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El cuidado de la higiene en los gatos suele ser un desafío para muchos tutores, especialmente cuando sus mascotas no están acostumbradas a que los manipulen. Sin embargo, mantener un cuidado cotidiano es una buena costumbre.

La veterinaria y experta en comportamiento animal, Laura Londoño, comparte su experiencia personal con sus dos felinos, Maki y Barú. "Con paciencia, amor y técnicas de refuerzo positivo es posible convertir estas rutinas en momentos de bienestar y conexión".

Aunque los adoptó con apenas 20 días de nacidos, hoy, con casi tres años, muestran personalidades muy diferentes. "Es posible realizar tareas de higiene como el corte de uñas, el cepillado de pelo, la limpieza de oídos y el cepillado dental, incluso en aquellos que no se dejan manipular con facilidad".

La clave del éxito

La veterinaria enfatiza que ninguna de sus mascotas nació siendo dócil frente a estas rutinas. Ambas rechazaban al inicio la manipulación y fue necesario un trabajo gradual de adaptación.

Su estrategia se basa en dos pilares. Primero, la asociación positiva. Es decir, vincular objetos como el cortaúñas o el cepillo con experiencias agradables. Para ello recomienda usar snacks o comida húmeda.

Y segundo, la desensibilización progresiva. Si ya le teme a un objeto, se comienza dejando el utensilio cerca acompañado de algo que le guste, repitiendo la exposición muchas veces hasta que se convierta en un estímulo neutro o agradable.

Corte de uñas

El procedimiento del corte de uñas puede ser delicado si se resiste, pero Londoño muestra cómo adaptarlo a cada temperamento.

"Con Maki, que es más inquieto, corto solo un par de uñas por sesión, premiando inmediatamente. Con Barú, más relajado, consigo cortar todas las uñas de una sola vez".

Recomienda usar un cortaúñas especial para felinos o, en su defecto, uno pequeño de uso humano. La técnica consiste en presionar suavemente el dedo hasta que la uña salga y cortar únicamente la parte transparente.

Para principiantes, aconseja cortar menos de lo necesario al inicio mientras ganan seguridad. La frecuencia sugerida es cada 15 días para las delanteras y cada 20 para las traseras, según el desgaste natural.

"Es fundamental para prevenir accidentes domésticos y daños durante juegos entre animales", explica.

Cepillado del pelaje

El cepillado no solo contribuye a la salud de la piel y del pelo, sino que también fortalece el vínculo afectivo con estos animales. La veterinaria utiliza dos tipos de herramientas: un cepillo de alambre para el uso cotidiano y un deslanador tipo Furminator.

El segundo recomienda usarlo cada 7 a 15 días, especialmente en los felinos que sueltan más pelos, como Maki. Para los más esquivos, sugiere emplear snacks cremosos que ayuden a distraerlos mientras se habitúan al contacto del cepillo.

Limpieza de oídos

La limpieza de oídos no es un paso obligatorio de forma rutinaria. Pero en caso de ser necesario, Londoño lo realiza con total seguridad. "Envuelve una gasa en el dedo y limpia únicamente la parte externa del oído". Advierte nunca usar hisopos, pues podrían dañar el canal auditivo.

El cuidado de los dientes es quizá la tarea menos aceptada por los gatos, pero resulta fundamental para su salud a largo plazo. La experta utiliza, otra vez, una gasa envuelta en un dedo para limpiar la placa bacteriana mediante fricción.

Si lo tolera, se pueden usar cepillos de cerdas suaves y una pasta dental especial para gatos (nunca con flúor). "El objetivo es prevenir la acumulación de sarro y enfermedades periodontales, asegurando una buena calidad de vida en la vejez".

Más allá de las técnicas, la veterinaria insiste en dos elementos indispensables: paciencia y amor. Hablarles con suavidad durante el proceso y reforzar con premios las conductas deseadas hace que se adapten poco a poco, transformando la higiene en una experiencia positiva y no en un momento de estrés.