"Los maullidos de nuestros gatos no son sonidos aleatorios. Cada uno tiene su historia", afirma un entrenador de ExpertoAnimal en un vídeo de YouTube. El lenguaje de los felinos tiene un significado, solo hace falta afinar nuestros oídos para entenderlo mejor.
A diferencia de otros felinos silvestres, los gatos domésticos han adaptado sus vocalizaciones para interactuar no solo con sus congéneres, sino también con los seres humanos.
A través de diferentes tonos, intensidades y variaciones, los maullidos expresan necesidades básicas, estados emocionales e incluso intentos de llamar la atención.
Comprender el significado de estos sonidos no solo fortalece el vínculo entre el animal y su cuidador, sino que también permite atender de manera más precisa su bienestar físico y emocional.
La llamada de socorro
Desde sus primeros días, los gatitos comienzan a emitir sonidos agudos y rápidos, una forma instintiva de expresar sus necesidades más básicas. Estos maullidos son, en esencia, una llamada de socorro: "Mamá, ayúdame".
Con ellos, el animal indica que tiene frío, hambre o que simplemente se siente solo y necesita la presencia y el cuidado materno. "Es importante que los cachorros no sean separados de su madre antes de los dos o tres meses de vida", explica el experto.
La madre no solo le proporciona sustento, sino que también les enseña "cómo ser gatos", un aprendizaje esencial para su desarrollo y comunicación futura.
Si adoptamos gatos huérfanos o separados prematuramente, es probable que dirijan estos mismos maullidos, con el mismo objetivo, hacia nosotros, sus "madres adoptivas" humanas.
Fuertes y directos
En cuanto se acaba la tierna etapa de cachorro, nos encontramos con el clásico maullido del gato adulto: un sonido fuerte, claro y directo, que a menudo va acompañado de una mirada fija hacia nosotros. Aquí, el mensaje es inequívoco: "quiere tu atención".
Es como si nuestro felino dijera "¡Ey humano, mírame!". Este maullido puede tener múltiples razones: desde la demanda de comida, el deseo de jugar, hasta una simple petición de afecto.
"Si el gato maúlla sin vernos, como si estuviera buscándonos, es su manera de preguntar: "¿dónde estás?", afirma el experto.
El estrés habla
Imagina un maullido que parece no tener fin, incesante y con un tono fuerte que capta toda tu atención. Este tipo de vocalización sugiere que tu gato podría estar experimentando estrés o aburrimiento.
"Aunque los gatos son conocidos por su tranquilidad, también necesitan estimulación". Factores como cambios en la rutina diaria, la llegada de nuevos miembros a la casa o incluso alguna condición médica pueden generar estrés o ansiedad.
Dos gatos abrazados.
La solución propuesta por el experto es clara: enriquecer su entorno con juguetes, rascadores, escondites y plataformas, todo aquello que los mantenga física y mentalmente activos.
Además, cualquier cambio en su ambiente o rutina debe introducirse de forma progresiva para minimizar el impacto.
La sinfonía del celo
Cuando escuchamos un maullido tan agudo y repetitivo que resulta ineludible, estamos ante una señal clara: "celo a la vista".
Este maullido se convierte en la banda sonora de un período de intensa actividad hormonal en los gatos, y a menudo viene acompañado de otros comportamientos notables como revolcones en el suelo, frotamientos excesivos y, en ocasiones, marcaje con orina.
Si es una gata, está en pleno celo; si es un gato macho, es probable que haya detectado la presencia de una hembra disponible cerca. El experto revela un detalle importante: los machos están listos para reproducirse casi todo el año.
Esto implica que, si hay gatas en celo en la vecindad y tu gato no está castrado, esta "sinfonía" de maullidos agudos y persistentes puede ser casi diaria. Ante esta situación, la recomendación del experto es tajante: castrar o esterilizar a tu gato o gata.
Esta medida no solo previene los comportamientos asociados al celo, sino que evita el abandono y las camadas no deseadas.
El modo furia
Si el maullido de tu gato deja de ser un simple "miau" para transformarse en un sonido más parecido a un grito, es una advertencia. Este cambio indica que tu gato ha activado el "modo furia".
Este tono fuerte, tenso y prolongado es una señal inequívoca de enfado o amenaza. Si además de este maullido, observamos otras señales corporales como el pelo erizado, las orejas echadas hacia atrás y la cola rígida, es fundamental "darle su espacio" y no invadir su territorio.
"En estos momentos de tensión, es aconsejable calmar el ambiente y evitar provocarlo más". Igualmente importante es intentar averiguar qué ha provocado su enfado para poder evitar futuras situaciones similares o abordarlas adecuadamente.
Una señal para la salud
Si tu gato comienza a maullar de una manera distinta, como ronco, afónico o con un volumen muy bajito, podría ser un indicio de que podría estar enfermo.
Diversas causas pueden afectar la voz de un gato: infecciones, dolor de garganta, estrés e incluso problemas hormonales.
Si, además de este cambio en la vocalización, observas otros síntomas como que el gato se muestra decaído, sin apetito o con fiebre, la indicación del experto es clara y urgente: "Toca visita al veterinario sí o sí".
