Es verano y cada vez está más de moda coger una moto acuática o hacer kitesurf. Pero eso no es un juego. De hecho, si no se tiene experiencia se pueden producir lesiones de tanta gravedad que ocasionen hasta la muerte.
“La falsa sensación de seguridad que produce el agua hace que muchos infravaloren el riesgo. Sin embargo, lesiones producidas a gran velocidad en el mar pueden ser tan graves como las que ocurren en carretera”, explica el Dr. Francisco Rodríguez Argáiz, jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Marbella.
En el caso concreto del kitesurf, este experto señala que “con una ráfaga de viento, una persona inexperta puede elevarse varios metros y caer bruscamente, con consecuencias importantes”.
Respecto a las motos de agua, el doctor Rodríguez detalla que “en manos inexpertas, suponen un peligro tanto para quienes las conducen como para los bañistas que tienen alrededor. Hemos atendido traumatismos de alta energía que requieren atención urgente”.
En líneas generales, en verano se hace más deporte y muchas de las personas que se lanzan ni han calentado previamente ni tienen la preparación física necesaria, por lo que se dispara el número de lesiones.
Este profesional detalla que solo en julio y agosto cerca del 20% de los pacientes atendidos en Traumatología presentaban lesiones relacionadas con el deporte.
Los traumatismos musculares —distensiones, roturas fibrilares o tendinopatías— son los más comunes, especialmente en piernas, rodillas y tobillos.
Te puedes lesionar en cualquier sitio. Incluso se ven casos de lesiones craneales, abdominales y fracturas por saltar en camas elásticas o castillos hinchables.
Otra habitual es cuando se hace senderismo o ciclismo, con grandes casos de deshidratación. “Es fundamental contar con una condición física mínima, hacer calentamiento antes del ejercicio, estirar después, hidratarse bien y utilizar calzado adecuado”, recuerda el doctor.
Ante una lesión leve, como una torcedura o golpe, se recomienda no apoyar el miembro afectado, aplicar hielo durante 10 minutos y mantenerlo en alto. Sin embargo, si hay dolor intenso, inflamación importante, dificultad para mover la extremidad o deformidad, es imprescindible acudir a un servicio de urgencias.
“La mayoría de las lesiones que atendemos se tratan de forma conservadora, con antiinflamatorios, reposo, frío local y, en algunos casos, inmovilización”, explica el jefe del servicio. No obstante, alrededor de un 2% de los casos requiere cirugía. “La edad y la condición física del paciente influyen mucho en el proceso de recuperación: cuanto mejor preparado se esté, más rápida será la vuelta a la actividad”.