temperatura ideal entre 18°C y 24°C.

"Aunque el hámster es un animal pequeño, sus necesidades son grandes y ofrecerle un hogar adecuado es clave para su bienestar", concluye la veterinaria.